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BRISTOL -- Lo que Guus Hiddink toca, lo convierte en oro. El holandés lo ha probado a lo largo de los años, no es obra de la casualidad. Rusia es el último ejemplo de su propuesta ofensiva y triunfadora, que demuestra que es posible combinar ambos factores. 
Hiddink ha marcado un antes y un después en la mayoría de los equipos en que ha estado. En 1998 con Holanda desplegó el mejor fútbol del Mundial de Francia, llegó hasta semifinales y perdió con Brasil. En 2002, ya sin Hiddink, Holanda ni siquiera clasificó a Corea-Japón; y en 2006 fueron eliminados en octavos de final.
Guus tomó a Corea para el 2002 y los llevó hasta semifinales, puso de cabeza a una nación entera. Los coreanos venían asistiendo a mundiales desde México '86 y siempre habían naufragado en la etapa de grupos. En 2006 llevó a Australia hasta octavos de final, también un logro insospechado para un equipo normalmente marginado de los Mundiales. Y ahora lo encontramos con Rusia, equipo que llevaba dos Mundiales y dos Eurocopas disputadas como nación independiente y que nunca había clasificado a la segunda etapa... Hasta que llegó Hiddink. Y no es nada más el resultado por si mismo, es la forma en que lo ha conseguido. La propuesta futbolística rusa ha sido de lo más refrescante. Superó en toda la línea a una Suecia más experimentada, con mejor plantel y con más estrellas. Ninguno de los once que iniciaron por Rusia juega en el extranjero, todos eran de la Liga Premier local: tres del CSKA de Moscú, tres de Zenit, dos de Dinamo de Moscú, uno de Lokomotiv, uno de Rubin Kazan y uno de Spartak Moscú. Plantel modesto y con hambre de triunfo. Joven, con gran fondo físico, capaz de jugar con gran dinámica y verticalidad. Su promedio de edad es de 26 años y 85 días, tres años inferior por ejemplo al promedio sueco. La forma en que vuelan los laterales por las bandas es sobresaliente. Aleksandr Anyukov de 25 años por el lado derecho y Yuri Zhirkov, de 24, por el izquierdo no sólo desbordaron, también pusieron los pases para los goles de Roman Pavlyuchenko y Andrei Arshavin contra Suecia. Sergei Semak, el capitán, es una verdadera barredora en el mediocampo. Es quien le da equilibrio al equipo. Roman Pavlyuchenko es un delantero con gran movilidad y presencia física. Y en la portería, por extraño que parezca, tienen al más joven del plantel titular. A Igor Akinfeev tal parece que no le han dicho que podría ponerse nervioso a sus 22 años en una competencia de esta importancia. Bien por Hiddink. Ojalá pudiéramos clonarlo. Es el técnico que todos quisieran tener. No sé ni siquiera si llegue a semifinales de esta Eurocopa, Holanda trae mucha pólvora, pero no importa. Una vez más con pocos recursos ha hecho mucho. Lo que toca lo convierte en oro.
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