EFE 17y

El batacazo más grande

RIO DE JANEIRO -- Si Uruguay propinó un "Maracanazo" para conquistar el Mundial de 1950 de fútbol, la selección femenina de voleibol de Cuba dio un "Maracanazinhazo" al ganarle por 3-2 a las anfitrionas en un choque de antología, que hizo callar a 12.000 eufóricos hinchas y que proporcionó a las antillanas el oro.

Brasil tuvo la iniciativa, pero no pudo ante un equipo frío y sin nervios, cuyas jugadoras a veces dieron la impresión de tener chips por corazones. Los gritos, los abucheos, la ventaja de las brasileñas en momentos claves, parecieron no afectar el objetivo de Zoila Barros, Nancy Carrillo, Yanelys Santos y compañía.

Crueles a la hora de cobrar en la red el error ajeno. Crueles al bajar remates a 70 kilómetros de velocidad. Las jugadores de Antonio Perdomo llegaron al partido de hoy con la misión de ceder la iniciativa a sus rivales, provocar el desgaste y después apoderarse de la situación.

El partido de una hora y 36 minutos de duración, auténtico récord en este y muchos torneos regionales, terminó con parciales de: 27-25 (29 m.), 22-25 (23 m.), 25-22 (25 m.), 32-34 (35 m.) y 15-17 (19 m.).

El duelo en las alturas que tanto temía el seleccionador brasileño se trabó en los primeros minutos con un saldo favorable a las cubanas, que no fue mayor de cuatro puntos gracias a que las brasileñas se aplicaron en la recepción, como nunca antes lo habían hecho en el torneo.

A partir de ese fundamento, y con rápidos contragolpes como fórmula complementaria, las anfitrionas lograron arribar a los 12 minutos con un empate en 12. El equilibrio se extendió hasta a los 18 minutos, cuando las jugadoras de Zé Roberto cobraron por primera vez una ventaja de tres puntos.

El esquema rígido de Cuba se desajustó y por primera vez quedó en evidencia que la potencia del remate de Zoila Barros y Nancy Carrillo tenía como antídoto la cadencia en los cambios de frente que Fofao, la capitana del equipo, imprimía para surtir a Paula Pequeno, Walewska y Sheila con remates desde la bandas. El set terminó tenso, nervioso, en 27-25 al cabo de 29 minutos.

En el segundo, Cuba pareció entender la lección, y aunque mantuvo la dureza en bloqueo, se esforzó por no perder la ternura en la elaboración de las jugadas que antes resultaban muy mecánicas.

Las de Antonio Perdomo encontraron así el ábrete sésamo para llevar a Brasil a la pérdida del primer set en el campeonato: 22-25 en 23 minutos. Zé Roberto movió su banco buscando altura en la red. Carolina, Marianne, Thaísa, Welissa y Regiane entraron y salieron para reforzar posiciones.

La combinación devolvió a Brasil el control en el tercer set (25-22), pero dejó de ser sorpresa en el cuarto, cuando las cubanas llegaron a tener cinco puntos de ventaja (13-18, en el m.17).

El aliento del público fue fundamental para la extraordinaria recuperación, similar a la del primer set (19-19 m.20), y partir de entonces se generó un toma y daca que sólo terminó a los 35 minutos, con un 35-32 no visto hasta ahora en el torneo.

Dos apariciones de la central Fabiana, una en la contención y otra en el contragolpe, pusieron a Brasil en ventaja cómoda en el comienzo de la manga decisiva.

La ventaja se anuló a los 9 minutos (9-9) y desde entonces el bloque cubano volvió a ser el arma principal, hasta que por agotamiento, desconcentración y presión, las brasileñas quedaron a expensas de la precisión implacable de las cubanas.

SÍNTESIS:

BRASIL (2): Walewska, Fofao, Sassá, Fabiana, Sheila, Paula Pequeno y Fabi (libero) -equipo inicial- Marianne, Sheila, Thaisa y Regiane. Seleccionador: José Roberto Guimaraes, conocido como Zé Roberto.

CUBA (3): Zoila Barros, Daimi Ramírez, Rosir Calderón, Nancy Carrillo, Yanelys Santos, Yumilka Ruiz y Yahima Ortiz (libero) -equipo incial- Yenisey González, Liana Mesa. Seleccionador: Antonio Perdomo.

PARCIALES: 27-25 (29 m.), 22-25 (23 m.), 25-22 (25 m.), 32-34 (35 m.) y 15-17 (19 m.)

ARBITROS: Yuri Ramírez (RUP) y Danielo González (MEX).

ESTADIO: Gimnasio Maracanazinho, de Río de Janeiro, ante 12.000 personas.

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