Dr. Jekyll y Mr. Hyde

Carlos Tévez lo tiene todo para triunfar, pero su juego, que a veces tiene destellos de magia, tiene otros aspectos que pueden frenar su evolución en el fútbol europeo. De momento, Sir Alex Ferguson le está sacando lo mejor al argentino, pero aquí marcamos lo mejor y lo peor de Carlos Tévez como jugador de fútbol.

LO MEJOR

Calidad
Incuestionable. Una velocidad endiablada, una habilidad superior para el "regate" y un remate seco y certero le han convertido en uno de los más destacados delanteros del momento en Europa.

Carácter
Así como aseguró que jamás se operará la cicatriz que tiene en el cuello y parte de la cara, para que la gente le vea más bonito, Tévez ha demostrado desde siempre una lealtad impenetrable a los suyos. Ese carácter incorruptible fue el que le llevó hasta el Manchester United a pesar de que, a última hora, Roman Abramovich y el Chelsea se quisieron entrometer en el fichaje y le ofrecieron mucho más dinero. "El Apache" conservó su palabra y firmó por los Red Devils. Otra muestra de ese carácter. Nada más llegó a Brasil, Tévez dijo en rueda de prensa: "Perdónenme, pero Maradona fue mucho mejor que Pelé".

Espíritu de superación
A pesar de ser el más pequeño, a Tévez jamás le ha fallado el pulso para reclamar un puesto entre los mejores delanteros del mundo. Sus números le avalan: En un año con el Manchester United, marcó 18 goles y 25 con el Corinthians de Brasil en 35 partidos. Además, sus entrenadores adoran la entrega y la presión que Carlitos ejerce sobre los defensas contrarias.

LO MALO

Carácter
Aunque igual puede ser un punto bueno, "El Apache" se ha tomado más de una vez la justicia por su mano, y eso le ha costado una que otra roja. Su juego al límite le convirtió en un jugador observado con lupa por la prensa inglesa en sus primeros partidos con el West Ham, pero parece que Sir Alex Ferguson ha sabido reconducir al jugador, quien ahora muestra un nivel de madurez excepcional.

Físico
Su corta estatura le permite contar con su centro de gravedad más cerca del suelo y tener un mejor control de sus extremidades y de su cadera. Esa "gambeta" tan codiciada en Latinoamérica es a veces en Inglaterra un hándicap. La final de la Champions League del año pasado fue el ejemplo de la forma en que el físico de Tévez puede jugarle una mala pasada. El argentino hizo un partido aceptable, pero acabó destacándose más por su lucha que por sus incursiones en el área contraria, donde John Terry y Ricardo Carvalho le ganaron el partido una vez sí y otra también.

El amor a la fiesta
En Corinthians sabían que a Carlos le gustaba mucho la samba y ciertas amistades no dudaron en sacarle a conocer las mejores discotecas de Sao Paulo. El jugador, que acabó siendo ídolo de la torcida, fue visto en más de un local de fiestas, y los directivos del club tuvieron que advertirle que debía controlar sus salidas nocturnas.