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¿Es una dinastía?

CLEVELAND -- Puedes decir lo que quieras de los San Antonio Spurs --son aburridos, ganan sucio, tienen suerte-- si no te atreves respetarlos.

Está bien.

LeBron James ya se ha encargado de los furiosos.

Es probable que aunque los Spurs terminen barriendo las Finales de la NBA, nadie hable de ellos como una dinastía de fantásticos. Aunque se encuentran a una victoria de su tercer título en cinco años, San Antonio nunca ha ganado campeonatos consecutivos. Y la fuerte resistencia de James y los Cleveland Cavaliers no los está ayudando.

Sin embargo...

Fue bueno escuchar a un James humilde el martes por la noche, recordándole a su público que no se trató de un grupo cualquiera el que arruinó el debut de la ciudad en las Finales de la NBA con un triunfo por 75-72.

"Son un potente equipo mundial", dijo el Rey James de los Spurs.

Hace una semana, si hubieras tenido el privilegio de preguntarle, hubieras escuchado a James decir que los Detroit Pistons son el equipo de la liga que más respeta.

Tres juegos lo hicieron cambiar de parecer. Sobre todo éste.

Ni siquiera con Jim Brown, miembro del Salón de la Fama, al costado de la cancha como amuleto de buena suerte --legendario recuerdo del campeonato de la NFL previo al Super Bowl ganado por los Cleveland Browns, los últimos campeones de la ciudad-- pudo el conjunto de James brindarles a los desesperados locales la satisfacción de un Tony Parker y una Eva Longoria frustrados. Ni siquiera en una noche que Tim Duncan no intentó ni un tiro libre hasta el último cuarto... y cuando Manu Ginóblili no consiguió convertir si no hasta los últimos 10 segundos... y cuando LeBron finalmente encontró algunos espacios para llegar a la canasta.

¿Cuál fue el problema de los Cavs?

Más allá de la nulidad de Larry Hughes o el frustrado desempeño de Daniel Gibson, a quien tanto se lo pedía como titular, el gran problema de Cleveland fueron sus adversarios. Los Spurs simplemente --inevitablemente-- encontraron soluciones alternativas.

Bruce Bowen anotó tantos puntos como James a lo largo de tres cuartos (13) y bajó nueve rebotes. Parker clavó un triple justo antes de sonar el reloj de posesión en el último minuto, aunque Gregg Popovich le insistió en que no lo hiciera durante toda la temporada. Hablando de triples, San Antonio de alguna manera convirtió 10 en un juego de pocas anotaciones, acertando 10 de 19 contra los 3 aciertos en 19 intentos de Cleveland detrás de la línea.

La defensiva tampoco estuvo mal.

"Retrocedemos 10 años en el básquetbol ofensivo del Mundo Occidental", dijo Popovich. Sin embargo, el coach agregó: "Creo que sinceramente puedo decir que en estos tres últimos partidos tuvimos nuestra mejor defensiva. Es la mejor que hemos aplicado en playoffs, y con constancia, sin duda".

A James dalo por convencido, considerando que necesitó 23 intentos para anotar 25 puntos.

"No estoy sorprendido por lo difícil que es", dijo LeBron. "Creo que las finales de la Conferencia Este fueron difíciles y sabía que esto sería más difícil todavía. Creo que el equipo también lo siente.

"Sabes, no nos gusta usar el factor experiencia como excusa, pero definitivamente influyó en estas Finales".

El tono de finalidad en dicha declaración no fue intencional, pero sí comprensible. James tiene que sentirse frustrado por la sólida presencia defensiva de Bowen y sus ayudantes.

Pero el punto es que James es el único responsable de sus frecuentes vacilaciones con el balón. Tiene la fortaleza, la velocidad y la agilidad necesarias para cruzar a Bowen como Deron Williams de Utah, pero Williams lo hizo con movimientos mucho más seguros y veloces.

Cabe aclarar que Williams contaba con un compañero de pick-and-roll llamado Carlos Boozer para mantener a los grandotes de los Spurs ocupados. James no cuenta con un compañero como para igualar el nivel ofensivo de Boozer y tampoco tuvo mucha suerte en los momentos claves del Juego 3. De alguna manera consiguió fallar dos bandejas cerca de un triple errado en una secuencia de tres posesiones cuando los Cavs estaban abajo por 67-63. Tampoco recuperó el balón en la bandeja improvisada de Anderson Varejao con 13.2 segundos en el reloj --cuando el entrenador de los Cavs, Mike Brown, pedía desesperado un tiempo muerto-- ni bajó el rebote en el triple que entró y salió con el que podría haber estirado el juego con un tiempo suplementario.

Nada de eso fue inesperado, ya que James no tiene más de una oportunidad no forzada ante la barrera de los Spurs. Como señaló Boozer en la ronda previa, ante San Antonio, siempre "es más difícil decirlo que hacerlo".

De modo que no podemos decir que estemos sorprendidos de que el primer juego de Finales en Cleveland en los 37 años de existencia de los Cavs haya sido un fracaso.

Como resumió Ginóbili, "No tuvieron una noche feliz".

Ahora es cuando comienza el debate de la dinastía. No veo a nadie esperando el resultado del Juego 4 para comenzar a evaluar el lugar de los Spurs en la historia.

Sin embargo, los Spurs no parecen demasiado optimistas, ya que están acostumbrados a las críticas negativas.

"Ha habido pocas dinastías", dijo Duncan el fin de semana. "No se si podamos considerarnos una dinastía, pero ese es mi punto de vista desde adentro hacia fuera. Las dinastías fueron los Lakers de los '80 y los viejos Celtics. Las dinastías son los equipos que lo han logrado por muchos, muchos, muchos años. Esperemos poder decir eso dentro de un par de años. Pero en este momento, no creo que estemos a la altura de esos hombres.

"Ganar es nuestra meta. Lo que eso signifique a la larga, puedes definirlo como quieras".

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