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Más de un equipo de la NFL sufre una temporada de pesadilla en el 2015

BRISTOL -- Pesadillas suceden, en ocasiones, más seguido de lo preferiríamos. Pero aunque pueden ser molestas, tienden a ser inofensivas. Tan pronto despierta la persona es borrón y cuenta nueva.

Fui parte de una “pesadilla” que duró una temporada en 1987, la temporada después de que ganamos el Super Bowl. Todo empezó en pretemporada cuando diagnosticaron a uno de nuestros jugadores más importantes con Linfoma no Hodgkins. La noticia, como se dice, “nos sacudió el tapete”, y peor a Bill Parcells porque era uno de sus jugadores favoritos. Sufrimos también lesiones a jugadores importantes, y existía la tensión normal de ser el equipo defensor del campeonato. Abrimos esa temporada con dos derrotas y el lunes, después del segundo partido, la asociación de jugadores declaró huelga. Después de una semana sin actividad, los esquiroles que contrataron los Gigantes perdieron los siguientes tres partidos.

Cuando nos reportamos en la séptima semana, Parcells estaba furioso. Cambió los itinerarios y las rutinas de práctica haciéndolas más incómodas e intensas. Se respiraba un ambiente de tensión inexplicable. Cada error, por pequeño que fuera, era enfatizado. Cada martes había “tryouts” o pruebas, para cada posición. Todos estábamos advertidos que no teníamos el trabajo seguro. Terminamos esa temporada ganando seis de los últimos 10 partidos para terminar con marca de 6-9. Parcells declaró que fue el peor trabajo que hizo como entrenador, pero que a la postre, le ayudó en el futuro.

Hay varios equipos de la NFL que están en medio de una pesadilla y no pueden despertar. Para algunos, la pesadilla podría convertirse en realidad. La reacción de sus entrenadores será clave en cómo cierren la temporada.

Baltimore fue favorito de muchos, incluyendo su seguro servidor, para calificar a postemporada y ganar el Super Bowl. Con la derrota frente a Cleveland, la segunda en su división jugando en casa, la posibilidad de ganar la división está prácticamente eliminada. Podría calificar de comodín, como lo hicieron en 2012, año que ganaron el Super Bowl, y en el que perdieron cuatro de sus últimos cinco partidos calificando de “panzazo”. La situación actual se ve más complicada. En la Semana 1 perdieron a Terrell Suggs, el segundo jugador más importante del equipo después de Joe Flacco. Contra Cleveland, salieron del partido Justin Forsett y Elvis Dumervil. Esto además de la baja de Steve Smith Sr. quien estuvo inactivo en la Semana 5. Fueron víctimas de una jugada de fantasía en un pase de 18 yardas en una pase improbable que fue atrapado con las piernas. Los Cuervos han tenido la ventaja en todos los partidos que perdieron, pero su defensiva, incapaz de presionar al QB, no pudo cerrar ninguno. Firmaron a Jason Babin para tomar el lugar de Suggs y su contribución el domingo fue cometer dos castigos cruciales en series ofensivas que terminaron en touchdown. Babin fue despedido el lunes. La situación es más que difícil si no pueden jugar Forsett, Dumervil y Smith la próxima semana, pero si un entrenador puede sacar adelante a este equipo es John Harbaugh.

Otro entrenador que tendrá que buscar una solución mágica es Andy Reid. Kansas City empezó bien la temporada venciendo a Houston, y tenían el segundo partido bajo control contra Denver, pero permitieron 14 puntos en 13 segundos cerca del final para perder. Contra Chicago tenían una situación similar. Ganando 17-3, iban por el touchdown de la puntilla hasta que se Jamaal Charles se lastimó la rodilla. Fue palpable como se desinfló el equipo con esta lesión. Tres jugadas más tarde, Chicago bloqueó un intento de gol de campo de Cairo Santos de 27 yardas. El resto del partido Kansas City se vio como un barco sin brújula navegando a la deriva. La situación de Kansas City es más complicada que la de Baltimore porque perdieron a su jugador más valioso. Alex Smith es un jugador cumplidor, pero nunca ha sido uno que se echa el equipo a los hombros y lo saca adelante. Si quiere que lo consideren entre la élite de la NFL, esta es su oportunidad. En lo que respecta a Reid, queda por ver cómo maneja la situación. En 2012, su último año en Filadelfia, tuvo una de esas pesadillas con múltiples lesiones en su equipo además de la muerte repentina de uno de sus hijos. Terminaron 4-12. Este año no tiene que cargar con una pena tan dura como aquél. Su reto será buscar levantar el espíritu de su equipo. La experiencia anterior le deberá servir, pero no será fácil sin su estrella ofensiva.

