Andrea Guerrero 15y

Nuestra Pulga

Andrea Guerrero se une
a ESPNdeportes.com

Con esta nota, Andrea Guerrero hace su debut como columnista de ESPNdeportes.com. Esta colombiana y cucuteña de 25 años comenzó a trabajar en el periodismo deportivo en 2005, cuando se vinculó a RCN Radio, en importantes emisoras como La FM, La Mega y Antena 2. Desde entonces forma parte del equipo que trasmite el fútbol profesional colombiano a traves de Futbolmanía RCN. Además, es presentadora de Noticias RCN y de Nuestra Tele Deportes 24H.

¡Bienvenida entonces Andrea Guerrero a ESPNdeportes.com!

Parece que, en lo que hace a fútbol, el año 1987 sólo proporcionó talento... y es un talento que viene pequeño y al que sólo lo engrandece la cancha.

Lionel Messi y Carlos Darwin Quintero pertenecen a esa clase, y digo esto sabiendo que la comparación entre dos diminutos que se vuelven gigantes con el balón puede sonar arriesgada.

Sin embargo, a pesar de que los separan las 49 estrellas en su país, los seis títulos internacionales (además de las dos UEFA Champions League) del Barcelona, contra ninguno del Deportivo Pereira, tienen tanto en común, que al pensar en la similitud más grande basta con imaginarse a una afición orgullosa de una gambeta con categoría.

1 metro con 67 centímetros de Messi y dos menos de Carlos Darwin son motivos suficientes para notar la diferencia. En principio, una contradicción a la "talla" que para algunos produce la fuerza, la misma que revela el poderío de un genio del área. Pero después de conocer en el mundo el talento de La Pulga y en Colombia la habilidad de Darwin, nuestra propia pulga, se puede comprobar que desde hace mucho tiempo, no podemos iniciar un duelo entre la potencia y la agilidad. Al contrario, el desafío debe ser encontrarlos en nuestro equipo.

Desde hace tres años, el pequeño de Tumaco cautivó a una afición que aclama a los ídolos y al buen fútbol de los años 90. Y desde ese momento, Darwin se quedó en los planes de cualquier equipo. Regresó cuando más se necesitaban: él al fútbol colombiano y el fútbol colombiano a él.

Hoy, desde Pereira es enaltecido por sus amagues y su velocidad: al pequeño Darwin le temen las gigantes defensas, esas a las que sólo atraviesa la magia del desequilibrio. Y no es difícil encontrar las raíces de su regate, ni la combinación que hace efectivas sus travesuras. El delantero cuenta con el sabor y el ritmo del Pacífico, que se complementa con esos oportunos movimientos en el área. La misma que le indica la fórmula perfecta para regresarle la alegría a los matecañas y, por qué no, a toda Colombia.

Sus movimientos no son improvisados: nacieron con él, así como esa cintura endiablada que hace una apología a la Teoría de la Evolución. Sí, esas características especiales que lo hacen diferente y que muestran que la técnica no siempre evoluciona al jugador. Uno como Darwin, puede revolucionar los principios y las aptitudes de un futbolista.

El no es Charles, es Carlos Darwin Quintero, y no sólo heredó el apellido del ingenioso británico: en la cancha comprobó que es un científico con el balón.

Por eso, Darwin Quintero es el nombre más mencionado por la afición de los colombianos. Al diminuto todos quieren tenerlo, el hace parte del equipo ideal, al que el corazón esperanzado de un hincha le apuesta su más grande tesoro, el amor por su equipo del alma.

Esta vez el turno le tocó al Pereira, al que le ayudó a salir del peligroso descenso. Esta vez, Darwin cumplió; no sabemos hasta dónde llegarán las gambetas a sus 21 años, lo único cierto, es que en Colombia esperamos que él, el pequeño gigante de la selección, sea nuestro Messi... as, y nos salve de esa falta de gol para llegar a Sudáfrica.

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