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¡No hay favorito!

EL MUNDO ESPERA

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OSCAR DE LA HOYA vs. FLOYD MAYWEATHER JR.
Sábado 5 de mayo, MGM Grand

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Rafael: Floyd's hanging 'em up
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Rafael: Mayweather, the villain
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Five key fights: Mayweather
Five key fights: De La Hoya
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Notebook: War of words rages on
Rafael: Mosley to spar with Oscar
Rafael: Catching the wave in DC
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Contursi: History in the Making
Faitelson: No favorites
Faitelson: On Chavez's footsteps
Sosa: How each of them can win
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The Magazine
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Faitelson: No hay favorito
Sánchez: La gloria o el fracaso
Sosa: Por el amor mexicano
Contursi: Un combate histórico
Faitelson: JC Chávez, el modelo
Sánchez: Mayweather favorito
Sosa: Qué harán para ganar
Contursi: El día después
Faitelson: La chance de Oscar
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Contursi da su pronóstico
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De la Hoya listo para la pelea
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La opinión de los campeones
El mundo espera el combate
Una pelea para la historia
Charla Dominical: De la Hoya

CIUDAD DE MÉXICO -- No hay nada más qué buscar. Estadísticas, comportamientos, tendencias, climas, caracteres, personalidades, costumbres... Óscar De la Hoya y Floyd Mayweather Júnior han pasado por el escrutinio más exagerado en la historia del boxeo. Ahora y como siempre, dependerá de ellos, sólo de ellos.

Me lo han preguntado una infinidad de ocasiones en la últimas horas. En la calle, en el café, en la oficina o en la escuela de las niñas: ¿Quién va a ganar la pelea? Estoy tan confundido con todo lo que se ha manejado en las últimas semanas que realmente no sé que es lo que finalmente sucederá.

Vivimos en una época de información y sobra información, brota por cada esquina, aparece aquí y allá y se supone que esa información debe darnos pistas para no equivocarnos. Esta vez no es así. La información puede crear desinformación.

Mi pronóstico inicial y en el que todavía creo, aunque sin la lucidez de antaño, es que Óscar acabará noqueando a Mayweather. Pero también debo aclarar que hay una cuestión de sangre, de identidad, de raíces y de tradiciones que me une más a De la Hoya que al propio Mayweather. Es difícil no sentirlo así y no debería, en apariencia, afectar a mi capacidad profesional para darle una pista a la gente.

He leído a Roberto Sosa, a Jorge Eduardo Sánchez, a Sebastián Contursi y a Dan Rafael y las opiniones están divididas, aunque cada quien objeta con valor y merecimiento por qué De la Hoya es el favorito o por qué Mayweather debe ganar la pelea.

No hay nada nuevo bajo el sol. De la Hoya tiene más pegada y la pelea se hará en su división, en su peso, son sus guantes y con su título de por medio. Mayweather presenta una marca invicta, es más rápido, tiene mejores condiciones para moverse en el ring y es técnicamente uno de los boxeadores más pulcros de la época.

Tendría la impresión de que hay un espacio para los dos en la historia del boxeo, pero estoy consciente de que la industria requiere de grandes confrontaciones, de nuevos retos y de boxeadores valientes. La batalla De la Hoya-Mayweather es una batalla prefabricada. No se da forma natural y sí se busca, subiendo de peso a un superligero natural, una confrontación ante quién la crítica considera uno de los mejores pugilistas de la última época.

Habrá que entender, la crisis de los pesos completos le ha dejado la mesa servida a boxeadores de divisiones intermedias como Mayweather y De la Hoya. Desde la caída de Tyson, Holyfield y Lennox Lewis, el interés por la máxima división ha quedado desierto. Los promotores, los casinos y la televisión han buscado otro tipo de pesos y de exponentes para tratar de llenar ese hueco.

No quiero desviarme del tema principal de esta columna. Creo que todos debemos reconocer las grandes condiciones que tienen los dos protagonistas de la pelea de este sábado y que debemos apegarnos a la famosa frase deportiva de que, será un duelo de "pronóstico reservado".

Hay mucha información de por medio y la información puede generar desinformación. Así que usted trate de aprovechar todo ese cúmulo de información para dar su propio pronóstico.

Y al mismo tiempo todo parece demasiado sencillo: Uno tiene el poder y la experiencia; el otro tiene la velocidad y la juventud. Aún así, ninguna computadora ha sido capaz de descifrar la incógnita, los expertos están desconcertados y la gente en la calle o en la oficina tampoco se atreve a ofrecer un panorama amplio de lo que podría suceder.

¿De la Hoya o Mayweather?, me preguntaba un hombre la semana pasada en la sala del aeropuerto de la ciudad de México. Casi no lo pensé. Me tembló la lengua, endurecí la expresión y tragué saliva antes de responderle... ! Manny Pacquiao!