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Un adiós con gloria

Beckham se va, Capello no sabe EFE

MADRID -- David Beckham, el último 'galáctico' en llegar en la 'era Florentino Pérez', cerró el círculo de su etapa de cuatro años en el Real Madrid, periplo que empezó con el título de la Supercopa ante el Mallorca y que acaba con el de su primera y única Liga española ante el mismo equipo balear.

El centrocampista inglés llegó en el verano de 2003 dispuesto a unirse al grupo exitoso al que con anterioridad se habían unido el portugués Luis Figo, el francés Zinedine Zidane y el brasileño Ronaldo.

Pero desde la consecución de la Supercopa Beckham no ha tenido más que disgustos deportivos, sin ningún título hasta que ha puesto rúbrica a su etapa madridista con la Liga, la trigésima para el club blanco.

Beckham debutó el 24 de agosto de 2003 en partido oficial en Palma, donde el Real Madrid perdió la ida de aquella Supercopa por 2-1, con el último gol del ahora barcelonista Samuel Eto'o.

Pero en la vuelta, disputada tan solo tres días después, el equipo que dirigía entonces el portugués Carlos Queiroz, a cuyas órdenes Beckham había estado en el Manchester United al ser el luso ayudante de Sir Alex Ferguson, goleó por 3-0 con el último tanto obra del inglés, quien marcó de cabeza a pase de Ronaldo.

Esa alegría no tuvo apenas continuidad para el inglés y su equipo, que se metieron en un desesperante desierto de títulos, de intentonas vanas, de fracasos y eliminaciones y derrotas descorazonadoras.

Incluso Beckham tuvo que ver cómo el italiano Fabio Capello le dejó esta temporada en la grada tras hacerse público su traspaso a Los Angeles Galaxy de la Liga estadounidense.

Fueron momentos duros para un jugador con hambre de gloria, luchador siempre y que nunca dejó de dar la cara, pero que encontró la recompensa de la vuelta al equipo y de convertirse en una de las claves de la remontada del Real Madrid hacia su trigésimo título.

Beckham pudo esta noche por fin celebrar algo importante como madridista y despedirse a lo grande al lado de la enfervorizada afición y de su mujer Victoria, sus hijos, su amigo Tom Cruise y sus familiares, quienes le arroparon constantemente desde la grada.

El ex capitán de la selección inglesa dice adiós al Real Madrid, pero lo hace con una felicidad extrema, la que le ha faltado en todo el círculo que, curiosidades de la vida, abrió y cerró con el Mallorca como testigo.