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No será tan sencillo

WASHINGTON - Cuando Pau Gasol comenzó a hablar en inglés desde el podio el domingo, el asunto giró en torno a la presión que deberá soportar en Los Angeles.

Las expectativas que habrá puestas en él, le remarcaron, serán 100 veces mayores a lo vivido en Memphis, y el escrutinio al que estará sometido se asemejará al que siente en su España natal.

"Creo que es un gran tipo de presión –la presión por ganar y ser uno de los favoritos es lo que extraño desde que llegué a la NBA. Me encanta esa sensación que tengo con la selección nacional, y que tenía antes de llegar a la NBA, con Barcelona [de la liga española], y eso es lo que tendré de ahora en más".

¿Así que Gasol ama la presión?

¿No tuvo presión en ninguno de los 12 partidos de postemporada que jugó con Memphis? Gasol acumula una marca de 0-12 en playoffs con los Grizzlies.

¿Y qué me dicen del horno que era Madrid a mediados de septiembre, una noche en la que gran parte de la ciudad esperaba abarricada un gran desfile de medianoche luego de la final del Eurobasket 2007?

¿Qué ocurrió entonces? Una de las sorpresas más grandes en la historia reciente del básquetbol internacional, que fue posible gracias a los fallos de Gasol al final.

No tuvo demasiada repercusión en Estados Unidos, pero España, jugando en casa ante Rusia, que venía completamente de punto, perdió por un punto cuando el último tiro de Gasol sobre la chicarra tocó el aro y salió para coronar un último cuarto olvidable, que incluyó cinco de ocho tiros libres errados. Antes de ese fallo final, Gasol perdió el balón con 25 segundos por jugar a manos del ruso J.R. Holden (una copia fiel del robo de Michael Jordan a Karl Malone justo antes de concretar el tiro ganador sobre Bryon Russell para obtener el título en 1998), quien anotó la canasta del triunfo.

Cuando los muchachos en España buscaron alquien a quién culpar, Gasol fue encontrado como el principal responsible, notando que fue algo bueno que el centro sufriera una fractura el año anterior (en las semifinales ante Argentina) cuando España derrotó a Grecia en la final de la Copa del Mundo en Japón.

Más de una docena de periodistas españoles se acreditaron para el partido del domingo en el MCI Center en el que Kobe Bryant anotó 18 puntos en el primer cuarto para conducir a los Lakers a un sencillo triunfo 103-91 sobre los Wizards. Gasol haría su debut el martes por la noche en New Jersey.

Antes del partido, Gasol avergonzó a los oficiales de los Lakers respondiendo las primreas siete preguntas en español –todas fueron preguntadas en español, y sin un traductor disponible, el resto de los presentes se quedaron sin saber que decía.

De alguna forma, pareció que los escritores españoles se avalanzaron sobre Gasol antes que los angloparlantes pudieran abrir la boca, y allí reside un paralelo a trazar. Se habla de Gasol como salvador, pero la gente en Los Angeles debería mantener un oido abierto a las palabras que llegan desde Memphis y Madrid. El dueño de los Grizzlies, Michael Heisley, dijo que una de las razones por las que decidió cambiar a Gasol, quien estaba siendo abucheado en Memphis, era que los fanáticos locales nunca iban a volver a comprar una entrada para ver a los Grizzlies mientras Gasol fuera la cara de la franquicia.

"Cuando lo enfrentábamos, parecía responder cada vez que el partido estaba en juego. Los grandes duelos, [Kevin] Garnett y [Tim] Duncan y esos muchachos, siempre ha tenido éxito ante ellos. Por lo que no me preocupa demasiado", dijo Bryant cuando le comentaron que a Gasol le encantaba tener mucha presión encima.

Gasol y Bryant tendrán 36 partidos de temporada regular para aclimatarse antes de entrar a la postemporada.

Ahí veremos cuán bien maneja Gasol la presión, y si realmente la disfruta, entonces se enamorará de Los Angeles.

Sin embargo, si sucumbe ante ella, el escrutinio que recibe en España y recibió en Memphis no será nada comparado con el que sufrirá en el mundo Laker.

Después de todo, Gasol será una pieza clave para definir la continuidad de por vida de Bryant en los Lakers.

A eso, mis amigos, le llamo presión.

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