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La bruja no murió en este cuento

La resolución de cerrar el caso "Operación Puerto" por parte de las autoridades españolas parece un chiste cruel. Que se comprende que hay faltas pero no sancionables porque la ley que ejecutaría el juicio llegó tarde, apenas el mes de febrero pasado, y que no tiene carácter "retroactivo". Casi al mismo tiempo que la unión ciclista internacional (UCI) exponía los puntos de un nuevo y mas estricto reglamento antidopaje, los medios españoles anunciaban la decisión del juez Antonio Serrano de cerrar el caso y deja libres a los implicados empezando con el Dr. Eufemiano Fuentes quien aseguró que sus prácticas "promovían la salud de los ciclistas y nunca atentaban contra ella". Nada más que los efectos de la EPO en sangre reciclada no han sido estudiados tanto como para afirmar lo anterior. Nadie sabe a ciencia cierta que efectos hay a largo plazo y en cada organismo particular. Y si encontraron EPO, el caso ya pasa de ser dopaje a uno de tráfico de sustancias controladas.

Nosotros no somos jueces ni legisladores, pero creo que esta claro que los que proporcionan los medios para el dopaje son los más grandes culpables de toda esta cadena con el eslabón más débil al final: el deportista. Por ambición mal encausada, falta de apoyo psicológico o simple sometimiento a los "métodos" de algunos malos directores, los ciclistas terminan en el banquillo mas señalado, como si por simple diversión o adicción clínica se metieran esteriodes, corticoides y transfusiones. Lo que hemos escuchado es que muchos se han sentido morir, nada de nirvanas psicotrópicas.

Ahora la UCI dice que buscará la forma de no dejar impune tan grave descubrimiento, pero a mediano plazo algunas otras instancias administrativas de países con legislaciones vigentes sobre dopaje tendrán que buscar pruebas que afecten sus intereses o trafico de sustancias en territorios propios para echarles la mano a los culpables a uno de los episodios mas vergonzosos en la historia de cualquier deporte.

Cómo la falta de unidad ha sido la constante en los conflictos que han invadido al ciclismo hasta ahora, el nuevo sistema antidopaje buscará que todas las partes -federaciones, organizadores, equipos, directores, ciclistas y administrativos--, apliquen el 100% del nuevo sistema sin excusa, en donde cada parte aportará fondos para cumplir con el número de pruebas y análisis de evidencias, así como un archivo de ADN. Algunos organizadores tendrán que cortar gastos y quizás no invitar a todos los equipos de antes. Y también esta el factor sobre los ciclistas que corren medicados por alguna situación de salud ¿cómo evitar la sospecha de que el medicamento se "fue de la mano"?

¿Apuestas a qué no?

Hoy en día encontrar productos y marcas que ofrezcan dinero para sostener a un equipo de ciclismo es casi misión imposible. La verdad que aquellos que ahora patrocinan los equipos profesionales y continentales tienen recursos y sacan su ganancia del negocio de rodar por las carreteras, pero siempre hay un enamorado de la bicicleta detrás del apoyo, alguien que debe pesar mucho en cada empresa. Pero una vez que el mecenas se decepciona o sale por otras circunstancias, el patrocinio se viene abajo. Pregúntenle al ex-presidente de Discovery Networks, Billy Campbell, quien cimentó la idea de que su corporativo sostuviera al equipo antes conocido como US Postal y para ganar con Lance Armstrong su séptimo Tour de France en 2005. Pero una reestructuración de la empresa provocó su salida y también la de Discovery como patrocinador para el próximo año. Ahí estuvo el caso también reciente de el venerable señor Andy Rihs, quien le dio vida al equipo Phonak de 2002 a 2006 y quien tras sentirse traicionado por Floyd Landis dejó al equipo. Y también la salida de las firmas Liberty Seguros-Würth, que rompieron sus lazos con Manolo Sáiz tras la Operación Puerto.

Estos son sólo algunos ejemplos recientes de quienes por gusto o por piernas salieron del ciclismo. Pero hay algo en nuestro deporte que trae prestigio, que eleva a los deportistas a calidad de dioses y proyección mundial a las marcas con las que van vestidos. De ahí que a pesar de la incertidumbre hayan surgido equipos como el Astaná, Unibet.com y el continental Tinkoff (líder por cierto de la clasificación en el circuito europeo). Pero ahora resulta que lo que les vendieron como pase VIP no sirve. Estamos hablando de inversiones de millones de euros, cuyos patrocinadores esperan la exposición adecuada. Pero parece que nadie hizo su tarea de investigación jurídica y tampoco la creatividad publicitaria es su fuerte. No importa que el euro circule como moneda común en Europa, los negocios de apuestas están viendo la suya con las prohibiciones de cada nación. Francia no acepta las apuestas en línea, porque tiene el monopolio territorial con su lotería Française de Jeux, así como lo tiene la Lotto en Bélgica, lo que tiene a Unibet fuera de la jugada en las carreras celebradas en ambos países hasta el momento. Por otro lado Unibet tiene luz verde en Italia donde ya les aprobaron una licencia comercial, la cual no tienen supuestamente los equipos Française de Jeux y Predictor-Lotto.

Si las apuestas y juegos de azar regulados son aceptados como patrocinadores de hace varios años --¿alguien recuerda ONCE?-y no habían existido problemas territoriales en el ciclismo, esta situación parece muy mala fe en contra de Unibet.com (su licencia Pro Tour tiene vigencia hasta el 2010). Que los dejen correr con el símbolo de interrogación, si a Prince le funcionó un símbolo ¿por qué a ellos no?

Lo de Astaná no es menos injusto. Su licencia profesional fue aprobada y la mayoría de sus ciclistas son jóvenes promesas, pero alguien insiste que son una amenaza porque heredaron la licencia que dejó licencia suiza que dejó el Phonak y algunos corredores del Liberty seguros-würth, como si el dopaje fuera como un catarro. Ahora tienen que esperar a ser tratados como "wildcards", como si no pertenecieran al Pro Tour. Bueno, si hablamos de la amenaza que presentan para ser campeones de las tres grandes --Vinokourov, Klöden, Savoldelli, Kashechkin-- entonces sí hay que tenerles miedo.