No incluyo a San Francisco en este grupo de equipos. No había grandes expectativas al inicio de la temporada con tantos jugadores que salieron del plantel, y con un entrenador en jefe nuevo.

La situación en Detroit no sólo es una pesadilla, sino que se acerca cada vez más a ser una causa perdida. Los Leones fueron víctimas de un error arbitral contra Seattle, un partido que pudieron haber ganado pero en el que no tuvieron la oportunidad de hacerlo hacia el final. Contra Arizona, con el juego empatado a siete, estaban hilvanando una buena serie ofensiva hasta que cometieron un castigo de sujetando. En la siguiente jugada, Matt Stafford fue interceptado por Cory Redding, un ala defensiva, quien regresó el ovoide hasta la yarda 4. Arizona anotó en la siguiente jugada y ahí se acabó el partido. Vimos a un equipo sin victoria todavía en la NFL derrumbarse mentalmente. Continuaron las entregas de balón y los castigos, y hubo una discusión acalorada entre Stafford y Joe Lombardi, el coordinador ofensivo. Jim Caldwell está en su segundo turno como entrenador en jefe de la NFL. Heredó un equipo de primer nivel en Indianápolis y lo llevó al Super Bowl en 2009. En 2010 repitieron como campeones de división, pero ganaron dos partidos menos. Sin Peyton Manning, los Potros ganaron sólo cuatro veces en 2011 y Caldwell fue despedido. En 2012, Baltimore lo firmó como entrenador de QBs y fue promovido a coordinador ofensivo hacia el final de la temporada Los Cuervos ganaron el Super Bowl, pero un año después, tuvieron la ofensiva N° 29 de la NFL y no calificaron. Extrañamente, le ofrecieron el puesto de entrenador en jefe en Detroit. Dudo que tenga la experiencia o el temple para sacar adelante a su equipo.

Es justo reconocer el mérito de Cleveland para ganar en Baltimore desde 2007. Después de vencer a Tennessee con Johnny Manziel como titular se hablaba que le deberían de dar el puesto, pero Mike Pettine optó por Josh McCown una vez que se recuperó de una conmoción sufrida en el primer partido. Perdieron en su primer partido de regreso contra Oakland, pero a partir de entonces McCown ha estado encendido. Ha lanzado para 813 yardas, cuatro touchdowns sin intercepción y completado el 74 por ciento de sus pases. Cleveland se está perfilando, junto con los Raiders, como uno de los huesos más duros de roer esta temporada. Ambos han sido sorpresas gratas para sus respectivas aficiones que han sufrido en los últimos años.

Finalmente, tuvimos el gran partido de Andy Dalton contra Seattle. El encuentro se fue a tiempo extra, pero la realidad de las cosas es que Cincinnati fue mejor. Permitieron un acarreo de 69 yardas para touchdown a Thomas Rawls y soltaron un balón que fue regresado para anotación. Honestamente, pensé que en ese momento el partido estaba liquidado, pero este parece ser otro equipo de Cincinnati. Han calificado los últimos cuatro años a playoffs sólo para ser eliminados en la Ronda de Comodines. La culpa se la han (hemos) asignado a Dalton, y honestamente, con justificada razón, quizás con la excepción del año pasado cuando no contó con los servicios de sus mejores opciones a la ofensiva: A.J. Green, Tyler Eifert, Jermaine Gresham y Marvin Jones, todos ellos factores importantes esta temporada con la excepción de Gresham, que ya no es parte de los Bengalíes. Además de tener excelentes estadísticas, lo que distingue al Dalton de 2015, es su liderazgo y espíritu de lucha. Nunca demostró estar abatido a pesar de perder por 17 puntos ante la que fue la mejor defensiva de la NFL los tres últimos años. Cincinnati parece ser, en la Semana 5, el único equipo de la AFC capaz de competir con los Patriotas.

Para Dalton y sus compañeros, la temporada 2015 ha sido un sueño del cual no quieren despertar.