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Un japonés con acento argentino

BUENOS AIRES (ESPNdeportes.com) -- La letra "ll" pronunciada como "y" cuando habla en español lo delata irremediablemente como argentino.

Sendai Tanaka es japonés, pero como a él mismo le gusta decir con una sonrisa a quien quiera escucharlo "soy más argentino que el mate y el tango".

El personaje en referencia tiene sólo 32 años, pero una larga y exitosa trayectoria como manoplero y entrenador, que incluye nombres como los mexicanos Marco Antonio Barrera y Erik Morales y el venezolano Jorge Linares, considerado actualmente como una de las grandes promesas del boxeo mundial.

"El Pampa" Tanaka comenzó a relacionarse con la cultura latinoamericana durante su adolescencia en Japón, durante la cual vivió un tiempo con una familia argentina que le enseñó a hablar español y a admirar la cultura "gaucha".

Años más tarde, decidió ir a perfeccionarse como entrenador a México, y allí deslumbró a todos con su habilidad para trabajar con las manoplas.

Entre los deslumbrados estaba Barrera, con quien trabaja ya hace casi 10 años.

Actualmente, es uno de los entrenadores del legendario gimnasio Teiken de Tokio, donde perfecciona a esa nueva joya que ha dado el boxeo de Venezuela, llamada Linares.

Durante un breve paso por Buenos Aires, "el Pampa" Tanaka visitó amigos, buscó incansablemente un bandoneón ("algún día dejaré el boxeo y seré como Piazzolla", bromea) y charló con ESPNdeportes.com.

- ¿Cuáles fueron tus comienzos en el boxeo?
Comencé a boxear cuando tenía 14 años. Fui amateur durante cinco años y después realicé sólo seis peleas como profesional (tres ganadas y tres perdidas, en peso pluma y ligero). Pero me di cuenta que no era un buen boxeador, así que rápidamente comencé a pensar en ser entrenador.
Comencé a trabajar con un entrenador y mánager japonés llamado Sadahiro Gonoghe en su gimnasio Teiken Hachinoge, en una pequeña ciudad al norte de Japón.

- ¿Allí fue dónde aprendiste el arte de las manoplas?
Sí, el señor Gonoghe fue mi maestro. Su gimnasio era famoso porque de ahí salían muy buenos boxeadores, a pesar de que entrenaban en condiciones muy precarias. Como es una ciudad muy pequeña, había muy pocos boxeadores y, entonces, no había muchas posibilidades de que hicieran sesiones de guanteo. Pero el señor Gonoghe compensaba esa carencia con el trabajo de manoplas. Los boxeadores después iban a pelear a Tokio con otros mucho mejor preparados en lo que a guanteo se refiere, pero les ganaban y sorprendían a todos.

- ¿Y cómo llegaste a México?
Un año más tarde me fui a México para aprender allá. Mi idea era quedarme un tiempo, porque conocía algunas personas en los gimnasios Margarita y Nuevo Jordán. Estuve trabajando un tiempo y allí fue cuando me vio Marco Antonio Barrera, en 1995. Él me pidió que trabajara con él, haciendo de co-entrenador, ya que toda la vida estuvo junto a Rudy Pérez. Así fue como me quedé a vivir en México.

- ¿Por qué perdió Barrera frente a Manny Pacquiao?
Pasaron muchas cosas que impidieron que entrenara como debía. Primero nos tuvimos que cambiar de lugar de concentración por los incendios en California. Luego, fuimos a San Antonio y el clima era mucho más caluroso, lo cual afectó la preparación de Marco. Después, llegaron las malas noticias (se refiere a que se reveló maliciosamente que Barrera tendría problemas cerebrales) y tuvimos que volver a interrumpir los entrenamientos para viajar a Houston y otros lugares para realizar exámenes médicos.

- ¿O sea que sabían que Barrera subiría al cuadrilátero en muy mala condición?
Lamentablemente, no estaba concentrado.

- ¿Cómo lo viste en su regreso, ante Paulie Ayala, hace algunas semanas?
Ahora la preparación fue óptima y el resultado está a la vista. Barrera tiene el deseo de volver a los primeros planos. Y puede hacerlo, porque tiene la motivación necesaria.

- Al mismo tiempo, también trabajas en Japón...
Sí, hace poco más de un año el señor Akihiko Honda (el promotor más influyente de Asia) me propuso trabajar con él, en el gimnasio Teiken de Tokio. Allí entreno a Jorge Linares y a otro prospecto japonés llamado Takahiro Aoh. La mayor parte del tiempo estoy en Japón, pero la prioridad siempre es Barrera. Cuando él tiene un combate por delante, viajo a México y después vuelvo a Tokio.

- Tienes en tus manos al que dicen será la próxima súper figura del boxeo...
Sí, es un prospecto increíble Linares. Está mejorando mucho, aunque todavía tiene que aprender muchas cosas. Creo que dentro de un año estará listo para dar el gran salto. Estoy seguro que él haría un gran papel e inclusive podría ganarles a muchos campeones actuales. Pero la idea es que siga aprendiendo, para convertirse en una súper estrella.

- ¿Realmente crees que "el Niño de Oro" Linares será el próximo Oscar de la Hoya?
Bueno, su nivel mejora cada día y creo que está en condiciones de seguir progresando. Hay que tener en cuenta que sólo tiene 18 años. Pero tiene el potencial. Muchas personas ligadas al boxeo desde hace muchos años aseguran que cuando De la Hoya tenía 18 años no boxeaba tan bien como Jorge...

- Hace algunas semanas lo llevaste a México para que guanteara con Barrera. ¿Qué análisis haces de ese entrenamiento?

Fue muy productivo, porque Linares nunca había guanteado con un boxeador de la jerarquía de Barrera. Así es como se aprenden muchas cosas. Por ejemplo, como tiene que moverse sobre el cuadrilátero o cómo tiene que lanzar los golpes a los planos bajos. Linares es un chico muy inteligente.

- Hay interés en que trabajes manoplas con el argentino Jorge "La Hiena" Barrios. ¿Es posible que se concrete?
Bueno, el apoderado de Barrios, el señor Mario Arano, se comunicó conmigo y me ofreció trabajar con él. La verdad es que me interesa mucho. Pero no es tan sencillo, porque por el momento tengo mucho trabajo en Japón y México. Vamos a ver si podemos arreglar eso.

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