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Nadie puede con ellos

Bekele fue otra vez campeón mundial de cross AP

MOSCÚ (EFE) -- Kenenisa Bekele, joven etíope de 23 años, y María Lourdes Mutola, veterana mozambiqueña de 33, se abrieron paso en la historia del atletismo con sendas victorias en la clausura de los Mundiales en sala de Moscú que redondean hazañas hasta hoy inéditas.

Rusia batió a los Estados Unidos en la lucha por las medallas aunque esta vez con menos ventaja que en Budapest 2004. El equipo anfitrión consiguió 18 en total, ocho de oro incluidas, aunque su ídolo, Yuri Borzakovskiy, campeón olímpico de 800, hubo de conformarse con el bronce.

Bekele consiguió un título mundial en pista cubierta, el de 3.000 metros, después de haber conquistado una corona al aire libre y ocho en campo a través. Nadie, ni hombre ni mujer, había logrado algo semejante. Bekele es el primer corredor completo de la historia, capaz de ser el mejor del mundo en cualquier superficie o escenario.

Cedió la iniciativa al irlandés Alistair Cragg, que hizo al frente media prueba y a siete vueltas del final Bekele zarandeó el árbol para castigar al keniano Eliud Kipchoge, campeón mundial de 5.000 en París 2003, y al qatarí de origen keniano Saif Saeed Shaheen, número uno mundial de 3.000 m. obstáculos.

A 600 metros de la meta Bekele dio el segundo toque y poco después de oír la campana se fue despavorido hacia la meta. Venció con un tiempo de 7:39.32, seguido de Shaheen (7:41.28) y de Kipchoge (7:42.58). Tariku, hermano pequeño del campeón, llegó sexto.

Mutola, reina de los 800 metros en el último decenio y tres veces campeona mundial al aire libre, consiguió su séptimo título en pista cubierta y su octava medalla bajo techo, porque además de sus siete de oro tiene una de plata.

Mutola marcó un hito en el atletismo femenino al cobrar un millón de dólares para ella sola por su victoria en solitario en la Golden League 2003, y en Moscú batió el récord de triunfos en campeonatos del mundo.

La mozambiqueña se puso en cabeza desde la salida y cuando la rusa Olga Kotlyarova la adelantó al toque de campana, reaccionó con un ataque brusco que la llevó sin novedad a la victoria en 1:58.90, la mejor marca mundial del año. La jamaicana Kenia Sinclair, segunda con 1:59.54, y la marroquí Hasna Benhassi (2:00.34) tuvieron el honor de acompañar a María Mutola en el podio.

La rusa Tatyana Kotova, nacida en Uzbekistán, logró su tercer título en longitud con la marca de su primer salto, en el que se fue a siete metros justos, una marca inalcanzable para sus rivales.

Estados Unidos se adjudicó la última medalla en juego, la de triple. Walter Davis voló a 17,73 metros, su mejor marca de siempre, y dejó segundo al brasileño Jadel Gregorio, que volvió a batir su récord suramericano con 17,56.

El alemán Andre Niklaus ganó la medalla de oro del heptatlon en la última prueba, los 1.000 metros, a la que llegó con 28 puntos menos que el estadounidense Brian Clay, campeón mundial de decatlón el año pasado en Helsinki.

Niklaus, quinto en la capital finlandesa, fue el más rápido en el kilómetro y su marca de 2:47.80 le entregó el título por cinco puntos: 6.192 frente a los 6.187 de Clay. El checo Roman Sebrle, plusmarquista mundial de decatlón, se consoló con el bronce (6.161).

En una final insólitamente sin rusos, el estadounidense Brad Walker consiguió el oro en pértiga con 5,80. Sólo tres de los ocho finalistas superaron los 5,60. El estadounidense Jeff Hartwig, miembro del club de los seis metros, falló en su primera altura (5,60), de manera que Giovanni Lanaro, primer mexicano en una final de pértiga, terminó en un magnífico cuarto pese a quedarse en 5,50, lejos de su reciente récord (5,71).