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Más que una cara bonita

BUENOS AIRES -- Su tremendo saque, su comodidad para jugar en superficies rápidas y el gran final de temporada que tuvo en este 2008 plantean a Feliciano López como una de las piezas fundamentales del equipo español de cara a esta final de Copa Davis. Este jugador zurdo nacido en Toledo hace 27 años será el segundo singlista español y jugará el viernes su duelo ante Juan Martín del Potro. Además es parte de una pareja estable en el dobles que se ha consolidado de la mano de sus victorias.

Había sido -cuando era bien joven- una de las máximas esperanzas del tenis ibérico. Nunca concretó del todo lo que se esperaba de él. Pero demostró que tiene potencia y que tiene talento. Si se ilumina, y juega en el nivel en que lo viene haciendo durante los últimos torneos, Feliciano puede ser la clave para complicar una serie que a priori se presenta adversa.

EN SU MEJOR MOMENTO
Este 2008 fue el mejor año de Feliciano en su carrera por su crecimiento tenístico. Desde los resultados, realmente sólo confirmó una regularidad demostrada en los últimos años: terminó entre los mejores 35 del mundo por quinta vez en las pasadas seis temporadas. Si bien no logró títulos (el único de su carrera lo ganó en Viena, en 2004), tuvo un gran torneo en Dubai, donde fue finalista tras vencer a tres top-ten (Berdych, Ferrer y Davydenko), alcanzó los cuartos de final de Wimbledon por segunda vez y terminó con un récord de 10-4 en la temporada de canchas rápidas indoor, tras alcanzar las semis de Basilea.

Su entrada en el circuito grande de la ATP había sido en 2002, cuando llegó a semifinales de Buenos Aires y a octavos de Wimbledon. En 2003 fue el zurdo mejor ranqueado del circuito al finalizar el año como número 28 del planeta. En esa temporada alcanzó también las semis de Stuttgart y Kitzbühel, además de hacer su debut en la Copa Davis.


En 2004 consiguió su único título, en Viena tras ganarle la final a un argentino: Guillermo Cañas. También se coronó por única vez en dobles, en Estocolmo, junto a su actual compañero de equipo, Fernando Verdasco. Y llegó a la final de Dubai, donde cayó con Federer. En 2005 llegó a la final de New Haven (perdió con Blake) y se convirtió en el primer español en alcanzar los cuartos de final de Wimbledon desde que lo hiciera Manuel Orantes en 1972.

En 2006 llegó a la final de Gstaad (le ganó Gasquet). Y en 2007 tuvo una excelente segunda mitad del año al llegar a semis de Stuttgart, octavos del US Open y cuartos de Tokyo, Viena y Madrid consecutivamente.

Para todo eso ayudó su gran saque: en la temporada pasada logró 511 aces, a un promedio de 10 por encuentro, que lo ubicó séptimo en el circuito en ese rubro. Quizá pueda imponer toda su potencia en Mar del Plata, para poder imprimirle una sonrisa a su equipo y a su país.

EN LA DAVIS
Por su ductilidad y su estirpe de doblista, Feliciano debutó joven en la Davis. Fue nada menos que en la final de 2003, frente a Australia, junto con Corretja. Los españoles perdieron ese partido y la serie, y López tuvo que esperar cinco años para volver a esa instancia en el torneo.

Es que, en 2004, cuando España se quedó con el título, el zurdo quedó relegado tras un equipo de estrellas: Moyá, Ferrero, Nadal y Robredo. El fue parte de esa campaña: en primera ronda cerró la serie frente a República Checa, venciendo nada menos que a Tomas Berdych en el primer single del domingo.

Al año siguiente, fue protagonista de las dos series que jugó su país. En la primera, ante Eslovaquia, cayó en los dos singles (frente a Karol Beck y a Michal Mertinak). En la segunda -el repechaje para mantenerse en el Grupo Mundial- hizo pareja con Rafael Nadal para vencer a los italianos Bracciali y Galimberti. Al año siguiente, sólo jugó el dobles, esta vez con Verdasco, en la derrota frente a Bielorrusia.

A partir de allí, ya no saldría más del equipo. Jugó las siguientes cinco series de dobles junto con Verdasco: ganaron tres (Suiza, Alemania, Canadá) y perdieron dos, las dos veces contra Estados Unidos: primero ante los hermanos Bryan, después ante Bryan-Fish. Los únicos dos singles que jugó desde entonces fueron quintos puntos con la serie liquidada. Cayó en los dos: ante el estadounidense James Blake y ante el alemán Nicolas Kiefer.

Ahora quiere revertir esa mini racha. Quiere jugar algo importante. Jugarlo bien. Y ganarlo, para que gane su equipo.