Rich Cimini 9y

La decisión de los Jets en 1995, cambió la historia de tres franquicias

FLORHAM PARK -- Aficionados a los New York Jets en el draft de 1995: "¡Queremos a Sapp! ¡Queremos a Sapp! ¡Queremos a Sapp!".

Comisionado Paul Tagliabue: "Los New York Jets eligen al ala cerrada de Penn State, Kyle Brady".

Fans: Rugidos y abucheos".

Chris Berman de ESPN al aire: "Oooooh. Damas y caballeros, nuestra primera sorpresa real, yo pienso, a estas alturas del draft".

Fue uno de los momentos más infames en la historia de los Jets, justo ahí con Ken O'Brien sobre Dan Marino en el draft de 1983, el engaño de picada de Marino, el castigo por rudeza sobre el pasador de Mark Gastineau en Cleveland y, por supuesto, el 'butt fumble' de Mark Sanchez.

El 22 de abril de 1995, los Jets dejaron pasar la oportunidad de reclutar al tackle defensivo de la Universidad de Miami, Warren Sapp, quien llegó al Salón de la Fama tras una brillante carrera con los Tampa Bay Buccaneers y los Oakland Raiders.

Preocupados por resultados positivos en pruebas antidoping de Sapp, información disponible para los equipos en la víspera del draft, los Jets decidieron ir a la segura, optando por un ala cerrada con imagen All-America. Esa decisión impactó a tres franquicias, enviando a dos --los Bucs y los Baltimore Ravens-- a títulos de Super Bowl y a otra al fondo de la NFL.

Los Jets pasaron del mal nivel a ser el hazmerreír durante la peor racha de dos años en la historia de la franquicia: un récord de 4-28. Ciertamente no fue culpa de Brady, pero, en retrospectiva, la primera selección de draft del régimen de Rich Kotite fue una señal ominosa. Kotite, quien se vendía a sí mismo como un chico relajado de Brooklyn, volvió a los Jets en un desastre tridimensional. Las consecuencias de la decisión Sapp/Brady fueron absorbidas durante años.

"Lo que impactó a la franquicia fue la decisión de permitirle a Rich Kotite tomar decisiones", recordó Boomer Esiason, el pasador de 1995. "Recuerden, él mismo lo dijo: 'no soy ningún genio'".

Para ser justos, otros 10 equipos dejaron pasar a Sapp, incluyendo los Bucs. En lugar de tomarlo con la séptima selección global, cambiaron puestos con los Philadelphia Eagles y lo tomaron con la casilla N° 12. Ahora, eso sí es de genios. En retrospectiva, resultó brillante para los Bucs y Sapp, pero fue una espera dolorosa. La herida se quedó con él durante años.

Tampoco fue un día de campo para Brady. Él fue la novena selección global y, aunque aseguró que los abucheos no lo afectaron, de inmediato sintió el peso de las grandes expectativas. Por poco lo rompieron.

De forma involuntaria, Kotite alimentó la Fiebre por Sapp en New York con comentarios publicados en Sports Illustrated la semana previa al draft.

"Debo tenerlo", le dijo a Paul Zimmerman de SI, quien también mencionó en el artículo que apostaba un habano a que Kotite no tendría las agallas de reclutar a Sapp.

Hubo muchos rumores alrededor de la liga sobre los problemas de Sapp fuera del campo. Después se intensificaron, lo que cimbró las paredes dentro de las instalaciones de los Jets.

Los Jets, al igual que cualquier otro equipo, recibieron acceso a los expedientes confidenciales de los jugadores por parte de la oficina de la liga, lo que suplió información adquirida por ellos. El día anterior al draft, los equipos se enteraron que Sapp arrojó positivo por marihuana seis veces y una por cocaína en colegial, de acuerdo con reportes de los periódicos.

Sapp estaba cerca de la cima en la pizarra de draft de los Jets, compartió el ex director de personal Pat Kirwan. Lo trajeron a la ciudad para una visita nueve días antes del sorteo, lo sentaron con el psicólogo del equipo y se veían satisfechos.

