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Phelps, Spitz y los parecidos

BUENOS AIRES -- Yo a este pibe lo conozco.
-¿Qué dice? Desde hace una semana lo conoce todo el mundo.
-No, pero yo lo conozco de antes. ¿No era el 10 de San Lorenzo?
-¿Me está cargando?
-No. Pero me resulta conocido.
-¿El 10 de San Lorenzo dijo? ¿No lo estará confundiendo con el Pipi Romagnoli?
-¡El Pipi Romagnoli! ¡Claro! ¿Se acuerda del golazo que le hizo al Atlético Nacional en la final de la Copa Sudamericana del 2002?
-Por favor, no empecemos con ese tipo de recuerdos que vamos a parecer colimbas. Sí, me acuerdo. Pero usted está confundiendo a Michael Phelps con el Pipi Romagnoli...
-Es que se parecen, ¿no?
-No sé. Yo a Phelps lo veo más parecido a Carlitos Tevez, qué quiere que le diga.
-¡Tiene razón! Es una mezcla del Midachi Dady Brieva y Carlitos Tevez.
-Sí, con algunos genes del cantante César Banana Pueyrredón.
-Ahí se fue al carajo.

-No sea necio. Yo no lo soy. Haga un cóctel entre Pipi Romagnoli, Tévez, Dady Brieva y Banana Pueyrredón y lo que obtiene es un Michael Phelps original.
-Pero Phelps es orejudo.
-Bueno, digamos entonces que las orejas en la única característica de Phelps que es absolutamente de Phelps.
-No es muy agraciado que digamos, ¿no?
-No sería agraciado si se dedicara al modelaje, pero es un deportista, un nadador profesional. No creo que su fealdad lo perjudique ni un poco.
-¿Sabe de quién tiene algo también?
-No.
-Ayer hablábamos de él.
-¿De Phelps?
-No, de este otro sujeto que se parece a Phelps.
-No sé de quién me habla.
-Piense...
-...
-...
-No sé.
-Djokovic.
-¿Me está cargando?
-No, le digo en serio.
-¿Estamos hablando de los hombres más feos de la Argentina y usted me sale con Novak Djokovic? Además Djokovic es serbio.
-Mentira.
-¿Cómo?
-Que no, que para mí no es serbio.
-¿Ah no? ¿Y qué es? ¿Argentino?
-Sí.
-¿Pero qué está diciendo?
-Piense.
-¿En qué quiere que piense? Djokovic es serbio y basta.
-¿Está seguro?
-Absolutamente.
-Yo pensaba que era argentino.
-¿Y por qué no piensa que Phelps es argentino?
-Porque Phelps no tendría ningún futuro con Sharapova.
-Ni con Leryn Franco...
-No le darían ni la hora.
-Ni los minutos le darían.
-Qué pena, es un lindo pibe.
-¿Y según usted eso basta para ser argentino?
-No, eso no basta. Pero me cuesta imaginarme a un serbio seduciendo a Sharapova.
-Y a Leryn Franco...
-Eso: y a Leryn Franco.
-Pero usted tiene una idea de la argentinidad un poco confusa.
-¿Por qué?
-Porque cuando piensa en Michael Phelps, que a su juicio no es alguien muy agraciado estéticamente, piensa en cuatro argentinos célebres que, además, son feos. Pero de pronto cree que Djokovic debería ser argentino, a pesar de que Djokovic es un tipo muy agraciado.
-Es que otra característica de la argentinidad es tener las ideas confusas.
-Ahí tiene razón.
-Y porque además los argentinos somos irresistibles.
-De eso no estoy tan seguro. Yo soy argentino y las mujeres nunca han dejado de ofrecerme resistencia.
-Pero usted no es deportista.
-Debe de ser por eso.
-Pobre Phelps, ni se imagina con quienes lo estamos comparando.
-Lo tendría sin cuidado. Está gozando de su fama inmerecida.
-¿Inmerecida? ¿Por qué?
-Porque es mucho más feo que Mark Spitz.
-La verdad. Yo no sé por qué los norteamericanos están tan contentos.
-Sí, es como esas marcas exitosas que un buen día, sin aviso previo, cambian de logo, ¿no?
-Sí, cambian un logo que les ha dado fama y prestigio por uno mucho más feo.
-Mark Spitz sí que era lindo.
-Para mí que era argentino.
-Ahora que fue relegado al olvido de los récords, yo le ofrecería la ciudadanía argentina.
-¿Y usted cree que la aceptaría?
-¿Por qué no? ¿Qué mejor para un deportista olvidado que pertenecer a un país condenado al olvido?
-Ya empiezo las tratativas.
-Vaya despacio: primero proponga que lo nombren ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires.
-Es verdad, un pucho, un vaso de agua y un diploma de ciudadano ilustre no se le niega a nadie.
-A nadie. Ni a Mark Spitz. Adelante, yo lo apoyo.
-¡Eh! Ayer apoyaba a Leryn Franco y hoy me apoya a mí.
-Y... los argentinos somos así.

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