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Los Citizens son veteranos en alegría y desesperación del día final

LONDRES -- Los fanáticos del Manchester City van a estar haciendo una de dos cosas esta semana, después de haber visto cómo un juego que fue desgastando la paciencia ante el Aston Villa el lunes se convirtió en un diluvio en el segundo tiempo, literal y meteorológicamente hablando.

Lo primero que se debe hacer como un fanático del City, por supuesto, es empezar a preocuparse. Ningún canto triunfalista, ninguna bandera agitándose, ni bombos y platillos, sólo el eterno temor. Morderse las uñas, temblar, mover las rodillas sin parar, vagar sin rumbo -- mucho temor y nerviosismo. La segunda cosa es seguir haciendo lo primero hasta llegar a un estado tal que incluso caminar se vuelva difícil.

La noticia de que Sergio Agüero ha pasado la prueba física y tomará su lugar de titular ante el West Ham envía la memoria colectiva dos años atrás, hacia una tarde de 2012 llena de tensión contra los Queens Park Rangers. Un recién llegado al planeta podría haber pensado que el excepcional gol ganador del título había sido anotado por un jugador llamado, improbablemente, "Agüerooooooooooooo", y que las personas presentes nunca habían sido testigo de un gol en todas sus largas vidas, pero en verdad, el Manchester City ha hecho sufrir tanto a sus fanáticos en medio de muchos melodramas durante los últimos días-de-la-temporada que deberían estar acostumbrados a eso, para bien o para mal.

Esto, por supuesto, es algo más fácil de decir que de hacer. Para probar este punto, echaremos un rápido vistazo a este pequeño resumen:

St. James 'Park, 1968 -- Una victoria por 4-3. Franny Lee en la multitud rodeado de muchachos con parkas de lana. Campeones de toda Inglaterra.

Maine Road, 1983 -- Luton Town, las zapatillas sin cordones de David Pleat, Brian Horton, Paul Walsh, 1-0 ante Raddy Antic con tres minutos para el final. El inquietante comentario en televisión de John Motson: "Uno de los grandes del fútbol Inglés... va al descenso".

Charlton Athletic, 1985 -- Cantando canciones muy tontas de pie sobre una mesa húmeda en Yates Wine Lodge, desorientado, gran conmoción y pavor. Perdí mi suéter, mis zapatos y mis compañeros en la aglomeración.

Upton Park, 1987 -- Abajo de nuevo a la segunda división después de un inesperado y rápido encuentro con los fanáticos del West Ham.

Bradford, 1989 -- Exprimidos detrás de la tela metálica en Valley Parade tratando de evitar que mi banana inflable estalle en esos brillantes picos de color rojizo y ámbar. Clever Trevor Morley con segundos en el reloj, mirando a un lado y luego al otro para averiguar discretamente si su gol había valido no.

Sunderland, 1992 -- Un breve respiro, ya que ellos estaban en crisis, no el City. Wearsiders, los 13,000, en la tribuna del Platt Lane. Los grandes pantalones disco de Niall Quinn ondeando a media asta.

Liverpool, 1996 -- La emocionante remontada después de ir dos goles abajo ante un equipo que ni siquiera estaba interesado; Steve Lomas por el lateral aguantando para un empate 2-2 que no era bueno para nadie. Alan Ball con su jogging y gorra dirigiendo el desastre como un regordete Sam Peckinpah en su terrible suntuosidad. El tremendo olor agrio de las esperanzas destrozadas. El descenso, otra vez.

Stoke, 1998 -- El caos absoluto de un descenso a la tercera división del fútbol inglés. Port Vale, Huddersfield y Portsmouth (de Alan Ball) ganaron de visitantes para descender al City. Las cicatrices mentales que pueden quedar tras una tarde como esa. El City en la tercera división.

El más grande de todos, Wembley contra Gillingham en 1999 - Paul Dickov deslizándose a través de la lluvia en el quinto minuto del tiempo añadido; la mitad de los fans que se iban volvieron; arriba, abajo y todo alrededor. Nicky Weaver corriendo el largo de la cancha luego de la tanda de penaltis. La necesidad de ropa nueva y una intensa fisioterapia en un par de tobillos casi rotos en los asientos de madera de Wembley.

2001 - Ipswich Town de visitantes y descenso nuevamente.

2002 - Portsmouth y el día que el penal de Stuart Pearce golpeó la luna.

2005 - Middlesbrough y el día que el penal de Robbie Fowler en tiempo de descuento para clasificar a Europa rodó hacia el olvido.

Y luego el pequeño detalle de los Queens Park Rangers -- el día que pensamos que lo habíamos visto todo, el día que Agüero grabó su imagen de él, sin camiseta y girando el brazo, en nuestras cortezas cerebrales.

Los fans del City estarían mintiendo si dijeran que todo esto ha sido una brisa. Yo estaría mintiendo si dijera que cualquiera de los aficionados del City que se comieron las uñas esta semana desearía un drama similar el domingo. El Manchester City, inmerso como está en un cuento inacabable de altos y bajos, podía tener otra cosa en mente.

Todo lo que podemos hacer es esperar y ver.