ESPNdeportes.com 16y

La espera terminó

LAS VEGAS -- La hora está más cerca que nunca. Después de cuatro años de espera, Marco Antonio Barrera tendrá la oportunidad de desquitarse de la peor derrota de su carrera, la que le infligiera Manny Pacquiao en noviembre de 2003.

La cita será el próximo sábado en la arena del hotel Mandalay Bay de Las Vegas y la expectativa es enorme. Porque, al margen de ser de por sí un choque explosivo por las características de ambos, ésta podría ser la despedida del mexicano, quien tras el revés sufrido ante Juan Manuel Márquez, en marzo pasado, anunció que estaba pensando seriamente en colgar los guantes.

LAS CLAVES DE LA PELEA

Lo que debe hacer Marco Antonio Barrera

1) No desesperarse y esperar por el error de Pacquiao.

2) Ejecutar con precisión el gancho de derecha sobre la izquierda de Pacquiao.

3) Tratar de arrinconar a Pacquiao sobre las sogas, tan pronto como éste lance sus ataques.

Lo que debe hacer Manny Pacquiao

1) Entrar y salir permanentemente de la zona de fuego, apelando a su velocidad de piernas.

2) Lanzar combinaciones de tres o cuatro golpes cada vez que lance una embestida.

3) Elegir los planos bajos y los flancos de Barrera como blanco preferido, evitando ataques frontales.

Sin embargo, el mexicano también había venido comentando en los últimos años que el combate que más le interesaba de todas las posibilidades que existían era éste. Claro, en su sangre de guerrero todavía corre el dolor insoportable de aquella afrenta que significó ser noqueado sin atenuantes por Pacquiao. La espina era demasiado grande como para retirarse sin intentar quitársela.

Por eso, más allá de que sus últimas presentaciones han dejado algunas dudas respecto de sus reflejos y su condición física en general --las innumerables batallas que ha protagonizado a lo largo de su carrera comienzan a cobrarle su precio, lógicamente-- Barrera llega a esta revancha con una motivación muy especial.

Y, a la postre, esta actitud puede resultar una de las claves de la pelea. Porque el hambre siempre es un factor preponderante en el boxeo. Y en este caso, conociendo al mexicano, sed de venganza es lo que le sobra.

Por el lado de Pacquiao todo es más armónico. Porque justamente a partir de aquel inolvidable triunfo ante Barrera, en noviembre de 2003, su figura creció notablemente, al punto de ser considerado actualmente el mejor libra por libra, quizás compartiendo el trono con Floyd Mayweather Jr.

Como se sabe, el filipino no sólo despachó contundentemente a Barrera, sino también a Erik Morales, a quien le propinó dos palizas memorables.

El "Pacman" permanece invicto desde hace dos años y medio (la última la perdió por puntos ante Morales, en marzo de 2005) y la lista de sus vencidos desde ese entonces incluye otros tres mexicanos: Héctor Velásquez, Oscar Larios y Jorge Solís.

En su última salida, en abril pasado, Pacquiao tuvo que trabajar más de lo esperado ante el "Coloradito" Solís. Pero, en definitiva, impuso su tremenda pegada y se llevó una victoria por KO en el octavo asalto y, como es habitual en él, mostró un estado físico envidiable.

Para el próximo sábado, Pacquiao no será la excepción en este terreno.
Aunque este vez realizó la preparación en Manila, y no en Los Ángeles, su entrenador, Freddy Roach, asegura que su pupilo llega en la mejor condición.

EL ANÁLISIS

Cuando uno imagina el trámite de la pelea, la primera imagen que se le viene a la cabeza es cruces furibundos. Pero, en realidad, estos serán producto del entusiasmo y, sobre todo, de las características fundamentales de ambos, y no de la estrategia que dispondrán sus entrenadores.

A Barrera, por su parte, no le quedará otra opción que apelar a su inteligencia de viejo zorro del ring, y no tanto a la potencia, como lo hiciera en su momento ante Naseem Hamed o ante el propio Morales.

Esta disposición, entonces, supone una actitud contragolpeadora, trabajando sobre el error de Pacquiao. Pero para lograrlo, el mexicano tendrá que hacer gala de una enorme precisión, teniendo en cuenta la velocidad de su rival, que raramente se convierte en blanco fijo.

Sin duda, Barrera es capaz de lograrlo. Como lo hizo en su segundo enfrentamiento ante Ricardo "Rocky" Juárez, a quien venció con cierta facilidad, aunque aburriendo a propios y extraños.

Pero, claro, en el primer combate entre ambos Juárez había impuesto su mayor potencia y había tenido en serios problemas a Barrera, por lo cual éste último cambió radicalmente de estrategia en el desquite.

Lo mismo tendrá que hacer este sábado ante Pacquiao: no desesperarse y esperar por la aparición de huecos para meter el contragolpe.

Mientras tanto, Pacquiao tendrá que hacer lo de siempre. Caminar el ring, y entrar y salir velozmente con esa izquierda que hace daño desde cualquier ángulo. Lo suyo se limita a eso, más que a otra cosa: velocidad para lanzar los golpes, tirándolos en combinaciones de dos y tres.

El filipino, por cierto, es gran favorito para volver a ser el verdugo del boxeo mexicano. Sin embargo, a estas alturas de su carrera, Barrera ha despertado en su interior el guerrero hambriento de otrora. Y cuando el gigante se despierta...

^ Al Inicio ^