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Jay Cutler tiene a los Chicago Bears esperando que el talento rinda frutos

AP Photo

La redacción de ESPN.com.mx eligió a los jugadores más representativos para cada número de jersey, desde el 99 hasta el 1, para dar a conocer sus semblanzas a modo de conteo regresivo hasta el arranque de la temporada regular del 2015. Aquí puedes consultar la lista completa.

MÉXICO -- Controversia, críticas y reprobación son los elementos en la fórmula para describir a un personaje que en los primeros años de su carrera de NFL destacaba por su talento, mecánica y potencial ganador. Conforme avanzaron las temporadas se volvió un divisor de opiniones, hoy en día la balanza se inclina fuertemente al rechazo, aunque caben pocas dudas que los fracasos de Jay Cutler corresponden más a una falta de liderazgo y disposición que a una carencia de aptitudes para el fútbol americano.

Para términos exclusivos de la cuenta regresiva de ESPN, el N° 6 está reservado para pocos jugadores y muy, muy pocos mariscales de campo que hayan tenido éxito en la NFL. El primero que se me ocurre a un lado de Cutler es Mark Sanchez, mientras Bubby Brister tuvo una buena época pero sus números difícilmente saltan a la vista.

La realidad en torno a Cutler es que nadie le compite directamente basado en su jersey y, aunque está enfrascado como un jugador que se queda corto en sus expectativas, ha visto suficiente emanar de su brazo para colocarse en un grupo exclusivo en cuanto a producción de yardas.

Actualmente, rumbo a su décima temporada profesional, Cutler ha lanzado para 27,749 yardas, suficientes para colocarlo en el Top 60 histórico de la NFL, 5 mil yardas detrás de Steve Young, N° 30 en la lista. Al paso que lleva, Cutler necesitará tres temporadas más para aproximarse al Top 20, pero verá a muchos de sus contemporáneos ascender más rápido y a mejores posiciones.

Vio una gran campaña en touchdowns aéreos durante su primer año en los Chicago Bears --después de ser canjeado por los Denver Broncos, quienes lo reclutaron en la primer ronda del 2006-- con 27 anotaciones, pero también lanzó una marca personal de intercepciones con 26. Recientemente, en el 2014, consiguió 28 pases de seis puntos, aunque lideró la NFL con 18 entregas aéreas. En términos exclusivos de yardas, Cutler tuvo una campaña maravillosa en el 2008, su único llamado al Pro Bowl tras lanzar para 4,526.

Cutler tampoco ha recibido mucha ayuda a lo largo de su carrera y ha jugado para un número exagerado de coordinadores ofensivos. En el 2010 fue capturado en 52 ocasiones pero logró llevar a los Bears a una marca de 10-5 como titular, su mejor como profesional, y en ese mismo año consiguió su único triunfo de playoffs ante los Seattle Seahawks por marcador de 35-24. En ese partido completó 15 de 28 pases para dos touchdowns, pero su gran labor vino con dos anotaciones terrestres.

En la Final de Conferencia jugada en Soldier Field, Cutler enfrentó a su némesis: los Green Bay Packers de Aaron Rodgers, quienes terminaron con sus aspiraciones de Super Bowl en medio de una racha negativa que lo tiene 1-11 contra su archirrival de la NFC Norte.

Cutler viene de su mejor producción aérea en seis años y logró su máximo personal en porcentaje de pases completos. La llegada de John Fox a los Bears y su coordinador ofensivo Adam Gase presenta el 5° esquema que Cutler deberá aprender desde el 2009, y es necesario que reviva la química que tuvo con el receptor Eddie Royal en Denver en aquella temporada de Pro Bowl para que los Bears vean algo más de su N° 6, su líder ofensivo y alguien que todavía tiene tiempo para mejorar su legado, siempre y cuando dejen de despedir gente a su alrededor.

Si bien nadie puede discutir su talento --es inteligente para lanzar y también puede correr-- Cutler necesita mejorar su récord como titular. No tiene el respaldo de los aficionados, situación que pocos mariscales de campo con períodos continuos ven en sus ciudades. Cutler posee el talento para ser un grande, pero nadie ha logrado que eso funcione, y la razón en desconocida. Quizá tengo que ver con el hecho que, desde el momento en que ingresa al campo en medio de (algunos) vitoreo y fuegos artificiales, entra cabizbajo, como si se dirigiera hacia la peor parte de su día.

Quizá su margen de tolerancia ya se agotó, así como su intervalo dentro del beneficio de la duda, pero mientras sigan existiendo esas bases naturales para lanzar el ovoide, no podemos descartar que se avecina un año mejor que el anterior para Jay Cutler, quien terminará su carrera profesional con números aéreos que hace dos décadas lo hubiesen mandado al Salón de la Fama.