Guillermo Celis 10y

Fiesta bucanera de fin de semana

Aficionados y Fanáticos al "Rey de los Deportes": Nos trasladamos a Pittsburgh para nuestro Domingo de Grandes Ligas por ESPN y eso en verdad que genera emoción, interés y expectativa, no solo de quienes estaremos llevando el tercer juego de esa serie ante los Cardenales, sino del público en general, que desde hace rato quería ver a los Piratas a nivel nacional y en el juego estelar.

Tres temporadas atrás, Clint Hurdle debutó como el "Capitán" del barco amarillo, cuando el equipo venía de una campaña de 105 derrotas bajo el mando de John Russell, y el propio Hurdle, por su parte, había llevado a los Rockies a la Serie Mundial poco tiempo atrás, en el 2008.

Años habían pasado de sequía, frustraciones, momentos amargos, temporadas perdedoras. Una ciudad que vive orgullosa de sus equipos en ligas profesionales de los Estados Unidos, se había olvidado por completo de sus Piratas, que desde principios de los 90´s, cuando aquella generación de Barry Bonds, Bobby Bonilla, Andy Van Slyke y compañía, no solo no habían dado satisfacciones al público, sino que llegó a tener temporadas tan nefastas como aquella del 2011.

De haber sido el orgullo máximo de la ciudad, alternando títulos con los Steelers de la NFL, los Piratas habían pasado a ser el "patito feo" de la urbe del acero.

Haber contratado a Clint Hurdle fue uno de los pasos más importantes que dio la organización, pero la clave después de todo, está en que finalmente cuajaron algunos de los peloteros que venían de sus granjas y las contrataciones que se hicieron fueron sumamente importantes.

Visto el potencial de la organización, la clave era poner la maquinaria en marcha. Peloteros que venían creciendo en el sistema, como Neil Walker, Andrew McCutchen, Pedro Alvarez e incluso Gerrit Cole, quien fuera su primera selección en ese 2011, pronto estarían listos para irrumpir en las Grandes Ligas y hacerlo con éxito.

Ese era apenas el principio. Cualquier equipo, por más que se precie de desarrollar talento, tendrá siempre que nutrirse con la agencia libre, que traer peloteros provenientes de otras organizaciones vía cambios, aunque en éste caso, siguiendo siempre la premisa de gastar poco, a pesar del gran mercado que Pittsburgh representa, deportivamente hablando.

Hermoso panorama comenzó entonces a dibujarse en el PNC Park. Wandy Rodríguez llegó de los Astros para la temporada 2012, A. J. Burnett también fue contratado en esa misma temporada y tuvo dos años exitosos a bordo del barco bucanero, Francisco Liriano un año después y Russell Martin, que resultara pieza fundamental en el regreso del equipo a Playoffs en el 2013, llegó a poner orden a un staff de lanzadores que necesitaba un receptor de su clase, mientras los Yankees lo extrañaron demasiado.

Rostro totalmente cambiado el de la organización. No fue de la noche a la mañana, se trató de un extenuante trabajo de años en la oficina, pero al final, los resultados se consiguieron.

Por momentos se llegó a pensar que el equipo no levantaría nunca, máxime cuando dos décadas pasaron y se acumularon records por abajo de .500 siempre. Entre 1993 y 2012 se promediaron 90 derrotas por temporada, y aquella escandalosa cifra de 105 en el 2010 fue el detonante definitivo para que se apretara el botón del pánico que por fin está dando resultados.

Primera temporada ganadora después de dos décadas: el 2013 le trajo no solo esa posibilidad a la afición en la zona de los tres ríos, sino también el hecho de poder regresar a la postemporada. Una franquicia que ha contado con dos grandes dinastías a lo largo de su historia, finalmente ha forjado una nueva, que ya es toda una realidad. Aquella gran familia de finales de los 70's, encabezada por Willie Stargell, pero con tantas figuras importantes como Bill Madlock, Dave Parker, Omar Moreno, Manny Sanguillén, John Candelaria, Bert Blyleven, Enrique Romo y Kent Tekulve, le trajo un título de Serie Mundial a la ciudad en uno de los Clásicos de Otoño más dramáticos de los últimos tiempos ante los Orioles. La generación dorada de los 80´s nunca pudo ganar una Serie de Campeonato, cayendo en tres de forma consecutiva, las dos últimas en el máximo de siete juegos ante los Bravos de Atlanta.

Ocasión de celebrar no faltó. Pero nunca pudieron estar de regreso en la Serie Mundial y mucho menos sabían que ese sería el inicio de dos décadas de frustraciones y sinsabores.

La oportunidad de soñar con un nuevo Clásico de Otoño la representa ésta nueva generación. Un grupo que ha comenzado la temporada con muchos problemas ciertamente, pero que, a diferencia de las campañas anteriores, ahora si cuenta con la experiencia necesaria para sobreponerse a un arranque lento y apretar las tuercas cuando llegan los momentos de presión. La ofensiva del equipo no ha terminado por despertar y llegan a ésta serie ante St. Louis como la número 11 en bateo colectivo de la Liga Nacional con apenas .239, mientras el pitcheo, con su 3.90 de efectividad colectiva, tampoco es malo, pero igualmente se encuentra en el décimo primer lugar del viejo circuito.

Fecha especial sin duda alguna. Regresar a Pittsburgh para un Domingo de Grandes Ligas después de tantos años de ausencia, sin lugar a dudas será una experiencia fabulosa.

Más que todo lo que se pueda ver en el diamante, el disfrutar de un público que ha regresado al estadio. Una afición que vivió años de frustraciones, desde hace un par de temporadas veía venir éxito inmediato, y el pase a los Playoffs el año pasado ha consolidado ese nuevo "romance" con sus bucaneros.

Importante tener en cuenta que fue precisamente un rival de división quién acabó con sus aspiraciones en octubre pasado. Los Cardenales los dejaron fuera en la Serie Divisional y ahora los verán por tercera ocasión en ésta campaña. La primera serie, en Pittsburgh, quedó en favor de los Piratas con 2 victorias en 3 encuentros, pero pagando la visita, los pájaros rojos ganaron 2 de 3 en Busch Stadium.

De mantenerse la tendencia, los locales montarán una fiesta en PNC Park éste fin de semana, sobre todo tomando en cuenta los problemas que la escuadra de Mike Matheny ha tenido para batear con hombres en posición de anotar, la estadística que dominaron el año pasado y que fue clave para llevarlos al título de la Liga Nacional.

Mi pronóstico, más que resultados, es de tener un gran fin de semana, con ambiente de fiesta y con una afición metida de lleno nuevamente con su equipo y uno de los más "odiados" rivales de visita en la zona de los tres ríos.

Vida, alma y corazón en el buque pirata. Eso es lo que ha traído Clint Hurdle, y esa es la característica más importante que su pirata principal, Andrew McCutchen, demuestra siempre en el terreno de juego.

Felicidades a quienes puedan acompañarnos éste domingo en nuestra transmisión, porque se tratará no solo de vivir la experiencia de éste nuevo barco pirata, sino de recordar a la "Gran Familia" ganadora de Serie Mundial de finales de los 70´s.

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