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Socios para el gol

BUENOS AIRES (ESPNdeportes.com) -- No todo tiempo pasado fue mejor, pero casi nadie puede evitar mirar hacia atrás con un dejo de nostalgia. ¡Paren de sufrir! El Torneo Apertura traerá consigo dos esperados reencuentros para los riverplatenses: Ariel Ortega volverá a vestir la banda y, por si fuera poco, compartirá el campo de juego con su compañero desde las inferiores, Marcelo Gallardo.

Será la reunión de dos de los máximos ídolos del club de Núñez de los últimos 15 años.

MUÑECO DE COLECCIÓN
Pese a una temporada de altibajos, tanto grupal como individual, Marcelo Gallardo sigue teniendo el respeto y la admiración de la hinchada. Fue de los pocos que se salvó del naufragio del barco comandado por Leonardo Astrada y sobrevivió a su enfrentamiento con Reinaldo Merlo, que terminó con la salida del DT.

Nacido el 18 de enero de 1976 en Merlo, surgió de la cantera de River Plate y recibió su primera oportunidad en la primera división el 18 de abril de 1993 de la mano de Daniel Passarella. Ese día River venció a Newell's por 2-0.

Pase, precisión, manejo de balón, cambio de ritmo, visión del campo, muy buen pie con el balón detenido y definición son algunas de las caraterístas con las que se metió a los hinchas millonarios en el bolsillo.

Gallardo es un enganche clásico, de los que están en extinción. El volante diestro, con la 10 de River en la espalda, ganó el Apertura '93, '94, '96 y '97, los Clausura '97 y '04, Copa Libertadores '96 y la Supercopa '97.

Líder natural, conduce al equipo dentro del campo de juego, de perfil bajo ante la prensa y muy correcto con sus colegas, exceptuando algunos altercados, como el recordado arañazo al "Pato" Abbondanzieri en un superclásico por la Copa Libertadores.

Con tan solo 17 años, jugó su primer partido en la Selección argentina -antes había estado en equipos juveniles- y participó de los procesos de Daniel Passarella y Marcelo Bielsa. El primero lo llevó al Mundial de Francia '98, donde la selección argentina quedó eliminada en cuartos de final. Y con el segundo, fue a Corea-Japón 2002, que terminó rápidamente, tras ser eliminados en primera rueda.

A su regreso de Francia, el "Muñeco" fue transferido al Mónaco francés en el que enseguida se destacó y se consagró campeón de la liga 1999/2000 y ganó una Copa de la Liga. Pero un enfrentamiento con Didier Dechamps lo decidió a pegar la vuelta a River Plate en el 2003.

En su segunda etapa, otra vez se transformó en la voz de mando dentro del campo, siempre con la banda de capitán en su brazo izquierdo. Pero como suele decirse, segundas partes nunca fueron (tan) buenas. Gallardo tardó en recuperar su juego y sólo lo mostró en forma intermitente, apenas consiguió un título local y varias frustracione internacionales.Pero el fuego sagrado sigue encendido, más ahora que volvió su compañero de emociones...

BIENVENIDO A CASA, BURRITO
Cada apertura del libro de pases, desde que Ariel Ortega regresó al fútbol argentino, significó hasta hace poco más de un mes, el inicio de una novela, de amor y de odio, y por sobre todo, de suspenso.

Fue la principal propuesta electoral de José María Aguilar para las últimas elecciones presidenciales en River. La reelección la consiguió pero Ortega seguía lejos. Brillando en Newell's, convirtiendo cada vez que se enfrentaba al Millonario.

Y un día el "Burrito" se cansó y expresó su enojo ante las cámaras de televisión. Se sentía usado por la dirigencia riverplatense. Su sueño y el de miles de hinchas parecía esfumarse...

Nació el 4 de marzo de 1974 en Ledesma , provincia de Jujuy (Argentina), muy apegado a su familia y amigos, tardó en decidirse en viajar a Buenos Aires para probar suerte en los clubes.

Su marca registrada, la gambeta, el enganche, el quiebre de cintura, la velocidad, el gol y mucho potrero fueron su llave de entrada a River Plate. "Me querían llevar a Boca, pero yo no quise. Siempre soné con estar en el Monumental", comentó. Sus inicios no fueron fáciles porque extrañaba a los suyos y para peor, no tenía cabida en el equipo de primera. El entrenador de las inferiores Delem lo convenció para que no largara todo y se volviera a Jujuy.

El 14 de diciembre de 1991, Daniel Alberto Passarella lo hizo debutar, en el triunfo 1-0 ante Platense. Por su estilo de juego agradable para el paladar del hincha millonario, enseguida se convirtió en uno de las figuras del plantel con el que conquistó seis títulos (Apertura '91, '93, '94 y '96, Copa Libertadores '96).

En 1993, fue convocado por primera vez a la Selección argentina por Alfio Basile, para un amistoso contra Alemania en Miami. Al año siguiente, entró en la convocatoria para el Mundial de Estados Unidos, en que que jugó poco, pero le alcanzó para demostrar lo que vale.

Continuó vistiendo la celeste y blanca, ya con Passarella al mando, y ganó los Panamericanos de 1995 y la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta. Jugó el Mundial de Francia '98, en el que protagonizó la vergonzosa escena en la que cabeceó al lungo arquero holandés Edwin van der Sar y estuvo en Corea-Japón 2002, con Marcelo Bielsa como DT.

Tras la conquista de la Copa Libertadores con River en 1996, el Valencia se lo llevó para España, club en el que no logró desarrollar todo su potencial y la temporada siguiente emigró al Calcio. Primero a la Sampdoria y luego al Parma (ganó la Recopa italiana '99). Nunca terminó de adaptarse, ni tuvo la continuidad necesaria. Las cosas no estaban bien ni dentro ni fuera de la cancha. Fue arrestado en una ocasión por conducir ebrio y su esposa lo denunció por maltrato.

Así, en el 2000, Ariel Ortega regresó a River Plate para las temporadas 2000/2001 y 2001/2002, en las que ganó el Clausura 2002. Pero el "Burrito" no estaba listo para establecerse definitivamente en Argentina y seducido por una gran cifra de dinero aceptó pasar al Fenerbahce turco. Fue el comienzo de una pesadilla.

Enseguida se transformó en ídolo, pero la cultura diferente, el idioma y la lejanía del hogar se hicieron insoportables para un Ariel Ortega, quien sin medir las consecuencias, tras sólo 18 partidos, decidió huir de Turquía.

El club reclamó la devolución de los 7,5 millones de dólares que había invertido en el pase del jugador y la FIFA lo inhabilitó. Muchas negociaciones tironeos y anuncios de retiro, mediaron para que, casi dos años después, Ariel Ortega pudiera volver a jugar. Pero su regreso no fue en River, sino Newell's Old Boys. El "Burrito" aceptó ser parte del proyecto del equipo rosarino, convencido por el DT Américo Gallego. Y en su primer campeonato como Leproso dio la vuelta olímpica en el Apertura '04.

Finalmente, el 23 de junio de 2006, mientras toda la atención estaba puesta en el Mundial de fútbol de Alemania, River Plate y Newell's llegaron a un acuerdo y Ariel Ortega volverá a vestir la banda."Estoy muy feliz por regresar a mi casa", dijo el delantero, quien no sólo se reencuentra con el club de sus amores, sino que además tendrá en el banco a su "padre futbolístico" , Passarella, y su compañero de emociones, Gallardo. Ahora sólo es cuestión de verlos en acción y disfrutar...