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No es casualidad

Cañas se desahoga y festeja otra gran victoria AP

MÉXICO -- No, definitivamente no es casualidad el hecho de que Guillermo Cañas esté jugando al nivel tan impresionante que ha mostrado desde su regreso hace medio año... ¡es producto de su mente!

Y cómo no va a ser así, si el argentino debió vivir un infierno de 15 meses en el que se suponía, ya nunca más tendría un futuro dentro del tenis internacional, algo que al parecer, su mente nunca pudo procesar, y por el contrario, además de dedicarse de tiempo completo a disuadir al tribunal que le condenó por dopaje de su inocencia, Cañas jamás dejó de entrenar, porque tenía fija la mente en su regreso al circuito.

Era más que una certeza, una necedad en ese momento, pero hoy esa tenacidad se traduce en los éxitos que le han llevado de nuevo a los primeros planos del deporte blanco mundial.

Recuerdo vivamente aquellos días difíciles posteriores al Abierto Mexicano de Tenis 2005, cuando Raúl Zuturuza, director del torneo de Acapulco confirmaba que no era su responsabilidad lo ocurrido con el jugador argentino, uno de los asiduos a las playas de Acapulco, y consentido de la afición local, porque siempre se detenía a firmar autógrafos, y a charlar con ellos.

Cañas presentó todas sus pruebas y al final, fue parcialmente exonerado, el torneo presentó sus argumentos, y al final queda la duda aún, de si los servicios médicos fueron responsables reales de la tragedia que vivió Cañas, porque aún mantienen su postura, pero la reconciliación llegó al grado de que se le otorgó un wild card para este 2007, que finalmente no usó.

Antes ya había estado separado del tenis por lesiones, así es que el caso de "Willy" como le dicen sus cercanos, parecía más bien, el guión de una telenovela, de esas que acaparan la atención de millones, y al más puro estilo mexicano o argentino, en donde los llamados "culebrones" son tan populares.

Cañas regresó, pero pocos le auguraban un futuro tan prometedor, ya que en el tenis, como en casi toda actividad deportiva, los regresos suelen ser muy complicados y pocos son los que dejan atrás el pasado, sea lesión, castigo, problemas personales o como se quiera llamar.

Pero lo que resalta en él es su mente, porque más allá de que nunca dejó de entrenar, el nivel que está mostrando a los 29 años y cuando se supone inicia el declive, es el mejor de toda su carrera, y me recuerda a aquel aguerrido hombre de hierro, quien fuera muy allegado a la afición azteca por ser cuatro veces campeón del Abierto Mexicano, el austriaco Thomas Muster.

Las circunstancias fueron muy distintas, es cierto, pero hay muchas similitudes, empezando por la mente, la idea fija de regresar y triunfar es la misma, es un férrea voluntad a prueba de todo.

Muster sufrió una fractura de rodilla cuando le impactó un auto mientras guardaba el súper en la cajuela de su vehículo, precisamente un día antes de disputar la final de Key Byzcaine, y la lesión fue de tal magnitud, que además de privarnos de ver el partido, la circunstancias le pronosticaban un oscuro futuro, muy lejos del deporte blanco.

Muster podría caminar, tal vez hasta llegar a correr, ¡pero jugar tenis, jamás!... decían los médicos que tenía que olvidarse del deporte profesional para siempre.

Como Cañas en su angustia por la suspensión, Muster en el dolor físico y moral de la lesión, se dedicó a entrenar en silla de ruedas y el zurdo regresó para ser número uno del mundo.

Muster no será recordado por su sentido del humor o por su gran carisma, pero sí por esa voluntad férrea y a prueba de todo que lo hizo jugar tenis de nuevo, y no sólo eso, acceder a la cima, y fue precisamente el 12 de febrero de 1996, tras conquistar el Abierto Mexicano que se convirtió en número uno del mundo.

Vidas paralelas, aunque circunstancias distintas, pero lo de Guillemro Cañas me dice que estamos frente a otro hombre de voluntad férrea, de un jugador que jamás dejó de tener fe en su regreso y que a diferencia de sus compatriotas Gastón Gaudio o Guillermo Coria, no se dejó abatir por sus propios fantasmas, ni por castigos o lesiones para regresar, y demostrar que está dispuesto a entregar su vida totalmente al tenis.

Por eso no es casualidad que logre poner su record 3-1 frente a Roger Federer, ya catalogado desde ahora, como el mejor en la historia, porque sólo una mente tan poderosa y aferrada como la de un Muster o un Cañas podrían tener estos regresos tan impresionantes.

Así es que no debemos perder de vista a Willy, quien dará mucho de qué hablar en este 2007.