John Brewin 18y

Lo bueno de jugar en casa

(Soccernet.com) -- El favorito era claro cuando la FIFA definió que Inglaterra iba a ser el organizador de la Copa del Mundo de 1966. Los locales no podían dejar pasar la chance de triunfar en su propia casa.

Pero no le iba a resultar nada fácil. Brasil contaba con muchas de las estrellas del mundial anterior, Portugal llevaba al mejor equipo de su historia con Eusebio, José Torres y Mario Coluna a la cabeza, mientras que los alemanes y rusos disponían de grande planteles con muchísimo potencial.

Inglaterra, que obtuvo la organización en gran parte gracias al presidente de la FIFA, Sir Stanley Rous, recibió además la injusta ventaja de jugar todos sus partidos en Wembley. De todas maneras, los locales no pudieron vencer a los uruguayos que rescataron un empate en cero en la jornada inaugural.

El entrenador Alf Ramsey todavía seguía buscando la combinación ideal en el mediocampo y en la ofensiva cuando las cosas se le complicaron aún más. El temible goleador Jimmy Greaves quedó fuera del mundial por una corte en la canilla tras el triunfo por 2-0 ante México.

Ramsey abandonó la idea de atacar por las bandas y le permitió a los defensores George Cohen y Ray Wilson enviar pelotazos para sus delanteros.

Frente a un buen conjunto francés, Inglaterra sacó provecho de su nuevo sistema y Roger Hunt facturó dos veces para ganar 2-0 y clasificarse a la ronda final.

INGLATERRA 1966
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Pero los partidos más excitantes se vivieron en el grupo que incluía a los campeones defensores, Brasil, a una renovada Hungría y a los brillantes portugueses, que contaban con varios integrantes del Benfica que había ganado todo en Europa durante cinco años. Bulgaria completaba el cuarteto y jugaría un rol particular.

En el primer encuentro con Brasil, los búlgaros golpearon tanto a Pelé que terminaron sacándolo de la cancha. Permanece viva la imagen del jugador siendo retirado en camilla cubierto por una manta.

Los húngaros destrozaron a Brasil en el partido siguiente, liderados por Florian Albert y el wing Bene, y le propinaron la primera derrota en mundiales desde 1954.

Luego Eusebio eclipsó a Pelé en el 3-1 a favor de Portugal y envió a Brasil a casa.

Italia, mientras tanto, era otro de los candidatos. Pero cayó incluso más duramente que Brasil. A pesar de haber sido derrotada por los rusos, Italia parecía no correr peligro ante el último oponente en la fase de grupos: Corea del Norte.

Pero el gol de Pak Doo Ik mandó a los italianos a preparar las valijas de manera anticipada.

Todo parecía indicar que los portugueses correrían la misma suerte cuando tras 22 minutos de juego, los coreanos se habían adelantado 3-0 en los cuartos de final. Pero Eusebio tomó las riendas del partido y anotó cuatro goles en un poco más de media hora para tranquilidad de su afición.

En el resto de los partidos de cuartos, la Alemania de Franz Beckenbauer despedazó a Uruguay por 4-0 mientras que los rusos le arrebataron el triunfo a Hungría por 2-1. Además, el choque entre Inglaterra y Argentina se convertiría en uno de los duelos más recordados de la historia.

Antes que Geoff Hurst, el reemplazante de Greaves, anotara tras un magnífico centro de Martin Peters, los ingleses no podían deoblegar a los sudamericanos, que comandados por su capitán, Antonio Rattin, no paraban de quejarse con el árbitro Kreitlein.

Rattin eventualmente pagó el precio por sus protestas y terminó recibiendo la segunda amarilla. Tras 10 minutos de discusiones, el partido se reanudó y Hurst concretó el gol del triunfo.

Ramsey no permitió que los jugadores cambiaran sus camisetas con los rivales y calificó de "animales" a los argentinos, en lo que fue el primero de una larga lista de incidentes entre ambos países en la Copa del Mundo.

Portugal fue el próximo oponente de Inglaterra, pero una gran tarea de Bobby Charlton y de todo el equipo mandó a los locales a la final.

En la otra llave, el arquero ruso Lev Yashin, considerado como el mejor del mundo, cometió un error tremendo y permitió el gol de Helmut Haller en la victoria de Alemania por 2-1.

La final tuvo dos momentos decisivos. Inglaterra parecía haberse asegurado la copa cuando Martin Peters puso el 2-1 a los 78 minutos, pero Weber empató el partido para Alemania en la última jugada y mandó el partido a suplementario.

Ramsey motivó a sus muchachos en la charla previa y Hurst anotó el gol que todavía se sigue discutiendo hoy en día. ¿Entró o no entró? El juez asistente ruso, Bakhramov, quien aseguró que la pelota cruzó toda la línea, permanece como una leyenda del fútbol inglés. Hurst terminó definiendo el encuentro con su tercera conquista en el segundo suplementario y la copa quedó en manos de Inglaterra.

LA HISTORIA DE TODOS LOS MUNDIALES
1. Uruguay 19302. Italia 19343. Francia 1938
4. Brasil 19505. Suiza 19546. Suecia 1958
7. Chile 19628. Inglaterra 19669. México 1970
10. Alemania 197411. Argentina 197812. España 1982
13. México 198614. Italia 199015. EE.UU. 1994
16. Francia 199817. Corea/Japón 2002

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