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Llegó la esperada reinstalación de Peterson, pero la trama se agudiza

MINNEAPOLIS -- Veintitrés palabras.

Eso fue todo lo que los Minnesota Vikings tuvieron que ofrecer el jueves en un comunicado que respondió las noticias que Adrian Peterson, por primera vez en siete meses, tendría permitido reintegrarse al equipo. Leía, "Los Minnesota Vikings han sido informados por la NFL que Adrian Peterson ha sido reinstalado. Estamos ansiosos porque Adrian se reintegre a los Vikings".

Realmente, ¿qué más se necesita decir?

Hace dos meses, casi como si la bandera verde ondeara sobre sus esfuerzos, los directivos de los Vikings comenzaron una serie de declaraciones públicas serias, dejando que el mundo supiera que estaban listos para darle la bienvenida a Peterson y comenzar de cero tras los problemas legales del corredor.

Cuando fue contactado por ESPN el 19 de febrero, Peterson dijo que había escuchado esas posturas --la mayoría a través de sus familiares-- pero estaba "aún inquieto" sobre volver a los Vikings. El equipo, aseguró él, no mostró suficiente apoyo el año pasado, cuando realmente importaba. La decisión de enviarlo a la lista de exenciones del comisionado, después que los patrocinadores cedieron en el anuncio inicial de los Vikings que Peterson jugaría durante su caso legal, fue una "emboscada", dijo Peterson.

Él escuchó lo que dijo el público cuando fue indiciado por cargos de abuso infantil, y le hizo cuestionarse si él y su familia serían recibidos de vuelta en Minnesota. Su agente, Ben Dogra, llevó las cosas un paso más allá en marzo, asegurando que no pensaba que los "mejores intereses" de Peterson sean continuar su carrera con los Vikings.

Las posturas de ambas partes han estado allá afuera para consumo del público durante la mayor parte de los últimos dos meses. Peterson quiere jugar en otro lado; ya sea que los Vikings planeen traerlo de vuelta --al costo de 12.75 millones de dólares sólo por el 2015-- o forman parte del plan más intrincado y elaborado para un canje que hemos visto. Y si los Vikings han indicado en privado a Dogra que quieren mover al corredor, no tendría mucho sentido que Dogra anunciara que Peterson se quiere ir.

El tan esperado anuncio de este jueves por parte de la NFL, hizo muy poco contra la última barrera que divide al equipo y al ex JMV de la liga; todo lo que queda ahora es ver si las barreras emocionales caerán o no.

Podríamos obtener una respuesta en dos semanas, si los Vikings deciden separarse de Peterson en un canje previo al draft. O podríamos estar esperando durante una vigilia que consuma los entrenamientos de temporada baja, las actividades organizadas por el equipo (OTAs, por sus siglas en inglés) y el minicampamento del club entre el 16 y el 18 de junio, primer evento en que los Vikings podrían multar a Peterson si no se presenta.

Pero si los Vikings no lo canjean durante el draft, estarán apostando esencialmente a que les queda suficiente tiempo, y suficiente gente en la organización que respete a Peterson, para ganárselo de vuelta. Especialmente si la decisión se reduce a jugar para ellos o para nadie más, el recelo de Peterson podría evaporarse con el tiempo.

Si me permiten extrapolar --y ustedes saben que a los escritores nos encanta hacer eso-- les traduciré el comunicado de los Vikings de la siguiente forma. "La NFL nos ha informado de la reinstalación de Adrian Peterson, lo cual anticipábamos y recibimos bien. Estamos preparados para volver al negocio como antes, convirtiendo una vez más a un jugador de 30 años en el corredor mejor pagado de la liga. Para lo que no estamos listos es para entregar al señor Peterson a cambio de nada; y probablemente por nada menos que una suma decorosa mediante canje. Tenemos confianza en que, a falta de una baraja amplia de opciones, el señor Peterson también decidirá regresar a los negocios habituales".

Durante los últimos dos meses, he pensado mucho en los comentarios de Peterson del 19 de febrero y que su relación con los Vikings seguía siendo suficientemente sana como para que el equipo no lo obligue a quedarse si no está feliz en Minnesota. "Entiendo que me respetan lo suficiente para que si, por cualquier razón, no estuviese contento feliz y no quisiera volver a Minnesota, no me querrían allí infeliz", dijo Peterson. "Sé que tengo suficiente respeto y ellos me respetan en suficiente medida para saber eso sobre ellos".

Cuando lo declaró, Peterson sonaba como alguien que creía que las relaciones personales que había formado a lo largo de ocho años en Minnesota mantendrían las cosas suaves en torno a su realidad financiera. Pero realmente, de eso se ha tratado el cisma de Peterson con los Vikings --y hasta con la NFL-- y a lo largo de los últimos siete meses, los intereses personales no han ganado mucho terreno aquí.

Como dijo Peterson con pesar en febrero, "últimamente, al ser capaz de estar adentro y ver cómo se repartieron las cartas, cómo se expusieron las cosas, esto, lo otro y lo demás, se trata de proteger tu marca, tu organización, lo que has construido. En el panorama de las cosas, ninguna persona cuenta por encima de eso. Lo entiendo".

Este jueves, los Vikings no dijeron nada que sugiera que eso cambiará. Lo que significa que todo lo que podemos hacer es esperar a ver qué hará Peterson.