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¿Gregario o líder?

NUEVA YORK --
Esta pregunta quedó sin responder en la primera conferencia formal que Lance Armstrong dio en Nueva York tras el anunció que él mismo publicó en la página www.livestrong.com hace unos días. El hombre que se ha transformado en filántropo y vocero de millones de personas que sufren cáncer, confió veladamente que su estado de forma es una incógnita y que un octavo título del Tour de France es algo que puede no puede garantizar. Pero el tiempo está a su favor, porque a pesar de los compromisos que conllevará llevar de la mano dos importantes tareas en 2009 –la concientización internacional sobre el cáncer y la competencia de élite—hay un grupo logístico muy grande que le permitirá regresar al plan estudiado y científico que lo llevó a tener su cumbre de rendimiento en el mes de julio.

Lance tiene claro que su llegada al Astana herirá el reinado que hasta hace 15 meses tenía Alberto Contador en la escuadra de capital kazajo y licencia luxemburguesa, pero tampoco disculpa su presencia en las filas del equipo de su amigo Johan Bruyneel. Alberto ya ha escuchado algunas ofertas como para censar el mercado al que podría emigrar y los rumores insisten en que podría quedarse en una formación española. Pero Armstrong insiste en que hay espacio para todos, incluido Levi Leipheimer, quien a nuestro parecer es quien más perdería en este escenario.

Contador ya dijo que el próximo año lo único que quiere es correr el Tour de France, mientras que Lance correrá un calendario más nutrido que cualquiera que haya precedido a sus anteriores títulos de le grande boucle. Quizás la intención sea salir con una capitanía compartida y después permitirle la libertad al español para rematar la clasificación general, como los hiciera Sastre en este 2008.

Lance no descartó correr el Giro de Italia. A la altura de su sexto Tour, el ciclista texano tuvo una guerra verbal con Gilberto Simoni quien lo desafió a correr el Giro, pero entonces no aceptó. Luego sus lazos con el doctor Michelle Ferrari también lo llevaron a ser demandado por difamación por Filippo Simeoni, por haberlo calificado de mentiroso. En aquel 2003, Lance aseguraba que no le interesaba correr en Italia y que no tenía amigos en ese país. Bueno, ahora dijo que ésta es la oportunidad de tomar parte en una "carrera que me faltó y que cumple su centenario".

Lo cierto es que Lance se volverá un trotamundos en 2009 y la puerta no se la quiere cerrar por lo menos en dos años. Ejemplos como el de Viatcheslav Ekimov, quiera fuera compañero de Lance en el US Postal y Discovery Channel, y corrió hasta avanzados los 40, seguramente lo tienen motivado a mirar al futuro a mediano plazo. Pero no será hasta que lleguen los primeros resultados de su progreso en las cargas de trabajo físico y su visita al túnel de aire cuando él mismo sepa si será posible regresar tan competitivo como lo ha sido siempre.

El ciclista estadounidense Taylor Phinney, quien estuvo en la conferencia de prensa como la primera flamante adquisición de un nuevo equipo Trek sub 23 organizado por Armstrong, comentó en la inocencia de sus 18 años que "él quizás no lo va a hacer público o lo quiere decir en este momento, pero es un hecho que Lance tiene toda la intención de ganar un octavo título del Tour. Yo quiero ver que eso suceda". Luego de demostrar mutua admiración, Lance le demuestra respeto al padre y al hijo simultáneamente: Axel Merckx será el director deportivo de este equipo. Una forma de pagarle lo que la prensa le negó tanto tiempo al belga, hijo del caníbal y refugiado en tierras canadienses.

Tenemos que regresar a la pregunta original, ¿querrá Lance convertirse en gregario de llegarse el caso o simplemente ser líder es la única perspectiva con la que regresa a competir? Esperamos que llegue con un criterio muy amplio, porque a estas alturas de su carrera --cuando ya conquistó parte de la historia del ciclismo— su imagen de campeón quedará completa si lleva a de la mano a otros cuyo momento de brillar es el presente, en donde un campeón también debe un sacrificio por el bien común.

Creemos que se vestiría más la gloria de su estela deportiva si conquista el Giro y contribuye a la defensa de la corona del Tour de Contador. También estamos pendientes de cuál sería la carrera latinoamericana que podría entrar en sus planes. Habiendo corrido con Raúl Alcalá y Víctor Hugo Peña podría pedírsele que volteara a su atención a la Vuelta a México o la Vuelta a Colombia, pero depende de cómo acomode su calendario de preparación para acoplar las fechas de éstas carreras, aunque la Vuelta a Chile o quizás la de Venezuela o el Táchira también puedan contemplarse.

El semblante del ciclista es de emociones agolpadas, pero no fija la vista nunca en los ojos del público que lo escucha. O será que solo le huye la mirada a los periodistas. Lo que es significativo es que se "siente" más humano que nunca, a la mitad de los escalones del orgullo con el que se despidió en 2005. Está en el filo de seguir siendo admirado o de desencantarse, más que con el aficionado, consigo mismo.