EFE 16y

México la decepción

NASHVILLE -- La Concacaf ya tiene a un campeón inesperado, la selección de Honduras, en el torneo preolímpico, después que en la final ganó 1-0 a la de Estados Unidos, la gran favorita al título, pero que con el boleto asegurado para Pekín 2008 jugó sin sus mejores hombres y eso se notó.

Con los boletos definidos desde el pasado jueves para Honduras y Estados Unidos cuando ganaron sus respectivas semifinales ante Guatemala y Canadá, el partido por el título del torneo no tuvo más interés que cumplir con el expediente de la programación.

Algo que también había sucedido en el partido anterior por el tercero y cuarto puesto que iban a ser para Canadá y Guatemala, respectivamente, al vencer los primeros por 5-3 en la serie de penaltis después que el tiempo reglamentario concluyó con empate 0-0.

Lo vivido en la jornada dominical fue el mejor reflejo de todo lo que ha sucedido durante un torneo demasiado largo, que comenzó el pasado 11 de marzo en la sede de Tampa Bay (Florida) y concluyó el domingo, en la de Nashville (Tennessee), con menos de 3.000 espectadores en las gradas del estadio LP Field.

La imagen de gradas sin espectadores no le quitó nada de mérito al triunfo conseguido por Honduras, que demostró que dentro del campo, el equipo catracho, dirigido por el entrenador colombiano Alexis Mendoza, siempre lucho e intentó dar lo mejor de su fútbol, que no es precisamente la potencia de la región.

Pero el triunfo de Honduras dejo aun más en evidencia el gran fracaso de la eliminación de México, el gran favorito al título, junto con Estados Unidos, cuyo gran fallo fue permitir que para la final no se quedaran jugadores claves como el delantero Freddy Adu, el máximo goleador del torneo con cuatro.

Honduras estará con todos los honores en los segundos Juegos Olímpicos de su historia después que logró participar por primera vez en los de Sydney 2000, mientras que Estados Unidos mantendrá la supremacía de la Concacaf al clasificar por decimotercera ocasión.

Canadá, que fue la sorpresa positiva, al igual que Guatemala, cumplieron al ocupar el tercero y cuarto lugar, respectivamente, del torneo, pero dejaron en evidencia las carencias que tienen en su fútbol de selección y como es lógico en sus respectivas ligas.

La eliminación de México es muy difícil de explicar y más cuando tiene la liga más potente de toda la región, un buen equipo y todos los elementos para cuando menos haberse asegurado un boleto para estar en Pekín 2008, que hubiese sido su décima participación en unos Juegos Olímpicos.

La selección dirigida por Hugo Sánchez nunca dio el máximo del rendimiento que se esperaba y aunque tuvo todas las oportunidades para haber ganado los partidos dentro del Grupo B ante Canadá, que empató a 1-1 y frente a Guatemala, que perdió por 1-2, al final la goleada de 5-1 frente a Haití no le sirvió.

El equipo tricolor tendrá tiempo para reflexionar sobre lo que falló en el preolímpico para Pekín 2008, pero mientras tanto el fútbol mexicano de selección sufrió un gran golpe a su imagen de líder dentro de la Concacaf.

Sin México en las semifinales, el torneo perdió por completo el poco interés que tenía y además reflejó la pobre imagen que estaban dejando todas las selecciones en el terreno de juego.

Los partidos disputados el pasado jueves y domingo así lo reflejaron y sólo la pasión y apoyo que inmigrantes hondureños y guatemaltecos profesan a sus respectivos equipos nacionales permitió que en la semifinal disputada entre ambos permitiese a la organización registrar la mejor entrada de asistencias con 15.000 espectadores.

La selección sub 23 de Estados Unidos no genera ningún interés entre los aficionados de su país, pero como ya es norma en su comportamiento, en el campo, cumplió con el objetivo de la clasificación y dejó en alto la imagen y prestigio de la camiseta de la barra y las estrellas que defienden.

Del resto del torneo, la selección que mejor impresión dejó fue la de Panamá, que a pesar de quedar eliminada fue la que mostró más proyección de futuro con jóvenes valores que pueden llegar a ser buenos jugadores si siguen teniendo a entrenadores como el brasileño Alexandre Guimaraes.

Capítulo aparte mereció el papel que tuvo la selección de Cuba, que comenzó con un empate a 1-1 sorpresa frente a Estados Unidos y a las pocas horas del triunfo deportivo cinco jugadores que habían participado en el encuentro desertaron de la delegación isleña.

Dos más lo hicieron al día siguiente y el combinado nacional antillano se quedó con sólo 11 jugadores disponibles para seguir en el torneo, ya que habían llegado con sólo 18.

Al final los dos últimos partidos de Cuba, ante Honduras y Panamá, tuvieron que disputarlos en plan heroico con 10 y 11 jugadores, respectivamente, sin importar el resultado final, fueron sin lugar a dudas las que generaron más interés y atención.

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