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Un show fantástico

Como está lesionado Lio sólo dio el puntapié inicial EFE

SAN LUIS -- El argentino Lionel Messi y el brasileño Ronaldinho, compañeros en Barcelona y amigos en la vida, se juntaron en San Luis y deleitaron a sus habitantes desde su primera aparición pública, registrada tres horas antes de
encarnarse en el denominado Partido de Otra Galaxia, que ganaron 1-0 los amigos del argentino frente al equipo carioca.

Este cotejo fue escenificado en el Estadio Provincial Juan Gilberto Funes, de la ciudad de La Punta, tuvo frente a frente a los amigos de uno y otro futbolista, y convocó a 15.000 espectadores que disfrutaron de un espectáculo integral, que no
solamente albergó al fútbol.

El espectáculo comenzó con 150 integrantes de una de las comparsas más imponentes de Gualeguaychú, con su multicolor vestuario y carrozas, para después cada futbolista ser presentado al estilo del básquetbol de la NBA.

Hubo un gran operativo policial que se desplegó, desde media mañana, con motivo de la llegada a la capital de estas grandes estrellas del fútbol mundial, que estuvo dirigido por el comisario inspector Jorge Manchón y afectó a unos 300 efectivos policiales de la Unidad Regional I.

El operativo de custodia se inició desde la llegada al aeropuerto local de los distintos vuelos charter en los que arribaron los jugadores, continuó con un gran despliegue para el traslado de estos al Hotel Potrero de los Funes donde se alojaron, con el corte de calles y rutas por donde transitaron los vehículos que trasladarán a los visitantes.

En el hotel también hubo una fuerte presencia policial y el Estadio Provincial Juan Gilberto Funes contó con una fuerte presencia policial desde temprano, dentro y fuera de la cancha.

Ante gran parte de los 300 periodistas acreditados, tanto a nivel local, nacional y del exterior, algunos de los principales animadores de esta fiesta deportiva ofrecieron una conferencia de prensa "como único contacto con el periodismo y sólo para hablar del Partido de otra Galaxia", según anunció el actor Martín
Seefeld, que ofició de presentador.

Con una hora y media de retraso respecto de la hora fijada, en la Caja de los Trebejos, edificio construido por el gobierno de San Luis para el Mundial de Ajedrez, contiguo al Hotel Internacional de Potrero de los Funes, situado a 18 kilómetros de
la capital, ingresaron Lionel Messi, Ronaldinho, Juan Sebastián Verón, el técnico Carlos Bianchi, el ex árbitro Horacio Elizondo y el actor Luis Rubio, caracterizado con su personaje Eber Ludueña.

La mayoría de las respuestas estuvieron dedicadas a resaltar "la maravillosa idea de juntar" a estos monstruos del fútbol mundial, a lo "lindo que es poder jugar con estos grandes futbolistas y dirigirlos nuevamente", según apreció Elizondo, que será presentado en Buenos Aires como titular de la Dirección de Formación Arbitral (DFA) en el predio de AFA.

Lo más importante que quisieron conocer los hombres de prensa era si Ronaldinho se quedaría jugando en el Barcelona, lo que fue respondido con evasivas tales como: "Estoy en un buen momento y sino miren como me recibe la gente. Es muy bueno jugar al lado de Messi, que además de un gran futbolista es un buen amigo. De cualquier manera este partido es muy bueno para olvidar un mal momento de mi carrera", admitió finalmente el brasileño.

Dinho también recibió el apoyo de Messi, quien señaló de él que "es un gran jugador. Nos llevamos muy bien y ojalá siga jugando con nosotros".

Por su parte, Carlos Bianchi no quiso contestar si sería el manager de Boca Juniors, algo que simultáneamente se estaba comentando públicamente en la presentación de Carlos Ischia en la Bombonera, asegurando que "antes de poder dirigir en Argentina", prefería hacerlo en su "propia casa".

Capitaneados por Ronaldinho y Messi, quien sólo dio el puntapié inicial debido a un desgarro, los equipos agruparon a jugadores como los brasileños Maicon, de Inter, de Italia; Vagner Love y Daniel Carvalho, de CSK de Moscú; Roberto Carlos, de
Fenherbache de Turquía; Diego y Naldo, del Werder Bremen; Thiago Silva, del Fluminense; Nilmar, de Internacional; Tinga y Dedé, del Borussia Dortmund alemán; Amaral, ex Fiorentina de Italia; Cristian, de Internacional; César Prates y Junior Bahiano.

Todos estos futbolistas actuaron por "Los Amigos de Ronaldhinho", quienes estuvieron a las órdenes del técnico de Internacional, de Porto Alegre, Abel Braga.

En el equipo Movistar, de Messi, actuaron Roberto Abbondanzieri, Fernando Cavenaghi, Juan Sebastián Verón, Guillermo Barros Schelotto, Martín Palermo y Martín Demichelis, el brasileño Roberto Carlos, el colombiano Frankie Oviedo, el uruguayo Diego Forlán, el peruano Nolberto Solano, los ecuatorianos Edson Méndez, Cristian Benítez y David Quiroz; y los chilenos Humberto Suazo y
Arturo Vidal. El técnico fue Bianchi.

El protagonista sorpresivo (quizás no tanto) teniendo en cuenta las apariciones estelares de varios habilidosos, fue Martín Palermo, quien con su habitual entrega hizo estallar varias veces las gargantas de las 15 mil almas puntanas presentes en el estadio y una vez el travesaño del arco rival.

Pero el partido de los amigos fue mutando hacia un encuentro serio, en el que no aparecían los goles y en el que todos querían abrir la cuenta, en parte por satisfacción propia y en parte porque el murmullo del público se empezaba a sentir.

El arquero Andrei se lo tomó demasiado a pecho y ante un empujón voluntario pero amistoso de Palermo reaccionó cuando el atacante de Boca ofreció sus disculpas. El "Paleeermo, Paleeermo" comenzó a tronar en las tribunas. Y claro, el arquero brasileño se olvidó que a pesar de que el encuentro era amistoso, San Luis es tierra argentina.

Más allá de que no hubo demasiado brillo, más allá de que los jueces de línea impidieron dos gritos de gol de Leandro Lázzaro, quien en el complemento se desquitó con una corrida fenomenal y un golazo al ángulo, y más allá de que Messi no pudo participar, el partido pasará a la historia del deporte de San Luis por la presencia de grandes estrellas del fútbol mundial.

En consecuencia, no sólo las condiciones enumeradas en un principio dominaron la escena en San Luis, sino que la humildad de los futbolistas presentes, muchos de ellos consagrados del fútbol mundial, también se dio una vuelta por la provincia puntana.

La presencia de la modelo Liz Solari, hermana del jugador del Inter, Santiago Solari, le aportó la cuota de belleza a la tormentosa noche sanluiseña, ya que al anochecer el cielo mostró amenazantes nubarrones. Aunque nada pudo empañar la felicidad de
quienes disfrutaron de la presencia de los más importantes futbolistas del mundo allí nomás, a centímetros de sus manos.