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Tiempo de despegue

Greg Oden

(Getty Images)

Greg Oden llegó en el 2007 a la NBA, pero no jugó por lesión. Ahora, apunta a ser Novato del Año

BUENOS AIRES -- En la temporada pasada, los Trail Blazers fueron una de las víctimas que se cobró el salvaje Oeste.

Con un récord de 41-41 se quedaron dos puestos por debajo de los clasificados a playoffs, pero pese a eso tuvieron una serie regular que dejó un saldo positivo, sobre todo teniendo en cuenta lo mal que había empezado.

La lesión por toda la temporada del pick número uno del 2007, Greg Oden, fue un baldazo de agua helada para Nate McMillan y los suyos. Tras la partida del ala-pivote Zach Randolph (hasta ese entonces una de las figuras de la franquicia) a los New York Knicks, el aporte de Oden debía ser el bálsamo necesario en el juego de postes.

Pero la microfractura en la rodilla obligó a pensar nuevos planes. Y pese a los lamentos iniciales, a las comparaciones entre la maldición de Oden y la de Sam Bowie (a quien Portland eligió con el pick No. 2 en el draft de 1984 justo antes de Michael Jordan, pero sus reiteradas lesiones lo limitaron a sólo 28 juegos en las siguientes cinco temporadas), Portland supo salir a flote.

La sangre joven y también el talento repartido, por sobre las individualidades, fueron los dos fundamentos que aprovechó McMillan para crear una identidad grupal.

Así llegó la sorprendente racha de 13 victorias consecutivas entre diciembre del 2007 y enero del 2008. Así creció la figura y el liderazgo de Brandon Roy, novato del año 2007, quien cerró la temporada con 19.1 puntos, 5.8 asistencias y 4.8 rebotes por juego. Y así aparecieron valores jóvenes de la talla de LaMarcus Aldridge, Channing Frye, Travis Outlaw y Martell Webster, quienes se combinaron con veteranos eficientes como Steve Blake y Joe Przybilla para despertar esperanza en Portland.

Es cierto que tuvieron altibajos, pero la capacidad de superación ante la adversidad trajo consigo datos alentadores. El trabajo en equipo más allá de los egoísmos individuales -¿Alguien acaso se acuerda del mundo Zach Randolph?-, la férrea defensa de zonas combinadas y de hombre que planteó el cuerpo técnico, y el juego de transición, producto de las piernas jóvenes del plantel de Oregon, fueron síntomas para ilusionarse.

¿Qué podemos esperar para la temporada entrante? Una versión mejorada de este esquema. Veamos los puntos de crecimiento de los Blazers.

LOS REFUERZOS

El regreso de Greg Oden
Tras un año fuera de las canchas, la gran promesa de los Blazers está en carrera. "Me siento perfecto, pero ya no estoy tan ansioso", dijo en la última práctica. Oden, que jugará su temporada de Novato, tiene muy buenos movimientos en los postes y un físico envidiable. Si puede desarrollar la intensidad de piernas para colaborar en los ataques rápidos, será una de las grandes figuras en esta Liga. No debe preocuparse tanto por su lesion de microfractura en la rodilla: Amare Stoudemire sufrió lo mismo y ahora está como nuevo.

La llegada de Rudy Fernández
Puede haber sorprendido a muchos lo de Rudy Fernández en la final de Beijing 2008 ante Estados Unidos, pero tengo una buena noticia para los Trail Blazers: Rudy siempre juega así. Es un jugador versátil, de mucha explosión de piernas, que lastima mucho con sus penetraciones y su tiro a distancia. También se destaca por su defensa. Es más que probable que comience la temporada siendo suplente, por lo que tendrá que adaptarse a un rol secundario en la rotación. Si mantiene los pies sobre la tierra en los primeros meses, terminará siendo una pieza clave de esta franquicia. Todo pasa por su paciencia.

