Enrique Rojas 17y

Al partido de su vida

NUEVA YORK -- Hace tres meses, Oliver Pérez estaba
perdido en las ligas menores de los Piratas de
Pittsburg y en un punto incierto de su carrera. El
jueves será el abridor de los Mets de Nueva York en el
séptimo partido de la serie por el campeonato de la
Liga Nacional.

"La vida es así de complicada y sencilla al mismo
tiempo. Uno nunca sabe donde estará al día siguiente",
dijo Pérez a ESPNdeportes.com.

Pérez, de 25 años, fue seleccionado por el dirigente
Willie Randolph para abrir ante los Cardenales de San
Luis el partido que definirá el representante del
viejo circuito en la Serie Mundial, contra los Tigres
de Detroit, que comienza el sábado en la casa del
campeón de la Liga Americana.

Nueva York derrotó 4-2 a los Cardenales el miércoles,
obligando a la definición en un partido decisivo.

"Para este juego trataré de estar lo más calmado
posible y disfrutarlo. Este será el reto más
importante de mi carrera y el juego más importante de
la temporada para el equipo", dijo Pérez.

¿Alguna rutina diferente de preparación para un
compromiso tan grande?

"Ninguna. Haré todo igual como siempre. Solo lamento
no tener comida mexicana para comer antes del
partido", dijo Pérez.

Pérez, quien fue adquirido por los Mets desde los
Piratas junto al relevista Roberto Hernández el 31 de
julio, fue integrado al roster de postemporada en el
último momento debido a la lesión del cubano Orlando
Hernández.

El mexicano, que tuvo pésima marca de 3-13 y
efectividad de 6.55 con Pittsburgh y Nueva York en la
temporada regular, sobrevivió a nueve hits, incluyendo
tres jonrones, y cinco carreras para conducir a los
Mets a una victoria 12-5 en el cuarto partido de la
serie.

El dirigente Randolph barajó los nombres de Pérez y
los norteamericanos Darren Oliver y Steve Trachsel
para el juego decisivo.

"Pero la labor de Pérez en el cuarto juego inclinó la
balanza a su favor. Pérez fue quien nos trajo hasta
aquí", dijo Randolph.

Para los Mets esta será la tercera vez en siete
asistencias a la postemporada que acudirán a un
séptimo partido.

En 1973, vencieron a Cincinnati, mientras que en 1988
cayeron ante los Dodgers de Los Angeles, en la Serie
de Campeonato.

Nueva York también necesitó ir a un séptimo choque
para conseguir su segundo título de Serie Mundial, en
1986, cuando vencieron a los Medias Rojas de Boston en
el Clásico de Otoño.

"Estamos unidos para llevar a los Mets a la Serie
Mundial. Aquí no hay nervios", dijo Pérez.

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