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Pionero del Caribe

Pionero hispano. Hiram Bithorn fue el primer puertorriqueño que militó en el béisbol de las Grandes Ligas.

Bithorn realizó la hazaña el 15 de abril de 1942 en el Sportsmans Park de San Luis, con el equipo visitante, los Cachorros de Chicago.

Bithorn fue pionero incluso antes que Jackie Robinson y Roberto Clemente, quien debutó en las Grandes Ligas el 17 de abril de 1955 en uniforme de los Piratas de Pittsburgh.

Robinson entró al Ebbets Field el 15 de abril de 1947, con lo cual rompió la barrera de color en el béisbol mayor.

Lo cierto es que una combinación de características personales y eventos históricos ayudaron a Robinson. Por su parte, Bithorn logró hacer el brinco al gran circo gracias al color de su piel, su nombre neutral y la incorporación de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.

La familia de Bithorn era de raíces española y holandesa. Por tanto, las facciones europeas del nativo de Santurce posibilitó su pasaje a las Mayores. Perucho Cepeda (el padre de Orlando Cepeda) y Pancho Coimbre se merecían más la invitación, pero la discriminación racial les prohibía su paso a las Grandes Ligas.

Cepeda bateó .377 en la temporada invernal de 1941-42 en Puerto Rico y enfrentó una cantidad sustancial de pitchers estelares de las ligas de color estadounidenses.

En el 1942, Coimbre bateó .438 en 137 turnos con los New York Cubans de las 'Negro Leagues'.

La entrada de EE.UU. a la guerra en diciembre de 1941 facilitó el acenso de Bithorn a las Mayores. En el 1942, 71 'big leaguers' abandonaron a sus equipos para unirse a las fuerzas armadas. En el 1943, el número de peloteros que se convirtieron en soldados ascendió a 219. El desplazamiento fue impactante: sólo habían 16 equipos en las Grandes Ligas.

Las circunstancias alrededor del debut de Bithorn no le quita lustre al logro. Bithorn se merece el reconocimiento de ser un pionero latino en las Mayores no sólo porque fue el primer puertorriqueño en jugar en las Grandes Ligas, sino también porque su actuación en el 1943 lo transformó en el segundo hispano en la historia en poner su nombre en las listas de líderes de una temporada.

Dolf Luque fue el primero cuando quedó empatado con siete otros lanzadores como líder en la Liga Nacional en blanqueadas (3) en el 1921. Luque terminó como líder otras veces: en el 1923 lideró el viejo circuito en efectividad (1.93), victorias (27-1) y blanqueadas (6); y en el 1925 en efectividad (2.63) y blanqueadas (4).

Sin embargo, pasaron dos décadas antes de que Bithorn siguiera los pasos de Luque y se convirtiera en el segundo latino en liderar un departamento. En el 1943, Bithorn terminó con la colección más extensa de blanqueadas en el viejo circuito (7). Dicho verano fue extraordinario para él, ya que terminó entre los mejores diez en la liga en victorias (18-4), efectividad (2.60), ponches (86), salidas (39) y juegos completos (19).

Las cifra de blanqueadas del boricua perduró como un récord entre los pitchers latinos por 18 años. Camilo Pascual lo superó en el 1961 cuando obtuvo ocho blanqueadas con Minnesota. Juan Marichal es ahora el dueño de la marca con 10 blanqueadas (1965).

Sin embargo, sólo cinco hispanos en la historia han logrado lanzar por lo menos siete blanqueadas en una temporada: Bithorn, Pascual, Marichal (dos veces: 10 en el 1965 y ocho en el 1969), Luis Tiant (dos veces: nueve en el 1968 y siete en el 1974) y Feranando Valenzuela (ocho en el 1981).

Bithorn tuvo que ingresar a las fuerzas armadas en el 1944 y no regresó a jugar pelota hasta el 1946. Su estadía en las Mayores fue corta. Ya para el 1947, a la edad de 31 años, éste pitcheó por última vez en las Grandes Ligas. El veterano de cuatro temporadas en las Mayores concluyó su carrera con marca de por vida de 34-31 y una efectividad de 3.16 en 105 salidas y 509 entradas de trabajo.

Bithorn murió cinco años después de retirarse cuando fue baleado el 1º de enero de 1952 por un policía bajo circunstancias que muchos catalogan como una violación a sus derechos civiles. La tragedia ocurrió en ciudad Victoria, localidad de Tamaulipas, México, cuando el pelotero estaba visitando a su hermana.

El pueblo puertorriqueño nombró el estadio principal de la isla caribeña en honor a Bithorn. La instalación deportiva fue inaugurada en 1962. El escenario es el único parque en el planeta que ha sido sede de desafíos de béisbol invernal, Series del Caribe, Grandes Ligas y el Clásico Mundial.

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