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Se va uno de los grandes

BEVERLY HILLS, California, EE.UU. -- Mike Piazza anunció el martes su retiro del béisbol después de una carrera de 16 años en la que se convirtió en uno de los mejores bateadores en la posición de catcher en la historia de Grandes Ligas.

Piazza

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"Después de hablar sobre mis alternativas con mi esposa, mi familia y mi representante, me di cuenta que es hora de comenzar un nuevo capítulo en mi vida", dijo Piazza en un comunicado divulgado por su representante, Dan Lozano. "Ha sido una carrera increíble, así que hoy me alejo sin nada que lamentar".

"Sabía que este día llegaría y en los dos últimos años comencé a prepararme. Di todo lo que tenía y dejé todo en el terreno".

Piazza, de 39 años, se convirtió en agente libre después de la temporada pasada y no fichó con ningún equipo. El receptor no estuvo disponible para hablar sobre su decisión, según Josh Goldberg, un vocero de Lozano.

Piazza fue seleccionado por los Dodgers de Los Angeles en la ronda 62 del draft de 1988, y luego fue elegido a 12 juegos de estrella. Desde 1993, fue 10 veces consecutivas por la Liga Nacional.

El catcher se retiró con promedio de bateo de .308, 427 jonrones 1.335 remolcadas con los Dodgers (1992-98), Florida (1998), Mets de Nueva York (1998-05), San Diego (2006) y Oakland (2007).

Sus 396 jonrones son la mayor cantidad para un catcher, según el Elias Sports Bureau. Carlton Fisk es segundo con 351, seguido por Johnny Bench (327) y Yogi Berra (306).

Piazza le dio las gracias a su familia, equipos, dirigentes, compañeros e incluso miembros de la prensa.

"En los ocho años que pasé en Nueva York pude darle otra mirada al juego del béisbol", indicó. "Ya no era un muchacho sin experiencia, estaba aprendiendo de otros veteranos como Johnny Franco, que me enseñó a lidiar con la presión de jugar en Nueva York, y Al Leiter, quien sabía lo que había que hacer para ganar un campeonato".

Piazza no mencionó dos de los momentos más recordados en su carrera: cuando el pitcher de los Yanquis, Roger Clemens, lo golpeó en el casco con un lanzamiento el 8 de julio de 2000, y cuando Clemens le lanzó un pedazo de bate en el segundo partido de la Serie Mundial de ese año.

"Finalmente, pero ciertamente no menos importante, no puedo despedirme sin darle las gracias a los fanáticos", indicó. "No recuerdo ningún momento de mi carrera cuando no me haya sentido apoyado por todos ustedes".

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