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Con la fe de siempre

Moyá derrotó en semifinales a Juan Carlos Ferrero AP

ACAPULCO -- El español Carlos Moyá, que llegó a ser el mejor tenista del mundo a los 23 años, aseguró que está en condiciones de recortar la distancia que lo separa del top-ten, pero para eso debe ser más regular.

"La irregularidad es mi punto débil, aún cuando estaba entre los 10 mejores, si mejoro eso puedo acercarme a los primeros del ránking", aseveró el jugador de Palma de Mallorca, que acaba de cumplir 30 años y seis meses.

"Me siento con menos, me he cuidado mucho, no tengo lesiones graves, una del hombro pero está controlada y pocas musculares, además mi tipo de juego implica poco desgaste", explicó Moyá, colocado en el 47º lugar de la lista de la ATP.

Moyá tiene el récord entre tenistas activos de siete años seguidos con por lo menos un título y 11 en el top 50, sin embargo en las dos últimas dos temporadas se alejó de los 25 primeros, de lo cual espera recuperarse.

"Si juego a buen nivel los torneos grandes, entonces voy a avanzar mucho", dijo el campeón del Roland Garros en el año 1998.

Al analizar su juego, el español se mostró inconforme porque este año la gira latinoamericana no ha sido buena y confío en desquitarse en Acapulco, donde ganó en el 2002 y 2004.

"Este es un torneo que se me da bien y tiene muchos puntos en juego; en mi debut no hice el mejor partido, pero gané en dos sets y eso se agradece", comentó el jugador que en la primera ronda del Abierto Mexicano venció 6-3, 6-4 al mexicano Bruno Echagaray.

En Acapulco, Moyá es uno de los jugadores más queridos por la gente y casi siempre está de buen ánimo hasta en las conferencias de prensa en las que lleva tres años con burlas a los reporteros que se aparecen con camisetas del Real Madrid.

"¿Me vas a dar de regalo esa camiseta?" le dijo en tono burlón a uno que vestía con la ropa del club merengue y le recordó que cumplió 30 años y medio de edad en su debut en el Abierto.

El mallorquín recordó que ya tiene 12 años como profesional, pero suele mantener la alegría. "La ilusión sigue", enfatizó.