BUENOS AIRES -- El nuevo entrenador de Huracán, Claudio Ubeda, aseguró que tardó diez días en llegar a una respuesta afirmativa al ofrecimiento de dirigir el equipo y que finalmente se decidió porque el club le daba "un buen contexto como para comenzar".
"Me tomé ese tiempo, puse todo en la balanza. Encontré casi todo a favor y lo único que me pareció negativo fue que tuve que dejar de jugar cuatro meses antes de lo que yo tenía previsto", amplió.
Ubeda, en declaraciones a la señal de cable TyC Sports, indicó que Huracán le daba "un buen contexto como para comenzar" su carrera de entrenador "ya que conozco al plantel, cómo piensa y hasta dónde puede llegar cada uno y tengo una buena relación con la gente".
"Ahora cambia un montón de cosas para mí, porque hay que programar muchas cosas, cuando antes como jugador me ocupaba solamente de estar bien físicamente", indicó.
Cuando se le preguntó cómo tomará que algunos de sus ahora dirigidos tenga intenciones de emigrar, Ubeda dijo que se alegra por el progreso personal de cada uno pero que como directpr técnico "tengo la obligación de decirle que lo necesito en este proyecto y que aspiro a que el 90 por ciento del plantel actual continúe en el club".
Dijo que a diferencia de sus antecesores, Antonio Mohamed y Osvaldo Ardiles, que terminaron mal su relación con el presidente del club, Carlos Babington, su intención es que "los problemas se arreglen de puertas adentro, porque no me gustan las discusiones mediáticas, que terminan pesando más que los temas futbolísticos".
Respecto de su manual para conducir un equipo, comentó que le agrada que sus dirigidos "salgan a buscar los partidos, con juego asociado, sin pelotazo, sin dividir la posesión de la pelota".
Consultado por las características de quienes lo precedieron, y a cuyas órdenes jugaba, Ubeda explicó que Mohamed "era más ordenado tácticamente, cuidadoso para programar los partidos, para saber por dónde poder atacar al rival para lastimarlo y trabajaba más con pelota parada".
Respecto de Ardiles, señaló que "contrariamente a lo que podría pensarse, porque era desfachatado para jugar, es muy serio como técnico, muy estratega para plantear los partidos y con la característica de darle más libertad a la impronta del jugador".
En ese aspecto dijo coincidir con Ardiles porque también le gusta "dar libertad de creación a un jugador, pero de los que necesitemos que tengan libertad, los que puedan desequilibrar y que haya un orden, tampoco la locura: no voy a querer que pasen al ataque los dos centrales".
"De todos modos, los que tengan libertad, cuando terminen con su jugada pueden perfectamente volver para retomar su posición", concluyó.