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Quieren buscar a los culpables

MONTEVIDEO (AP) -- "Gracias Paco". Así leía un cartel colocado el viernes frente a la empresa que posee el empresario Francisco Casal, en una ironía por la eliminación de Uruguay a manos de Australia del repechaje a la Copa del Mundo.

La leyenda fue una copia de lo que apareció en una oportunidad en un letrero luminoso del estadio Centenario en el que le agradecían lo que hacía por el fútbol.

Unos 200 manifestantes convocados por una radioemisora también reclamaron la renuncia de Eugenio Figueredo, presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).

En el caso del letrero frente a la empresa, hubo un conato de incidente, según comenta la prensa el sábado, cuando un ex futbolista y allegado a Casal, Carlos Aguilera, junto a otros dos exigió sacar el cartel.

Casal es el virtual dueño del fútbol uruguayo ya que tiene desde hace años la exclusividad para sus transmisiones de televisión, pero también incursiona en todo lo que tiene que ver con la selección, incluso, contratando aviones.

La situación se inscribió en el malestar que ha originado en la afición la derrota a manos de Australia en el repechaje, que dejó a Uruguay sin un pasaje para el mundial de Alemania 2006.

En una columna publicada el sábado en El Observador, titulada "Gracias a Paco y a su corte", se dice que "los que llevaron al paciente a esta cuasi postración son innumerables, pero sin duda el triste primer lugar lo tiene reservado Casal y su monopolio, dueños de un poder con el único objetivo de lucro, pero que no redundó en un fútbol más competitivo, sino por el contrario, en un producto desacreditado y más empobrecido que nunca".

"Son los peores años del fútbol en la historia de este país y, además de Casal mucho tiene que ver en este período nefasto la AUF y su presidente Figueredo --principal impulsor de la irrupción del empresario al sistema-- sin olvidarnos de quienes levantaron las dos manos para entregar un negocio que les pertenecía", agrega.

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