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Un héroe anónimo

CHICAGO -- El joven puertorriqueño Adrián Pérez introduce su mochila por un detector de metal para entrar a la Roberto Clemente High School. En su mente hay una constante: la posibilidad de ser testigo de los tiroteos callejeros (drive-by shootings) o quizás de una pelea entre pandillas enemigas en el pasillo del plantel académico. Entre el caos, Pérez busca mantener buenas calificaciones con el fin de seguir jugando lo que más le apasiona: el béisbol.

Bienvenido a las calles de la comunidad Humboldt Park en Chicago. Aquí, las drogas, la deserción escolar y las pandillas son problemas constantes. Aquí, el Coach Hall contrarresta el caos con el deporte de los diamantes.

En los últimos seis años, la Roberto Clemente H.S. se ha destacado por desarrollar varios de los mejores beisbolistas en el Estado de Illinois. Lo anterior fue gracias al apoyo de su entrenador Christopher Hall, quien implementó nuevos requisitos académicos a la vez que inyectó pasión por sobresalir en la vida.

"En mi equipo, el estudiante va a conocer la importancia de estudiar. Si no quiere estudiar, no va a jugar. Es algo que tienen que entender y cumplir en lo académico", dijo el Coach Hall.

Según éste, muchos estudiantes no entienden que el buen redimiendo académico es clave para formar parte de un equipo universitario. Hall, cazatalentos de los Bravos de Atlanta, dijo que el éxito de ex peloteros de la Roberto Clemente H.S. ha motivado a algunos jóvenes promesas a seguir sus consejos.

"No tengo palabras para agradecerle al Coach Hall", dijo Pérez. "No ha sido fácil, pero ya veo que es importante la disciplina para ser un profesional. En mi escuela, hay muchos peloteros que prefieren irse a las pandillas y ven el deporte como un juego".

Y es que en esta escuela, el deporte es mucho más. El deporte es una posibilidad de escape. Con eso en mente, al inicio de esta temporada, Hall llevó a sus pupilos a la Isla del Encanto para formar parte de un torneo y darles la oportunidad de explorar la cultura puertorriqueña en primera persona.

"La escuela tiene una reputación negativa. Nosotros tenemos que trabajar lo doble porque la gente nos ve como pandilleros y creen que, porque hay muchos problemas, nadie quiere estudiar. Pero nosotros tenemos talento y podemos llegar muy lejos. El viaje a Puerto Rico nos enseñó que hay otra cultura fuera de nuestra comunidad", explicó Pérez.

FALTA DE APOYO

Aunque el trabajo de Hall y varios padres ha sido importante en el desarrollo de los atletas, según el mencionado piloto, hay una falta de apoyo en la comunidad de Humboldt Park de parte de políticos, otros padres y comerciantes.

El regidor Manny Flores coincide con dicho planteamiento. Incluso éste destaca que las puertas de su oficina siempre están abiertas para ayudar a promover el deporte en su comunidad.

"Yo trabajo duro para ayudar a las escuelas en mi comunidad. Necesitamos que los padres se involucren. El deporte es algo que los jóvenes necesitan y estamos muy orgullosos del equipo de béisbol de Roberto Clemente", dijo Flores, de raíces mexicanas.

La presidenta del Concilio Escolar de la Roberto Clemente H.S., la puertorriqueña Judy Vázquez, no está de acuerdo con Flores. Asegura Vázquez que "sólo un político local ha demostrado su interés". Vázquez agrega que ayudó al equipo a recaudar fondos para su viaje a Puerto Rico; según ella, los comerciantes locales se negaron a donar recursos.

"Los dueños de negocios creen que los jóvenes vienen a robarles dinero. No entienden que nuestros jugadores necesitan el apoyo porque vienen de familias muy pobres. Para el viaje a Puerto Rico todos nos dijeron que sí, pero a la mera hora, un dueño nos donó un cheque de diez dólares. Fue humillante", sentenció.

Por su parte, Hall admite estar decepcionado con los medios locales que publican la violencia en su escuela en primera plana e ignoran los éxitos de los alumnos.

"Llamé a los reporteros deportivos del Sun-Times y el Tribune y todos me decían lo mismo: 'Tu viaje a Puerto Rico con el equipo no es reportaje'. Ah, pero las secciones de deportes de preparatoria (en los mencionados periódicos) están llenas de equipos de los suburbios y equipos con jugadores blancos. ¿Cómo que no es historia?'", dijo el coach.

LAS ESTRELLAS DE CHICAGO

El apoyo financiero para los jugadores escasea, lo cual no ha sido una muralla para algunos, ya que peloteros como Marvin Sánchez han recibido una beca para jugar campo corto con la Universidad de Northern Illinois. Según Sánchez, la disciplina que recibió en su casa y con el equipo de béisbol en la Roberto Clemente H.S. ha sido clave.

"Yo quiero ser un ejemplo para los nenes. Crecer en este barrio no es fácil porque hay drogas, pandillas y muchos amigos no tienen metas en la vida. Para mí no ha sido fácil en NIU porque soy el único latino y siempre estuve acostumbrado a jugar con latinos. No me preocupo, sé que voy a triunfar y a representar a mi familia y Humbolt Park", dijo Sánchez.

Además de los obstáculos sociales y académicos en su primer año en la universidad, Sánchez enfrentó uno de los retos más complicados en su vida: la matanza de NIU el 14 de febrero del 2008. El joven se negó a entrar en detalles sobre el trágico incidente, aunque comentó que el béisbol lo ayudó a sanar las heridas emocionales.

"Eso fue algo que pasó. Perdí a mis amigos y compañeros, pero tengo a mi familia y vamos a salir adelante. Lo importante es luchar y cumplir las metas", precisó.

Otro ex alumno de la Roberto Clemente H.S. es el pelotero Víctor Díaz, quien se encuentra en la sucursal AAA Tacoma Rainiers, de los Mariners de Seattle. En la preparatoria, Díaz fue nominado como uno de los mejores jugadores del Estado de Illinois en cuatro años seguidos.

El dominicano inició su carrera con los Mets de Nueva York el 11 de septiembre del 2004, donde demostró su potencial con el bate.

Ciertamente, el entrenador Hall no ha recibido el esperado apoyo de los líderes locales en Chicago. Empero, Hall asegura que continuará preparando a sus jugadores no sólo para convertirse en grandes peloteros, sino para que puedan caminar con la frente en alto.

Mientras, Pérez espera recibir una beca para jugar en una universidad División-I. Algún día, su sueño es llegar a las Grandes Ligas y decir con orgullo: "Yo jugué en la Roberto Clemente High School".