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Rumbo al Mundial: ¿Es positivo ser brasileño?

¿Están preocupados? AP

BUENOS AIRES -- Por estas locuras del deporte, de los tiempos mediáticos que vivimos, de la pasión escondida y casi secreta de triunfo que tenemos todos. ¡Es que somos argentinos y estamos a menos de un mes del Mundial! Y vamos a ganarlo, aunque esto suene una exageración, un pleonasmo o un eufemismo, lo cierto es que vamos a estar ahí peleándole la Copa del Mundoa a nuestros morenos vecinos.

Nuestra fiebre rioplatense ya no nos deja pensar con facilidad, nos olvidamos que somos ribereños y comenzamos a reflexionar con las ansias de ser tropicales. Hay algo en el ser nacional que nos lleva a Brasil irremediablemente...

Hoy, sin ir más lejos, se me acercó una alemana en la calle, en plena peatonal Florida y comenzó a gritarme. ¡Un brasileño! ¡Al fin un brasileño! ¡Quiero un brasileño!, me lo decía agitando las manos, en plena peatonal ante la mirada de todos. Su castellano era lamentable, no así su escultural figura.
No me negué, no me atreví a decirle que no, que desgraciadamente soy argentino, pero me encantaría ser carioca o paulista o pernambucano... Me encontré de cierta forma, rodeado por la belleza de esta teutona de ojos grises y mirada gravitante. ¿Qué hacer?

Comencé a chapotear en un pobre portuñol salvaje para que la gringa no descubriera mi nacionalidad porteña:
--¿Tú eres de Brasil?
--Sí, señora, soy pernambucano.
--¡Qué suerte, por Dios!
--¿Qué anda necesitando, señora, en que la puedo hacer feliz?
--Necesito que me des los nombres de los once titulares de tu selección.
--¿Eh?
--Sí, muchacho, es para un estudio del Instituto Latinaomericanische de Berlin.
--Ah. Dani Alves, comencé a trabucarme, Neymar, Kaka...
--¿Cuáles más, cuáles más?

Pasé un verdadero papelón. La señora comenzó a dudar de mi nacionalidad. Al final, se dio vuelta y siguió exigiendo la inmediata aparición de un brasileño.

Me quedé pensando. Además de Neymar y Dani Alves, ¿qué otro jugador brasileño conozco? Traté de pensar pero no me acordaba de muchos más. Si me gusta el fútbol, si me interesa Brasil en toda su geografía, en toda su humanidad y en todo su infinito talento, ¿cómo es posible que no me sepa de memoria la formación titular?

Si no logro recordar a sus once glorias titulares, quiere decir que, en el fondo, los hermanos brasucas tienen un equipo olvidable. Es duro lo que digo. Pero hay algo de cierto en todo esto.

Falta muy poco, hay argentinos como yo que sueñan con ser brasileños. Pero hay muchos otros que se están regodeando de placer, que se restriegan los dedos en la oscuridad riéndose por lo bajo. Somos la pesadilla de ellos. No los recordamos, no los reconocemos. Ellos tiemblan, saben que les podemos arruinar la fiesta tranquilamente.

No existe un solo brasileño que no sueñe con un argentino en estos momentos en que escribo esto. Argentina campeón del Mundo en Brasil, puede ser una catástrofe histórica para nuestros queridos vecinos tropicales.