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El debate se extiende al béisbol

BRISTOL, Connecticut (ESPNdeportes.com)--Aficionados y Fanáticos al Rey de los Deportes: A tres semanas de la Serie del Caribe, las ligas invernales continúan con su etapa de definición. El round robin en República Dominicana con los Tigres del Licey encabezando posiciones; Carolina sorprendiendo a Caguas en una de las semifinales de Puerto Rico; los Tigres de Aragua marcando el paso en el round robin venezolano y el clásico de Sinaloa y de toda la liga, Venados y Tomateros, buscando su pase a la Serie Final en la Liga Mexicana del Pacífico.

Los dos conjuntos con más tradición y con un vasto historial dentro de las páginas del circuito invernal mexicano, que han constituído una rivalidad sustentada también en la cercanía geográfica entre ambas ciudades sinaloenses, se encuentran librando una batalla semifinal a ganar cuatro de siete juegos, para avanzar a la serie por el campeonato, en la que enfrentarán al triunfador del duelo entre Águilas de Mexicali y Cañeros de Los Mochis.

Más allá de lo que ambas novenas nos brinden en el terreno de juego, más allá de que los guindas sean considerados los grandes favoritos porque han sido el mejor equipo de toda la temporada, más allá de que los porteños puedan dar la gran sorpresa porque cuentan con el pitcheo más fino del circuito en éstos momentos y más allá de lo que está en juego, una rivalidad histórica y añeja, levanta siempre la pasión en las tribunas.

Los duelos entre mazatlecos y culichis han trascendido a la propia liga incluso, ya que, comenzando en la década de los cuarentas, fueron parte de la vieja Liga de la Costa, de la Liga Invernal Sonora-Sinaloa y por supuesto, de la actual Liga Mexicana del Pacífico.

Una batalla más entre Tomateros y Venados se presenta justamente en éstos días en que la otra liga profesional de beisbol en México, la de verano, debate fuertemente en relación a la presencia de peloteros importados. Mientras el cicuito invernal dirime campeón y organiza la Serie del Caribe, tres equipos de la liga veraniega han dado a conocer de forma oficial, que jugarán sin extranjeros la próxima temporada 2005. Los Tigres de la Angelópolis, los Pericos de Puebla y los Diablos Rojos del México, tendrán en sus filas sólo a peloteros aztecas la próxima temporada, en un circuito que día a día, ha ido incrementando el número de jugadores importados con que puede contar cada equipo.

Imagínese usted lo que será para los felinos deshacerse del panameño Santos Hernández, que ha implantado toda clase de marcas para un taponero en la historia de la organización... o para los escarlatas el no poder contar con jugadores de la talla del venezolano Pedro Castellano, que aunque ha ido y regresado a la institución, se ha destacado siempre como un pelotero insignia del cuadro de la capital del país.

Ese riesgo se corre en pro de la "mexicanización" y con el antecedente de aquel equipo justamente de los Tigres en 1965, que fue campeón jugando con sólo peloteros nacionales. Estrellas de la calidad de Arnoldo "Kiko" Castro, Rubén Esquivias, Fernando Remes, Pancho García, Ricardo Garza, Armando Murillo, Gregorio Luque, Obed Plascencia y Manuel "Estrellita" Ponce, hicieron posible hace cuarenta años, el sueño de un equipo 100% mexicano que conquistara el campeonato... una hazaña que ninguna otra novena ha podido repetir, ni en el verano, ni en el pacífico.

Aquellos Tigres del 65 consolidaron un sueño, pero si algún antecedente de mexicanización podemos encontrar antes de ese, lo protagonizaron justamente Venados y Tacuarineros en la vieja Liga de la Costa, aclarando que éstos últimos, son los mismos que los actuales Tomateros, jugando siempre en Culiacán.

Aquel circuito invernal vivió serios problemas económicos una vez terminada la campaña 1955-56, por lo que varios de sus equipos amenazaron con no regresar para el siguiente año.

Conforme avanzaron los meses en 1956, algunos comenzaron a retractarse y a hacer planes para la nueva temporada, pero en agosto, dos equipos salieron en defensa de sus intereses y con una clara postura: Mazatlán y Culiacán. En aquel entonces no se habló al 100% de una "mexicanización" como tal, pero ante la condescendencia de la liga, que permitía a seis extranjeros y uno adicional (que podría ser por ejemplo, un estadounidense de padres mexicanos pero nacido fuera del país o viceversa), Venados y Tacuarineros tomaron la medida de retirarse de la liga si no se protegía a los peloteros nacionales, disminuyendo el número de importados.

La descabellada idea de utilizar un roster de dieciseis jugadores, pero seis de ellos extranjeros, ponía a temblar a organizaciones que trabajaban muy bien con sus jovenes mexicanos. En Mazatlán, por ejemplo, no se podían dar el lujo de dar de baja a peloteros de la calidad de Angel Castro, José "Zacatillo" Guerrero, Felipe Montemayor, Daniel Ríos, Procopio Herrera, Alfredo Ríos o Epitacio "La Mala" Torres, para poner en su lugar a extranjeros sin cartel y que complicarían todavía más la ya de por sí difícil situación económica de los clubes.

Aunque poco pudieron hacer después, Mazatlán y Culiacán fueron precursores del movimiento de "mexicanización" que ahora tomará un nuevo auge en la Liga Mexicana de Verano, pero nadie olvidará que, unos días después de iniciada esa campaña, el primero de diciembre de 1956, el Estadio Ángel Flores de Culiacán, vivió la que hasta nuestros días se destaca como la bronca más grande que jamás se haya presentado en el beisbol invernal mexicano.

¿Quiénes fueron los huéspedes de los Tacuarineros en aquel partido?... quién más, los Venados de Mazatlán. Una muestra más de la gran rivalidad que han protagonizado y que continúan escribiendo los porteños y los de la capital de Sinaloa.