Carlos Nava, Escritor ESPN Digital 8y

A estas alturas, ya se agotan las matemáticas para los Dallas Cowboys

DALLAS -- La matemática casi se acabó por completo.

Los lunes para contar los días que faltaban para que Tony Romo regresara al emparrillado, disfrazado de súper héroe, para intentar salvar la temporada de sus Dallas Cowboys terminaron.

Las cuentas para soñar cuántas victorias eran necesarias para rebasar a los otros tres equipos en la División Este de la Conferencia Nacional son ya casi imposibles.

Este lunes, cuando los Cowboys regresen de su “minivacación” o tal vez “encierro penitencial” desde que fueron apabullados en todos los aspectos del juego por los Carolina Panthers el Día de Acción de Gracias, la esperanza de ver a Romo lanzando pases salvadores a Dez Bryant o Jason Witten habrá desaparecido por completo.

Los Cowboys ya ni siquiera pueden tener una temporada ganadora y las únicas matemáticas que habría que sumar son fáciles: Un milagro.

Hasta el eterno optimista de Jerry Jones casi reconoció el viernes en su habitual entrevista de radio con la estación insignia de los Cowboys que era menos difícil convencer a Troy Aikman de que regrese del retiro que encontrar acomodo en la postemporada como campeón divisional.

Más difícil aún sin su mariscal de campo titular, con su mejor receptor mermado físicamente de pie y rodilla; su línea ofensiva sin encontrar el ritmo y sincronía que los llevó la campaña anterior a ser considerada la mejor del planeta.

Pero sobre todo con una defensiva incapaz de generar balones sueltos del rival que brinden buena posición de campo y tiempo de posesión.

Tampoco presionan, en una liga en que ninguna cobertura puede sostenerse demasiado tiempo con mariscales de campo y receptores demasiado rápido, explosivos y habilidosos para burlar cualquier cobertura. Una defensiva que mucho menos es capaz de producir puntos en el marcador que den un empujón a su ofensiva cuando se requiere contra los buenos oponentes.

El ejemplo más claro fue el de los Panthers, el único invicto en la Conferencia Nacional, que tuvo problemas por momentos para mover su balón, pero mal que bien ya tenía 14 puntos producidos por su defensiva antes de llegar al descanso de la primera mitad.

La defensiva de los Cowboys es la que menos entregas de balón ha generado en la líga. Pero la que más puntos ha recibido en la segunda parte de los partidos. Ha sido tal vez más inconsistente que la ofensiva, que ha estado en el aparador por la ausencia de Romo, el ridículo juego de Brandon Weeden y la mala suerte de Matt Cassel, quien a partir de este miércoles otra vez será el quarterback entrevistado en el vestidor.

Los Cowboys fueron incapaces de ganar un partido en cuatro aperturas titulares de Cassel, quien por momentos lo hizo bien, mostró carácter y habilidad; algo para destacar si se considera que tuvo que “curtirse al calor de la batalla”.

Si la defensiva hubiera cooperado, Cassel hubiera podido ganar al menos dos de esos cuatro partidos.

Hay jugadores defensivos, como el linebacker Sean Lee, que quieren convencer de que aún están motivados y piensan en competir hasta el último día por si se concreta el milagro y avanzan a la postemporada. Pero sólo hay que verles la cara de frustración, sus gestos, su manera de salir a golpear, bloquear, tacklear para darse cuenta de que ya están listos para comenzar a pensar en la próxima temporada.

Alguien decía que ahora el problema de Jason Garrett será tratar de mantenerlos motivados. La motivación debe existir por si misma, en especial cada vez que cobran mucho dinero por practicar el deporte de sus amores.

Pero sobre todo para permanecer en una liga de reemplazos en que las oportunidades pasan rápido, como solía decir el entrenador Bill Parcells. Hace apenas tres meses, los aficionados de los Cowboys esperaban postemporada y hasta soñaban con Super Bowl.

Hoy la gran mayoría de las personas realistas sólo sueñan con que aparezca un buen prospecto a quarterback, que en el futuro cercano sea capaz de reemplazar con éxito a Romo, entre las primeras cinco opciones del draft, donde es muy probable que los Cowboys aparecerán el próximo abril. Mientras, a esperar que la matemática de los próximos cinco lunes sean lo menos dolorosa posible.

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