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Festejaron hasta madrugada

MÉXICO -- Los fuegos pirotécnicos recibieron a los jugadores de las Chivas del Guadalajara en la fuente de la Minerva de Guadalajara donde sus seguidores prolongaron hasta la madrugada de hoy la fiesta por el undécimo título del fútbol mexicano.

Las celebraciones en Guadalajara, 500 kilómetros al oeste de la capital mexicana, terminaron con un saldo blanco y con una veintena de personas detenidas por faltas menores, informaron las autoridades del estado de Jalisco.

El portero Oswaldo Sánchez y el delantero Adolfo "Bofo" Bautista, autor del gol del triunfo 2-1 sobre el Toluca, el domingo fueron los más felicitados por los miles de espectadores, el primero con el mote de "san" Oswaldo.

El campeonato llenó el vacío de miles de aficionados que tanto añoraban un título de las Chivas y sirvió para jugar a la política con mensajes en los automóviles como "Chepo para presidente".

Algunas mujeres pregonaban en los vidrios del automotor: "Bofo, quiero un hijo tuyo".

Bautista fue el primero en alzar la copa de Campeón frente a los seguidores congregados alrededor de La Minerva, le siguió Oswaldo Sánchez y el resto del equipo.

Abajo, decenas de aficionados sufrieron las consecuencias de los apretones, en su mayoría jovencitas las cuales por fortuna no sufrieron lesiones de gravedad. Ese contacto aunque sea lejano con sus ídolos, fue el colofón de un día de fiesta que se prolongó todo el domingo.

Ríos de personas vestidas de rojo con blanco se concentraron en la Minerva para ver el partido en las pantallas que colocó la directiva del equipo, al lado de una larga pasarela en la cual desfilaban chicas con la bandera del Guadalajara.

Decenas de calles fueron cerradas y los jugadores llegaron cerca de las 21,00 horas locales (03,00 GMT) a la Minerva, para unirse a la fiesta.

Por las avenidas aledañas quedaron toneladas de basura, miles de botellas y botes de cerveza tirados en jardines y prados, miles de envases de refresco y por fortuna, el saldo de solo 24 detenidos por faltas menores.

Los 800 policías que participaron en el operativo de seguridad casi se caían del cansancio, mientras los ríos humanos iban ahora en todas las direcciones, retirándose entre porras y canciones, elogiando a Chivas por el undécimo campeonato.