ESPNdeportes.com 16y

Un deporte inconsciente

BUENOS AIRES -- Buenas noches a todos, aunque cuando lean esto seguramente ya sea de día. Mientras tanto, mientras el sol llega, les cuento que es la una de la madrugada y no puedo dormir recordando las lágrimas de Juan Curuchet y Walter Pérez, nuestros ciclistas del momento. Es conmovedora la historia de estos dos luchadores de las dos ruedas, de estos señores que -como único sponsor- tienen una fábrica italiana de bicicletas.

Detrás de toda hazaña deportiva (se llevaron una medalla dorada) se esconden muchas cosas, muchos secretos, muchas relaciones inconscientes con el mundo que nos rodea. Yo tengo la seguridad de que una victoria deportiva es el reflejo del sentimiento de toda una sociedad.

Con esto quiero decir que las hazañas van más allá de sus propios protagonistas o héroes y nos involucran a todos. Aunque parezca una mentira, un triunfo del ciclismo nos identifica como sociedad mucho más que varios Campeonatos Mundiales de fútbol.

Y la culpable de todo es la bici, que está con nosotros casi desde que nacemos.

Habría que preguntarle a un sociólogo cuando comenzó ese amor tan especial que los humanos tenemos por las bicicletas. O mejor dicho, ¿la importancia social de la bicicleta en cualquier época?

Como todos sabemos la bici es una excelente compañera, es el mejor medio de transporte y el elemento más popular de la Argentina y del mundo. No hubo infancia sin bicicletas y no habrá futuro sin bicicletas.

Cuando estuve en Alemania no podía creer que tantas personas anduvieran en bicicleta. Incluso las veredas tienen un sector para las bicicletas que a ciertas horas de la noche es mucho más agitado que cualquier calle. Es que, en la patria de la Volskwagen muchas personas no quieren tener autos y eligen las bicicletas.

Entonces, si las bicicletas son tan populares, le gustan a todo el mundo y están por encima de las preferencias a la hora de cambiarla por una pelota; ¿por qué la mayoría de la población no practica ciclismo?

Por una sencilla razón, andar en bici no es hacer ciclismo. No obstante, el ciclismo nace cuando nos cansamos de andar en bici por las calles de la ciudad.

Por eso mismo decía al principio que el triunfo de estos dos grandes ciclistas es de cierta forma, el triunfo de todo el mundo. O por lo menos de todos aquellos a los que nos encanta andar en bicicleta. Para ser sincero, supongo que no debe existir una sola persona en este país a la cual no le agrade dar una vuelta en bicicleta.

Por eso, el ciclismo es un deporte popular, un deporte casi practicado por todos. Un deporte inconsciente. Cuando nos subimos a una bici nadie dice vamos a hacer ciclismo, sino, voy a dar una vuelta en bici. No existe una cosa sin la otra.

Fijensé ustedes hasta donde llegara esta inconsciencia colectiva que el deportista de estoss Juegos, en vez de ser un ciclista como Juan Curuchet (que representa nuestra humanidad de toda la vida) es una persona que nada más rápido que las otras. Un producto norteamericano de lo que debe ser el éxito en el mundo. Un chico de 23 años que usa extraños trajes de baño fabricados por la NASA. Un nadador que es rico desde los 15 años y come no sé cuántas calorías diarias para después quemarlas en el agua y volverlas a comer.

¿Tiene algún sentido hacer eso? ¿Qué hay de valioso en el nadar más rápido que otro? ¿No es poco serio ganar ocho medallas de oro?

Lo peor que le puede pasar a un deportista es no perder nunca, ganar siempre por afano, llevarse todo el oro, como los españoles hicieron en América hace 500 años.

Pero lo más raro de Michael Phelps, es que no transmite nada, ni siquiera justamente cuando nada. Es agestual, no parece tener un espíritu de mármol, como dicen. Me parece un ciudadano norteamericano triste, preocupado por como va a continuar su vida. Un Simpson que encontró en las piletas la mejor manera de olvidarse del mundo. No hay cosa más triste que un deportista triste.

Además, con todo respeto, lo que se pueda hacer debajo del agua siempre es poco comparado a lo que se puede hacer en la tierra, subido a dos ruedas.

Por último, un hombre en bicicleta es un hombre feliz. Un niño en bicicleta, es un peligro que nos roba una sonrisa. La felicidad que nos da la bicicleta no la dará ningún otro objeto inventado por el hombre. ¡La industria automotriz es el gran problema de la vida moderna!

Es hermoso que un deportista de 43 años ande en bicicleta y gane una medalla dorada.

Por eso, mi amigo querido, mi deportista favorito, mi promotor de la alegría, son este dúo de señores, Juan Curuchet y Walter Pérez que, ante todas las calamidades del mundo se atreven a seguir luchándola en bicicleta.

^ Al Inicio ^