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El debate cristiano

LONDRES -- Corrían 20 minutos del primer tiempo en el Emirates Stadium y ya no había partido. Manchester Utd. había literalmente barrido cualquier táctica, idea o intento de los chicos de Arsene. Jóvenes y talentosos pero inexpertos, los "Wenger boys"sufrieron el poderío del campeón: Una máquina de fútbol que aplasta todo lo que se el interponga en el camino.

En fin, ahí estábamos nosotros, detrás de la portería de Almunia. El lugar donde se habían producido los hechos (los dos goles). Julio y Yo. Ambos periodistas y amigos. Julio es brasileño y admirador del fútbol y la imagen que proyecta Ronaldo. Yo podría decirse que me contaba entre los que le miraban con algún dejo de duda. Me explico. Dos penales errados en momentos importantes en la pasada Champions League (semifinal contra Barcelona y la final), un culto del estrellato y el individualismo, basta con ver como celebra sus goles o algunas frases como esta: "deberían darme el primer, el segundo y el tercer premio del FIFA World player". Es decir: el tipo me caía gordo.

Pero ahí lo veo. En los primeros minutos del partido. Cargar con el equipo, poner la quinta velocidad. Desquiciar a su marcador, centrar y bang. Uno a cero de Park. Cristiano se agrandaba. Una vez más corre hacia el Balón, lanzado y cuando corre parece flotar. Hay que pararlo con falta pero es peor. Su pose (con sus pies como dos agujas de reloj y el balón en el medio) ya le mete el miedo en el cuerpo a Almunia.
Disparo colocado y potente. Se acabó. Cristiano ya hizo su trabajo. Ahora jueguen ustedes (parece decir), si pueden. Los gunners están destrozados. Todavía queda mucho partido. Tiempo suficiente para un taconazo excepcional del portugués y un contraataque de manual, cercano a la perfección que Ronaldo completa con frialdad.

Está bien, ya es suficiente. Me convenció. Es un pedazo de jugador. Es único. Tiene magia, versatilidad y recursos interminables pero sigue siendo un poco... agrandado.

SEGUNDO ACTO
Termina el partido y cerca de cien periodistas lo esperan. Julio lo ha entrevistado un par de veces. Al pasar le grita, "Cristiano para Brasil", El lo mira y le dice "ve para la zona mixta".

Llegamos y el espectáculo es caótico. Ronaldo responde a la requisitoria detrás de una pared de cámaras y periodistas. Es imposible penetrarla. Sin muchas esperanzas nos paramos a esperarlo al final de una larga fila. Julio me mira confiado "seguro que para a hablar con nosotros, es súper majo" yo no le creo.

El tiempo pasa y Ronaldo sigue contestando en otro sector. Al final parece comenzar a caminar para irse. Una camioneta estaciona cerca del final de la zona de prensa. "¡¡Ahí pasa!!" "Cristiano" grita Julio. Y el portugués detiene su marcha, se gira y viene hacia nosotros. Contesta a las preguntas de Julio y también a las mías. Al irse Julio me mira y dibuja una sonrisa. "Creo que he ganado el debate", me dice.