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La belleza al alcance de todos

BUENOS AIRES -- Espléndida.
-¿Qué está leyendo?
-Dios mío, es espléndida.
-Por favor, no me tenga así, léame.
-¿Qué le lea qué?
-La espléndida página que está leyendo.
-Querido, en la historia de la literatura de los últimos quinientos años no existe una sola línea comparable con lo que estoy viendo.
-Con más razón, por favor, lea.
-¿Pero no entiende que no estoy leyendo nada?
-¿Ah no? ¿Y qué está haciendo? Tiene una revista abierta en las manos...
-Miro, simplemente miro. Y, naturalmente, sueño.
-Perfecto. ¿Y no es esa la pretendida finalidad de la literatura, hacernos soñar?
-¿Usted es estúpido o se hace?
-¿Por qué me dice eso?
-¿No se da cuenta que lo tengo en las manos es el último número de Playboy?
-Bueno, Playboy ha sabido publicar también a las mejores firmas de la literatura norteamericana. En un tiempo, al menos, pero supongo que lo siguen haciendo.
-Me tiene sin cuidado lo que haga Playboy con las mejores firmas de la literatura universal. Esto no tiene nada que ver con la literatura, ese tugurio infame donde rumian sus miserias los fracasados. Lo que estoy viendo es la victoria del pensamiento, la belleza en su máxima expresión. ¿Usted sabe cómo diferenciar lo que es bello de lo que no lo es?
-...
-Veo que no. Escuche a Valéry: "Bello es lo que nos pone nerviosos". ¿Escuchó?
-Sí.
-Y no tiene ganas de saber qué es lo que estoy viendo?
-Me muero de ganas.
-Vea.
-...
-...
-Dios mío.
-¿No es increíble?
-Es, sencillamente... algo espléndido.
-No quiero decir "se lo dije"... pero se lo dije.
-¿Quién es?
-Ashley Harkleroad.
-Ahá.
-No sabe quién es.
-No, pero la verdad es que no me muero por saberlo.
-¿Puede soltar la revista? Es mía.
-Sí, perdón.
-Ashley Harkleroad es una tenista norteamericana. Tiene 23 años y está ubicada en el número 72 del ranking, pero con ese físico nadie duda que en poco tiempo va a llegar al primer puesto.
-Se merecería algo mejor que un primer puesto, ¿no?

-Yo creo que sí. ¿Pero qué hay mejor que un primer puesto?
-No sé... todos los primeros puestos, me imagino.
-Mmm... el primer puesto de los primeros puestos... algo así como ser la reina de los primeros puestos, ¿no?
-Sí, algo así.
-Resulta que la chica está orgullosa de cuerpo...
-No es para menos...
-... y quiso mostrarlo. Se me ocurre que, como pasa a menudo, alguna vez lo dijo en voz baja, y usted sabe cómo corren los chimentos. Finalmente llegó a oídos de alguien de Playboy que a su vez fue con el cuento al jefe de redacción. Y probablemente el jefe de redacción llamó a Ashley y... lo que sigue es historia, o mejor dicho, papel impreso.
-Pero dígame la verdad: ¿no cree usted que actitudes como ésta ensucian al tenis, lo vulgarizan?
-Amigo, lo único que vulgariza a la vida es la fealdad. Si hay algo bello con vida, déjelo que viva.
-Lo que dice es tremendo: o sea que usted considera que la gente fea debería desaparecer de la faz de la Tierra.
-En absoluto.
-¡Ah!
-Pero creo que harían bien en mantenerse ocultos para que nadie los viera.
-Lo que acaba de decir es terrible.
-Mi amigo, lo terrible es que haya tan pocos ejemplares disponibles de bellezas como Ashley Harkleroad. Yo me creo merecedor de algo así.
-¿Usted? ¿Un viejo?
-¡Pero si solamente la doblo en edad!
-De todos modos, no es para usted.
-Ni que lo diga. Y para usted tampoco.
-Una pena.
-Pero al menos nos queda la revista.
-Deberían distribuirla gratuitamente. Tirarla desde los aviones, para que cayeran planeando sobre nuestras cabezas. ¿No es cierto?
-Usted lo ha dicho. La belleza debería estar al alcance de todos.
-Y no es así. ¿Me presta la revista para estudiarla?
-Amigo, pídame cualquier cosa, menos que le preste esta revista.
-¡Egoísta!
-La belleza debería estar al alcance de todos, pero no el dinero. Si la quiere, se la vendo.
-Si tuviera dinero, tendría a Ashley en persona.
-¿Qué trata de insinuar?
-Nada, nada.
-¿Usted no será de los que piensan que cualquier mujer que aparece en una revista desnuda es una prostituta, no?
-¿Cómo puede creer algo así?
-Me pareció.
-No.
-...
-...
-Ahora bien, como soñar no cuesta nada. ¿Cuánto se imagina que podría salir pasar una noche con Ashley Harkleroad?
-Ni idea.
-Cuente. ¿Cuánto tiene en los bolsillos?
-A ver, déjeme que mire...

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