Rafael Zamorano 9y

A momentos de la tercera llamada, el Super Bowl XLIX espera ganador

GLENDALE -- Se ha entregado el anuncio de la segunda llamada, y los actores están listos para saltar a escena.

Al cabo de 60 minutos de tiempo reglamentario --más el tiempo que sea necesario en la prórroga, en su caso-- conoceremos al campeón de la temporada del 2014-15 de la NFL en el Super Bowl XLIX.

La premisa principal es la siguiente: los Seattle Seahawks están ante la rara oportunidad de obtener el Trofeo Lombardi en temporadas consecutivas, precisamente ante el último equipo que consiguió la hazaña, los New England Patriots.

Los Seahawks arriban con un ataque terrestre sobresaliente, liderado por el corredor Marshawn Lynch y por el mariscal de campo Russell Wilson, contemplando convertirse en la más reciente dinastía de la NFL, una edificada sobre la base de una defensiva de época.

El rival en turno es la última dinastía que conoció la liga, unos Patriots que se coronaron en tres ocasiones dentro de un lapso de cuatro campañas a principios de la década pasada, y de volverlo a hacer este domingo ante los actuales monarcas, podrían encender el debate sobre si se trata de una continuación de la dinastía ya establecida --conectada a través de dos apariciones de Super Bowl que culminaron en derrotas en las ediciones XLII y XLVI del Super Bowl--, o se trata de un nuevo inicio.

¿Cuáles son los argumentos con que llegan cada uno de los contrincantes a la batalla en el desierto?

El equipo de Seattle, guiando por Pete Carroll, basa su planteamiento en una defensiva que no juega un esquema complicado pero que apuesta por la agresividad y la ejecución. La sobresaliente defensiva secundaria, conocida como la "Legion of Boom", llega liderada por el esquinero Richard Sherman y los profundos Earl Thomas y Kam Chancellor, acompañados por los esquineros Byron Maxwell, Jeremy Lane y Tharold Simon. Irónicamente, las tres figuras de esta unidad llegan tocadas. Thomas y Sherman arrastran lesiones desde hace dos semanas, del Juego por el Campeonato de la NFC, mientras que Chancellor sufrió la mala fortuna de lastimarse en la penúltima jugada de la práctica del viernes de los Seahawks. Seattle será retado en la línea final desde el principio del partido para demostrar que las lesiones de sus tres elementos más importantes en la secundaria no impactarán el desarrollo del juego.

Ofensivamente, la historia se cuenta a ras de tierra. Lynch no habla con los medios pero dice mucho con las piernas. El corredor estelar reconocido como "el mejor de la liga" por el tackle defensivo de los Patriots, Vince Wilfork, es el hombre más importante del ataque de Seattle gracias a un estilo autoritario que reditúa en muchas yardas después del primer contacto. Además, las jugadas de zone read, complementan a la perfección a Lynch cuando Wilson acierta con su lectura en el mesh point, guardando el ovoide para sí cuando las defensivas se concentran excesivamente en Lynch. Los receptores abiertos y alas cerradas trabajan como complemento al backfield, cuando llega el momento de sorprender con latigazos por aire, donde Wilson es preciso lanzando en movimiento.

New England, por su lado, promete sorpresas. Es difícil pensar en un equipo que sea capaz de trasladarse de un extremo a otro entre la preponderancia del ataque aéreo al terrestre y viceversa como los Patriots, siempre bajo la conducción de Tom Brady. En su último encuentro, los Pats optaron por LeGarrette Blount para el trabajo pesado, un corredor que no llega a ser de la calidad de Lynch, aunque comparte ciertas cualidades con el estelar de Seattle. Sin embargo, la mejor arma de New England es el ala cerrada Rob Gronkowski, posiblemente el jugador más difícil de derribar en el uno contra uno en toda la NFL. Como sucede con Seattle, los receptores abiertos funcionan mejor cuando son utilizados como complemento a algún otro plan de acción primordial para la ofensiva, y no cuando deben ser la punta de lanza del ataque, aunque la mera presencia de Brady jalando del gatillo desde el bolsillo de protección asegura que el juego aéreo no debe tomarse a la ligera, sin importar quién esté alineado por el lado defensivo.

La defensiva de los Patriots es otro cuento. La llegada del esquinero Darrelle Revis brindó un sello de calidad a la secundaria, pero no se puede negar el talento con que cuenta New England en los flancos con los alas defensivas Rob Ninkovich y Chandler Jones, y los apoyadores Jaime Collins y Dont'a Hightower.

Luego llega el contraste entre los entrenadores en jefe, cuyos estilos claramente permean la personalidad de sus escuadras.

Pete Carroll es un tipo en términos generales más relajados que sabe cuándo subir la intensidad hasta el tope, característica que se nota en los dinámicos y, a veces, aparentemente desbocados Seahawks.

Bill Belichick es un coach introvertido que busca un perfil más bajo y se enfoca más en la precisión, situación que demuestra claramente un equipo de los Patriots que se enfoca primordialmente en la ejecución precisa de un sesudo plan de juego.

Es difícil recordar un juego por el título de la NFL en que los equipos llegaran tan parejos, y los analistas han sugerido que estamos ante el primer Super Bowl que conocerá el tiempo suplementario.

Se aproxima el momento de la tercera llamada y el telón está por levantarse. El Super Bowl XLIX espera a su campeón.

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