EFE 15y

Lo pasado, pisado

MELBOURNE -- La australiana de origen serbio Jelena Dokic levantó de nuevo de sus asientos a los casi 15.000 espectadores de la Rod Laver Arena, al completar uno de los regresos más ansiados en el Abierto de Australia y vencer a la rusa Alixa Kleybanova por 7-5, 5-7 y 8-6.

Ya en cuartos de final, Jelena se ha convertido en un símbolo para el país, que el lunes celebra su fiesta nacional, el Día de Australia. Además, es la única representante de esta nacionalidad que queda viva en los dos cuadros individuales.

Invitada especial de la organización, Dokic figura esta semana en el puesto 187 del mundo, pero en agosto del 2002 llegó a ser la cuarta del planeta, tras alcanzar las semifinales de Wimbledon. Pertenece a una familia de emigrantes serbios que en 1994 decidió asentarse en Australia.

UN PASADO CONFLICTIVO

El turbulento pasado de su padre, Damir Dokic, un hombre de carácter agresivo que veía confabulaciones contra la jugadora, sus problemas de peso y las constantes desavenencias con la Federación Australiana le hicieron descender rápidamente en las listas, y casi estaba olvidada hasta que la organización del torneo le concedió una invitación especial para esta edición.

Damir Dokic siempre creyó que todo el mundo conspiraba contra su familia y en especial contra su hija. Hace tres años, cuando Jelena salió ilesa de un leve accidente de tráfico ocurrido en Zagreb mientras viajaba con su novio, Tim Bikic, culpó a éste de todo.

Además, Damir agregó que Bikic robaba dinero y chantajeaba a su hija y temía que su niña fuese "arrestada en algún aeropuerto con narcóticos que otra persona pusiese en su bolsa".

Damir no tuvo reparo alguno en expresar que "los australianos, los croatas y el Vaticano habían lavado el cerebro" a su hija, que deseaba "lanzar una bomba nuclear en Sydney" y que contemplaba "matar a algún australiano" para desahogarse.

Jelena ha confesado incluso que mucho del dinero que ganó en su mejor etapa acabó siendo dilapidado por su padre, pero que lo daba por perdido con tal de ganar su independencia y evadirse así de un acoso brutal.

DE REGRESO ENTRE LAS CIEN

Este domingo, gracias a su victoria, Dokic no sólo se colocó por primera vez en unos cuartos de un grande desde Roland Garros en 2002, sino que además se aseguró entrar de nuevo entre las cien primeras del mundo.

El partido, además de emoción a raudales en las gradas, con el público volcado y gritando "Aussie, Aussie", tuvo su incertidumbre, pues Dokic se torció el tobillo izquierdo en el duodécimo juego del tercer set. Pese a todo resistió el dolor y logró acabar el encuentro.

Su próxima rival será la rusa Dinara Safina, dos del mundo, que salvó dos bolas de partido ante la francesa Alize Cornet y ganó luego por 6-2, 2-6 y 7-5.

Para toda una nación, Jelena Dokic es el último suspiro. El público adora su imagen y su carácter infantil, a pesar de que tiene ya 25 años.

De su bolsa de raquetas cuelgan cinco pequeños animalitos de peluche, que su entrenador, Borna Bikic, hermano de su novio, le ha ido regalando.

La pasión con la que los Bikic viven sus partidos ha conmovido al público. La pareja lleva ya cinco años y medio conviviendo y quieren olvidar el pasado y que la carrera de Jelena se reinicie.

De momento ha sido convocada para el equipo australiano de la Copa Federación que competirá del 4 al 7 de febrero en Perth.

Ya ha ganado a dos jugadoras situadas entre las 20 primeras, la rusa Anna Chakvetadze, 17 favorita, la danesa Caroline Wozniacki (11), y ahora a Kleybanova.

Le espera lo más difícil, sobreponerse a las emociones e intentar batir a Safina.

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