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Con muchos sabores extras

LAS VEGAS -- La pelea del sábado entre Floyd Mayweather y el británico Ricky Hatton ha empezado a cobrar visos de una rivalidad internacional, que recuerda un poco la época en que los estadounidenses se independizaron del Reino Unido.

En la ceremonia de pesaje efectuada en el hotel-casino MGM Grand Garden Arena, Hatton quedó claramente definido como una especie de favorito sentimental para la mayoría de los 5.930 amantes del box presentes en una esquina, entre la que estaba una pequeña banda musical enviada por un diario británico.

En esa esquina había aficionados ingleses que vestían camisetas del Manchester City, bebían cerveza y cantaban "Dios salve a la Reina", así como melodías en honor de Hatton.

En otra esquina del casino se encontraban vaqueros estadounidenses, muchos de ellos con camisas de rodeo y sombreros para apoyar a su compatriota Mayweather (38-0, 24 nocauts).

Este dice que él es el verdadero rostro del boxeo, así como un astro de primera clase. Pero ha sido Hatton (43-0, 31 nocauts), y muchos británicos ojerosos y desvelados, los que están calentando el ambiente antes del combate.

"Todos los estadounidenses serán aficionados de Hatton tan pronto conozcan a Ricky", dijo Trevor Smith, empresario de Manchester, quien viajó a Las Vegas sin un boleto para la pelea, solamente porque le pareció divertido. "Es un campeón del pueblo. Nadie ama a Floyd como nosotros amamos a Ricky, ni siquiera su mamá".

Desde un punto de vista técnico, la ventaja es para Mayweather debido a su mayor tamaño y alcance, así como sus capacidades defensivas, que hacen que su pelea por el campeonato welter del Consejo Mundial de Boxeo parezca algo fácil.

Sin embargo, no son pocos los que reconocen las posibilidades de Hatton, y no solamente sus compatriotas. Sobre todo, se destaca su humildad en comparación con el alardeo de Mayweather.

"Nunca me he visto, incluso ahora, como un astro. Cuando camino por el casino y veo mi cara en los carteles y en la mesa de blackjack, les tomo fotos. No creo que me acostumbre nunca", dijo Hatton.

Mayweather dice que nunca estudia las grabaciones de sus oponentes en video. Sin embargo, si lo hiciera en este caso, se encontraría con que Hatton es un oponente con determinación, quien compensa sus deficiencias con su estilo que no contempla la retirada.

El inglés, quien realiza apenas su segundo combate en la categoría welter, luego de haber ascendido de los 63,5 kilogramos (140 libras), ha demostrado además una gran capacidad para recibir castigo, preocupándole más a su entrenador Billy Graham las cortadas en la cara que la posibilidad de ser noqueado por Mayweather.

Sin embargo, nadie ha penetrado en los últimos años el escudo defensivo de Mayweather. No lo hizo Oscar De La Hoya, ni Zab Judah y tampoco el argentino Carlos Baldomir, otro peleador que no da pasos atrás y que fue contratado para practicar con Mayweather el mes pasado. Hatton es más rápido que Baldomir, pero tiene algunas de las mismas deficiencias.

"Más vale que aprecie el hecho de compartir el cuadrilátero conmigo y que lo estoy poniendo en una posición de ganar más dinero que nunca en su carrera. Creo que está un poco deslumbrado por estar en el ring conmigo", dijo Mayweather.