Pero una vez que se enteraron de los reportes por drogas, trazaron un punto rojo junto a su nombre en la pizarra, removiéndolo inmediatamente de su consideración con las casillas N° 9 y 16. (Esa última selección vino desde los Arizona Cardinals a cambio del receptor Rob Moore, otro canje criticado de Kotite).

"No iba a suceder", dijo Kirwan sobre los Jets seleccionando a Sapp.

Los Jets iniciaban una nueva era y no quisieron causar mala publicidad al tomar un jugador --aunque quizá un próximo estelar-- con pasado sombrío. También buscaban a Brady, quien no hacía mucho sentido porque ya tenían a un ala cerrada de primera ronda en Johnny Mitchell, elegido en 1992. Pero, vaya, hacían muchos movimientos inusuales en esos días.

Cuando se enteraron de las pruebas positivas por droga, Kirwan manejó hasta Manhattan y se reunió con Sapp y su agente, Drew Rosenhaus, en la habitación de Sapp en el Marriot Marquis. Kirwan dijo que fue directo con Sapp, preparándolo para una potencial caída en el día del draft e informándole, "no nos van a permitir reclutarte por las pruebas antidrogas".

Personalmente, a Kirwan le agradaba Sapp. No quería verlo humillado en cadena nacional, así que le sugirió dejar la ciudad para evitar la locura. Sapp quiso quedarse; eso impresionó a Kirwan.

Hubo conversaciones subsecuentes entre los Jets y Rosenhaus, quien llamó a las oficinas del club más tarde esa noche en un intento por calmar sus preocupaciones. Eso es lo que hacen los agentes.

"Creí que había una posibilidad de pelear para que lo reclutaran, basado en nuestras conversaciones", dijo Rosenhaus, quien pensaba que los Jets no debían tener dudas.

Sapp fue valorado ampliamente como talento Top 5, un prospecto excepcional como tackle defensivo por su habilidad de presionar al mariscal de campo. Para entonces, los Jets ya estaban convencidos de Brady, lo que llevó a momentos de ansiedad en los instantes previos a la ceremonia.

Se enteraron, por una fuente de Penn State, que Brady trabajó para los Cleveland Browns unos días antes del draft. Los Browns, entrenados por Bill Belichick, dieron seguimiento con una llamada a la escuela para saber la talla de zapato y casco de Brady, un señal real de interés.

Los Browns tenían la décima selección global, un lugar detrás de los Jets, quienes estaban seguros que tendrían a su elección siempre y cuando su intención no se filtrara.

En un capítulo humorístico, Brady rechazó la invitación de los Jets para una visita previa al draft porque creía que no había manera que lo reclutaran. Los Jets no estaban complacidos, pero eso no cambió su aproximación. Veían a Brady, un Hulk de 6'6" y 270 libras con manos de receptor, como jugador rostro de franquicia.

"Un tipo de jugador Mark Bavaro y limpio como un silbato", dijo Kirwan.

Llegó el día del draft y Sapp seguía cayendo, cayendo y cayendo. De pronto, los Jets estaban en el reloj, y la gente en el Radio City Music Hall enloquecía. Esta situación, pensaron los aficionados, era la forma en que los dioses del fútbol americano les retribuían por años de mala suerte y malos drafts.

"A ese punto, todos sentíamos que se daría Warren a los Jets", dijo Rosenhaus. "Cuando tomaron a Brady, le quitó el aire a nuestras velas. Brady salió un poco más alto de lo esperado. Obviamente, el público se desinfló".

Brady fue golpeado por el lado ciego. Él pensaba que su destino era Cleveland.

"Debo admitirlo, me sorprendí tanto como los aficionados", reconoció Brady.

A la fecha, Rosenhaus sigue resentido por los reportes de drogas, insistiendo que "eran completamente exagerados y sin sustancia". Al momento, la liga giró un comunicado diciendo que la acusación por cocaína era falsa. No obstante, las noticias tuvieron un efecto profundo, volviendo a Sapp en esa persona en la sala verde: el pobre infeliz tratando de mantenerse uniforme con una cámara en el rostro.

