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Gracias pequeña

BUENOS AIRES -- Ayer fue un día tan triste para mí... y a la vez tan feliz porque una de las mejores jugadoras de la historia dijo adiós al tenis, pero saliendo por la puerta grande y con el número uno en la espalda, como las grandes campeonas.

Primero te hablaré a ti Justine, y después le explicaré a todos nuestros lectores quién eres. Primero a ti por ser la protagonista de una historia que ayer terminó casi como un cuento de hadas. En primer lugar quiero darte las gracias a ti y a Titi, por haberle regalado tantas cosas al Señor Tenis, y por haberme hecho disfrutar tanto con tu juego y tu actitud, algo que sirvió de ejemplo para muchas y seguirá siéndolo para todas las niñas que continúen en la ruta de este deporte por generaciones y generaciones.

A Titi, por haber sido tu guía, tu maestro y tu amigo, en los momentos duros y en los más dulces también. Además, desde ayer, mi carrera, la de Paola Suárez, se hizo más grande, y es que tuve el privilegio de compartir el circuito, de compartir entrenamientos, partidos, comidas y títulos con Justine Henin, una persona a la que aprecio y admiro y de la que me siento orgullosa por todas las cosas que consiguió a lo largo no sólo de su carrera, sino de su vida.

Y a todos ustedes les diré que la pequeña Justine nació un 1 de junio de 1982 en Liege, Bélgica. De muy chiquita empezó a jugar al tenis, y cuando tan solo tenía 11 años su mamá la lleva a Roland Garros. Estando en la cancha central, la Phillipe Chatrier, mientras observaban un partido, Justine le dice a su mamá: "Algún día jugaré la final de este torneo". Su mamá fallece dos años más tarde y Justine lo sufre enormemente, pero no sólo cumple con lo que aquel día le dijo a su madre, sino que lo supera. Porque no jugó una final, jugó muchas más. Ganó cuatro veces Roland Garros, dos el US Open y una el Australian Open. Pero eso no fue todo, porque además fue medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y campeona de Master Championships en varias ocasiones y de otros tantos y tantos torneos alrededor del mundo.

Y para cerrar una historia digna de una de las mejores deportistas de todos los tiempos, convoca a la prensa en su club, en Bélgica y junto a Carlos "Titi" Rodriguez, su entrenador y compañero a lo largo de todos estos años, dice adiós al tenis de la forma más humilde y más grande a la vez, como número 1 del mundo y siendo la actual campeona de Roland Garros, US Open, el Master Championships y los Juegos Olímpicos.

Justine se despidió y lo hizo porque se siente fatigada. Dicho así no suena demasiado convincente, pero es que hay que saber qué hay detrás de una número 1 del mundo. Son muchas horas de entrenamiento, mucho sacrificio, muchas metas que se van cumpliendo y con ellas, una motivación que va muriendo. Detrás de esa pequeña rubia, hay muchas presiones, muchas... de los sponsors, de la WTA, de los fans y de ella misma que siente que no puede perder porque los números y la realidad dicen que es la mejor del mundo, y la mejor del mundo siempre tiene que ganar.

Todo esto en el día a día de una persona como cualquier otra, con sus virtudes y sus debilidades, llega a convertirse en una carga demasiado pesada de llevar. Y bastante la sostuvo Justine Henin, que lleva 117 semanas consecutivas como número 1 del mundo, y las que le quedan, porque aún lo seguirá siendo mientras el resto de las jugadoras no sumen todos los puntos necesarios para alcanzarla.

Así que espero que desde mi propia experiencia les haya podido ayudar a todos ustedes a entender porqué una chica joven, fuerte y experimentada decide despedirse del tenis en lo más alto de su carrera.

Por eso Justine, te quiero decir: ¡Felicitaciones! Y suerte en esta nueva etapa. Una etapa que comenzó anoche, cuando te fuiste a la cama siendo una ex-tenista. Una noche en la que seguramente soñaste con tantos recuerdos lindos que te ha dejado el tenis. Sueños que fueron realidad...

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