Jerryd Bayless, el armador que necesitaban
Otro refuerzo que llega para ser suplente. Bayless será el recambio de Steve Blake en el traslado. Con sólo 20 años, se espera que tenga muchos minutos en la rotación. Es un base rápido, de buen control de balón y que disfruta colaborando en ofensiva, con penetraciones y tiros a distancia. Se espera que McMillan trabaje duro con él para que crezca en su rol de pasador, que en definitiva es lo que necesitan de él en Portland. Es muy joven y tiene mucho tiempo de desarrollo por delante

Ike Diogu hace el plantel aún más profundo
Diogu es uno de los jugadores 'olvidados' en el ambiente, pero llegó proveniente de Indiana junto con Jerryd Bayless, a cambio de Jarrett Jack y Brandon Rush. Es un ala-pivote interesante que está trabajando muy bien en los entrenamientos. En los Pacers, durante la temporada pasada, disputó 42 partidos y promedió 5.8 puntos y 3.3 rebotes por encuentro. Tendrá muchos jugadores por delante en su puesto, pero si aprovecha los minutos sobre el parquet puede convertirse en un hombre importante dentro de la rotación.

LA JUVENTUD, UN ARMA DE DOBLE FILO
El bajísimo promedio de edad de los Blazers es llamativo: 23.8. En principio, es un dato muy positivo para McMillan ya que le permite tener a disposición intensidad en defensa, velocidad en ataque y buenas piernas para llegar a los cierres de partido sin la soga al cuello.

Pero cuidado, que aquí empieza a jugar el factor experiencia. Ningún jugador de Portland supera los 30 años de edad, a excepción del centro Raef LaFrentz (32), quien es muy probable que se pierda toda la temporada por una lesión en el hombro. Suponiendo un escenario favorable para los Trail Blazers, batallarán por los últimos puestos de clasificación a la postemporada. En el Oeste, esa época de definiciones se hace bastante reñida por la diferencia pequeña entre partidos y hasta a los más veteranos les tiemblan las manos a la hora de lanzar. Por lo tanto, McMillan deberá encargarse de trabajar en el aspecto deportivo y en el psicológico con sus jugadores, algo parecido a lo que hizo Byron Scott con sus sorprendentes Hornets.

No tener un jugador veterano con experiencia en playoffs para transmitir su sabiduría a los jóvenes en el vestuario puede ser uno de los puntos en contra.

LA PROFUNDIDAD DE PLANTEL
En la temporada pasada, nueve jugadores superaron los 15 minutos de juego por encuentro, lo que supone una rotación importante en el conjunto de McMillan. Entre esos apellidos se encontraba Jarret Jack, quien dejó el equipo para incorporarse a los Pacers. Pero los restantes ocho -Brandon Roy, LaMarcus Aldridge, Steve Blake, Martell Webster, Travis Outlaw, Joel Przybilla, James Jones y Channing Frye- continúan en la franquicia de Oregon.

Si a estos jugadores se les suma a Greg Oden, Rudy Fernández, Jerryd Bayless, Ike Diogu y quizás Sergio Rodríguez, si da un salto en su rendimiento, queda en evidencia que es un plantel profundo con muchas variantes de juego.

Se espera que el quinteto inicial que utilice McMillan sea Blake, Roy, Webster, Aldridge y Oden. Ahora bien, es llamativo el quinteto "suplente" de los Blazers: Bayless, Fernández, Outlaw, Frye y Przybilla. En un choque frente a frente, el resultado sería cerrado.

Con esto se quiere decir que Portland tendrá mucha competencia interna por un lugar entre los cinco titulares. Todos las posiciones tienen un suplente de jerarquía en el banco, y esta situación bien entendida puede hacer crecer mucho al equipo. Todo tiene que ver con la resignación de los egos individuales en pos de un bien grupal. El año pasado dio sus frutos, veremos si en esta oportunidad pueden repetirlo.

LA HORA DE DAR EL SALTO
Para el comienzo de temporada, los Blazers podrían no contar con Channing Frye, quien decidió operarse para remover restos óseos en su tobillo izquierdo, mientras que, según los informes médicos, tendrán en plenitud de condiciones a Brandon Roy, quien pasó por el quirófano en agosto para someterse a una operación artroscópica de rodilla izquierda.

Más allá de las lesiones, la clave de Portland responde al rendimiento grupal, al desarrollo del espíritu de equipo que confeccionó McMillan en la temporada 2007/08. De más está decir que todo gran plantel siempre cuenta con grandes líderes: Brandon Roy y Greg Oden tendrán, pese a su juventud, la responsabilidad extra de ser los guías dentro de la cancha.

Los Blazers deben convencerse del talento disponible que poseen. La clave del éxito consiste en romper el molde y en desafiar el orden establecido, para poder colarse entre los candidatos sin respetar trayectoria, figuras ni análisis previos.

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