"Hubo 15 minutos entre cada selección, pero cada una se sintió como horas", consideró Rosenhaus. "Quieres que sea un proceso divertido, pero se torna una tortura. En retrospectiva, no sé si él habría cambiado algo, pero en ese día particular, no fue placentero".

¿Habrían reclutado los Jets a Sapp si su expediente fuese limpio? Es una pregunta sin sentido porque no hay forma de que hubiese caído tan abajo sin los focos rojos. Los fantasmas le dieron la oportunidad a los Jets. Decidieron no aprovecharla.

"Fallamos con Sapp y elegimos fallar con Sapp", dijo Kirwan.

En el búnker de Belichick, la selección de los Jets de Brady fue tan sorpresiva que escaparon de la décima selección. Cambiaron lugar con los San Francisco 49ers, cayendo hasta la posición N° 30 y acumulando tres selecciones extra. Una de esas fue la primera global de 1996.

Los Browns se cambiaron a Baltimore ese año --Belichick no fue invitado-- y los Ravens usaron esa casilla en un apoyador llamado Ray Lewis. Cuatro años después, ganaron el Super Bowl. En el 2018, él se unirá a Sapp en Canton.

En el 2007, Belichick finalmente obtuvo a su elegido, firmando a Brady con los New England Patriots. En una conversación privada, Belichick le confesó a Brady lo que todos sospechaban 12 años antes, que su intención era reclutarlo. Más vale tarde que nunca, ¿cierto?

Tras una espera interminable, la pesadilla de draft de Sapp terminó cuando los Bucs lo tomaron en el lugar N° 12. Rosenhaus estaba dando una entrevista en vivo cuando el director de personal de los Bucs, Jerry Angelo, le llamó e insistió que terminara la charla para negociar.

"No lo íbamos a dejar pasar dos veces", dijo Angelo, recordando. "Para ese punto, valía el riesgo. Por talento, debió ser la primera selección global. Hubo un incendio la noche anterior al draft y nosotros nos beneficiamos de ello. Fue un increíble giro del destino".

Fue un día brillante para los previamente miserables Bucs porque, instantes después, canjearon selecciones para adquirir otra selección de primera ronda. Tomaron al futuro apoyador Salón de la Fama Derrick Brooks, completando uno de los mejores días de draft en la historia. Siete años después, la defensiva Sapp-Brooks llevó a los Bucs al título de Super Bowl.

Ésta es una reseña que lanza sal en la herida, pero Kirwan confía firmemente que el predecesor de Kotite, Pete Carroll, habría tomado a Sapp y Brooks con la casilla N° 9 y 16, respectivamente. Kirwan y Carroll son amigos, y han hablado de lo que pudo ser.

Al menos, los Jets no desperdiciaron la selección N° 16: tomaron al ala defensiva Hugh Douglas, quien vivió una carrera exitosa con los Jets y los Eagles.

Sapp jugó durante 13 años, llegó a siete Pro Bowls y fue nombrado Jugador Defensivo del Año en 1999. Se ganó algunos enemigos con el paso de los años con su personalidad desafiante, pero nunca se metió en problemas por drogas. Fuera del campo, se comportó bien.

Después del retiro, fue otra historia.

En el 2010, Sapp fue arrestado por agresión doméstica (los cargos fueron retirados después) y surgieron problemas financieros que lo llevaron a la bancarrota. Su reputación recibió un golpe fuerte en febrero, cuando fue arrestado el día después del Super Bowl y acusado con cargos de prostitución y agresión. Fue despedido de la NFL Network, donde trabajaba como analista de estudio.

Mientras siguen surgiendo las detalles vergonzosos, Sapp mantiene un bajo perfil, de acuerdo con Rosenhaus.

Claramente, Sapp sigue albergando sentimientos amargos por su día de draft. En su discurso de ingreso al Salón de la Fama en el 2013, Sapp agradeció a los Bucs por poner fin a su miseria, diciendo que, "en esa tarde de abril, no estaba a la moda elegir a Warren Sapp. Estuve sentado allí durante dos horas y 45 minutos".

