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Diario de la Serie

MARACAY, Venezuela (ESPNdeportes.com).- Lo que no ha podido hacer la política o la religión en los últimos tiempos, lo ha conseguido el béisbol, al menos por siete días: unir a los venezolanos en un solo propósito.

Por una semana, los venezolanos de todas las razas, capas sociales, creencias religiosas, banderías políticas y preferencias deportivas se unieron para apoyar a los Leones de Caracas en su intento por conseguir el cetro de la Serie del Caribe.

Y cuando los melenudos lo consiguieron, venciendo dramáticamente en la novena entrada a los Tigres del Licey dominicanos, en la celebración participaron casi a unanimidad los 25 millones de habitantes de esta gran nación.

La Serie del Caribe, que anualmente enfrenta a los campeones de los torneos de béisbol invernal de República Dominicana, México, Puerto Rico y Venezuela, se celebró desde el jueves al martes en Maracay y Valencia, en el centro-noroeste de la patria del libertador Simón Bolívar.

Durante cada jornada, el público de Valencia y Maracay, sedes de dos grandes rivales de Caracas en la pelota local (Navegantes de Magallanes y Tigres de Aragua, respectivamente) han dado un apoyo irrestricto a la novena que representa al país sudamericano.

"Cuando estamos en la Serie del Caribe estamos jugando para todos los venezolanos, no para un equipo en particular", dijo el torpedero Alex González, quien anotó la carrera ganadora el martes.

El pasado sábado 4 de febrero el presidente Hugo Chávez y sus seguidores celebraron una gigantesca marcha, que concentró más de un millón de personas en la avenida Simón Bolívar de Caracas, para recordar el 14 aniversario del fallido intento de golpe de estado que dirigió el entonces coronel Chávez para derrocar al presidente Carlos Andrés Pérez.

Al mismo tiempo, sectores de la posición venezolana realizaron marchas paralelas para repudiar el acontecimiento y mostrar su oposición a la actual gestión de Chávez.

Pero todo el pueblo venezolano se reunió en un solo bando la noche de ese sábado para apoyar a los Leones, que enfrentaban al Licey, representante de República Dominicana.

Cuando González pegó un dramático cuadrangular de tres carreras en la novena entrada contra el relevista quisqueyano Jorge Sosa, Venezuela completa rugió de alegría, desde oriente a occidente, desde la costa al llano y desde Zulia a Tucupita.

Más estruendosa fue la fiesta que armo González anotó con un globito de Henry Blanco que se convirtió en doblete. Caracas había entrado a la última entrada perdiendo 4-3 ante el cerrador quisqueyano Jorge Sosa.

"En los primeros partidos estaba reaccio a mostrar simpatía por Caracas, pero según fue avanzando la serie, tuve que rendirme al embrujo que ha provocado el equipo en el país", dijo Javier González, un aficionado nativo de Valencia y bravo aficionado de Magallanes.

"Es bastante raro ver a un aficionado de Magallanes o Aragua aplaudiendo al Caracas. Especialmente después que Caracas eliminó a Aragua en la final del torneo venezolano", dijo José Luis López, escritor de béisbol del periódico "Ultima Noticia", basado en Caracas.

Venezuela, que tuvo marca perfecta de 6-0, no ganaba un banderín de la Serie del Caribe desde 1989, cuando las Aguilas de Zulia se coronaron en México.

Caracas, en 1982, conquistó una de las seis coronas venezolanas en Series del Caribe. El torneo se realizó en Santo Domingo.

Un equipo venezolano no conseguía marca positiva en la Serie del Caribe desde 1994, cuando Magallanes terminó en segundo lugar con 4-2 en Puerto La Cruz.

Caracas es el primer conjunto bolivariano que termina invicto en una serie. De paso, los últimos tres ganadores del cetro caribeño lo han hecho como locales: Dominicana en el 2004, México en el 2005 y ahora Venezuela.

Además de sus 16 años sin ganar, la crisis política del país impidió a Venezuela participar en la edición del 2003, en Puerto Rico, y casi malogra el montaje del 2006.

Pero todo eso está en el pasado. Es parte de la historia.

En esta ocasión, los batazos de González, Alex Cabrera y Ramón Hernández y el pitcheo de Geremi González y Francisco Rodríguez, entre otros, enterraron todos los malos recuerdos y al mismo tiempo provocaron un fenómeno extraño: unir a los venezolanos en un fin común.

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