Bernardo Pilatti 10y

El quinto y la quinta de Dinamita

El 2014 sera el último año como boxeador activo de Juan Manuel Márquez y pierda o gane, la batalla de este sábado contra Mike Alvarado solo parece ser una parada previa antes del gran final que ha diseñado para su carrera el mexicano: ir por el quinto campeonato en una quinta batalla contra Manny Pacquiao.

Y si bien, para la OMB, la pelea Márquez vs. Alvarado es una eliminatoria para decidir el próximo rival del filipino por la corona de las 147 libras, no dudo que todo ello ya está conversado y decidido de antemano. Sin importar el resultado de la eliminatoria, el 16 de noviembre en Las Vegas o Macao, habrá una quinta guerra entre ambos con record histórico de recaudación.

En todas sus declaraciones, cuando le preguntan por sus aspiraciones, Dinamita dice lo mismo: "lo que me mantiene en el boxeo a los 40 años de edad, es el sueño de conseguir ese quinto título". Y cuando le preguntan sobre la quinta batalla contra Pacquiao, aclara que primero está su combate de este sábado contra Alvarado y cuando le insisten con la eterna consulta, el ya no la descarta de plano: "suena interesante, suena muy bien", dice.

¡Cómo han cambiado las cosas! Basta recordar que luego de aquél impresionante KO sobre Pacquiao, en la cuarta batalla en diciembre del 2012, el mexicano dijo una y otra vez que no habría quinta pelea. Hubo incluso un período en el cual se volvió a especular con su retiro definitivo, hasta que el sueño de la quinta corona en cinco divisiones diferentes lo llevó a enfrentar a Timothy Bradley. Si ganaba, en la teoría, esa hubiera sido su última pelea. Pero perdió.

Al mismo tiempo, Pacquiao regresaba para probarse a sí mismo venciendo a Brandon Ríos y luego recuperaba la corona welter doblegando sin discusiones a Timothy Bradley. No obstante, el filipino que regresó a la senda de las victorias, dista mucho de aquel torbellino de velocidad y martilleo constante de épocas recientes.

Es verdad que Manny Pacquiao mantiene sus virtudes boxísticas, pero ha bajado el pie del acelerador, no duda en retroceder, se nota más precavido, con menos explosión y hasta me animaría a apuntar que tiene menos contundencia. Ya no le teme a la pelea larga, se atreve a trabajar con paciencia cada asalto y aumentó su trabajo defensivo. Es indudable que el golpe que lo durmió en la cuarta pelea contra Márquez mudó su estilo, le obligó a modificar su estrategia y hasta su actitud en el cuadrilátero.

Y ese cambio, seguramente, fue el principal factor que alteró la hoja de ruta en la carrera de Márquez. No es lo mismo subir al ring contra "este Pacquiao" que hacerlo ante aquel que, en su cuarta pelea, lo estaba lastimando con golpes de todo tipo y color, hasta que apareció el derechazo brutal que decidió la batalla a su favor durante el sexto asalto.

Pero hay otras cosas que tal vez ayudaron a ese cambio de parecer de Juan Manuel Márquez. Ya no subirá como campeón, el KO quedó en el pasado, ya no va como favorito y sin saber cómo le irá contra Alvarado este sabado, viene de ser derrotado por Bradley al cual ya venció el filipino. El escenario es el más confortable para el mexicano, al cual siempre le gusta ir a la guerra remando contra supuestos imposibles.

Si a ello sumamos la posibilidad de ganar en su última pelea como profesional la mayor bolsa de toda su vida, está claro que la decisión de afrontar esa histórica pelea ya está tomada.

Las dudas, las pocas dudas, pasarían por la posibilidad de un resultado catastrófico este sábado ante Mike Alvarado. Un KO o una victoria apabullante de este último, cambiaría todo el panorama, pero ello es difícil de que ocurra. Alvarado es un rival adecuado para que Juan Manuel Márquez se pueda lucir ante su fanaticada y en el emblemático Forum de Inglewood, donde comenzó lo mejor de su carrera.

Alvarado es un rival agresivo, que le gusta el intercambio pero con defectos inocultables en la defensa. Ante un contragolpeador con la jerarquía de Márquez, es difícil imaginar otro resultado que no sea un triunfo contundente del mexicano en las tarjetas o un golpe de KO en cualquier momento del combate.

No hay duda ninguna. En Inglewood solo veremos un abrebocas de la pelea que todos quieren ver y que a partir del lunes comenzará a robarse todas las expectativas: Márquez vs. Pacquiao, quinto episodio.

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