Alguna vez, Sapp recordó que lo destrozó la imagen de su madre y su abuela llorando mientras esperaban que un equipo dijera su nombre. Por el otro lado, cuando Brady escuchó su nombre antes de lo esperado, fue un gran alivio... temporalmente.

Brady está ganando en la vida. A sus 43 años, tiene un título de abogado y licencia para practicar en Florida --pasó la barra en el primer intento-- pero está muy ocupado a cargo de su compañía de servicios financieros, y en su papel como esposo y padre de tres como para ser, ya saben, un abogado. En su tiempo libre, le gusta viajar a Ashville, North Carolina en su avión Cirrus de cuatro plazas y un motor. Sí, también tiene licencia de piloto.

"He escuchado a otros pilotos decir que volar expande los límites de nuestra área de juego", dijo Brady, fascinado por la aviación desde que coleccionaba aviones a escala en Harrisburg, Pennsylvania.

Ocho años después de su retiro de la NFL, Brady vive su sueño. Está en paz con su carrera de fútbol americano, satisfecho por haber sido un buen jugador, no un fiasco. Llegó a esa conclusión tras una batalla interna que amenazó con colapsar su carrera antes del arranque.

Tratando de colmar el ambiente, Brady se enredó en un ciclo vicioso, esforzándose de más para ser exitoso. A veces, se sentía perdido, especialmente sin un coach de posición. Increíblemente, Kotite --ex ala cerrada-- no tenía entrenador de alas cerradas en su personal de los Jets. Cuando necesitaba consejos, Brady llamaba a uno de sus antiguos coaches de Penn State.

Batalló en sus primeras dos temporadas, lo cual le atrajo duras críticas. Un día, Brady, golpeado por los reportes del periódico de sus pases caídos, invitó a los escritores al campo de prácticas y los desafió a atrapar balones por él. Tratando de probar que atrapar un balón no es tan fácil como parece, Brady lanzó balas.

"Me dolía", reconoció Brady sobre las críticas. "Me llamaban fiasco de draft y me señalaban como una de las razones por las que los Jets no podían sacudirse los problemas. Mi respuesta ante las críticas era presionar y tratar más duro. Cuando presionas, juegas peor. Era un espiral".

Todo cambió en 1997, cuando Bill Parcells reemplazó a Kotite. No le tomó mucho tiempo a Parcells darse cuenta de la actitud tensa de Brady.

"Sus enseñanzas me transformaron", aseguró Brady. "Él vio la mirada en mis ojos y dijo, 'Brady, tienes que relajarte'".

Brady floreció en un elemento importante del equipo de 1998 que alcanzó el Juego de Campeonato de la AFC. Se aflojó fuera del campo, también, entreteniendo al equipo con sus imitaciones de Parcells y Kotite todos los viernes.

Se quedó únicamente cuatro temporadas en New York, aceptando una elevada oferta de agencia libre desde los Jacksonville Jaguars, su equipo de 1999 al 2006. Pasó su último año con los Patriots, jugando en su histórica derrota de Super Bowl contra los New York Giants. Estuvo realmente cerca de terminar su carrera con temporada de 19-0.

El fútbol americano fue bueno con Brady. En algún punto, era el ala cerrada mejor pagado en el fútbol americano, terminando su carrera con alrededor de 30 millones de dólares en ganancias. Se asentó en Atlantic Beach, Florida, e inició su propia compañía recientemente, Summit View Capital Management.

Nunca llegó a un Pro Bowl y nunca deberá preparar un discurso para el Salón de la Fama, pero Brady jugó 13 temporadas, las mismas que Sapp. Apareció en 197 juegos, uno menos que el total de Sapp. Terminó con 343 recepciones y 25 touchdowns.

"Sé cuál es la percepción. No la puedo cambiar", dijo Brady. "Seré percibido por varios, especialmente en New York, como una decepción y un fiasco de draft, Pero, en mi corazón, sé que fui un buen jugador".

No, no fue Warren Sapp. Pero ahora, quizás, Sapp desearía estar en los zapatos de Kyle Brady durante los próximos 30 años.

^ Al Inicio ^