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Diario de un sueño

NOTA DEL EDITOR: A partir del mes de junio, Sebastián Contursi cuenta paso a paso su preparación para convertirse en boxeador profesional a los 38 años de edad.

Viernes 4 de septiembre

Sebastián Contursi y Charly Rodríguez

ESPNdeportes.com

Sebastián Contursi (izquierda), desafía las lesiones en su Camino al Ring

¿Cómo están?

Por segunda vez desde que comenzara a prepararme, a principios de abril pasado, tuvimos que interrumpir el entrenamiento y es por ello que nuestro contacto, a través del blog, sufrió cierta demora con respecto a su periodicidad habitual.

En realidad, no fue nada grave, pero aparentemente, un mal movimiento o un golpe hizo que resurgiera un dolor en las costillas del lado izquierdo, por lo cual tuvimos que parar unos cuantos días.
Veníamos entrenando en forma normal con Charly Rodríguez, con guanteos no demasiado intensos y toda la rutina de siempre.

Los progresos, aunque muy de a poco, son evidentes, y el cansancio va desapareciendo, lo cual realmente me entusiasma.

La dieta sigue dando sus resultados, ya que mi peso de balanza ya se ha estabilizado definitivamente cerca de los 88-90 kilogramos / 194-198 libras. Esto es muy positivo, teniendo en cuenta que ese será el peso de competencia.
Francamente, creo que se han producido ciertas mejoras en mi técnica y mis desplazamientos sobre el ring aunque, lógicamente, todavía estamos lejos de lo deseado. Pero los avances son siempre un incentivo, recuerden.

Sin embargo, como les contaba más arriba no todo ha sido color de rosas. Porque después de una de las sesiones de entrenamiento comencé a sentir un dolor más o menos intenso en las costillas. En realidad, nunca supe qué lo generó, pues no sentí nada en el momento, quizás porque mientras el cuerpo está en caliente las molestias no suelen manifestarse.

Pero una o dos horas más tarde, al enfriarme, sentí una especie de puntada en la zona, que me molestaba bastante al moverme. Más o menos la misma molestia que vengo arrastrando desde hace unos meses, pero que en su momento los médicos me dijeron que era sólo un golpe, por lo que no me preocupé demasiado.
Lo cierto es que me aconsejaron descansar unos días, por lo menos en lo que hace a trabajo fuerte en el gimnasio. Así que seguí con los trabajos aeróbicos. Ahora ya estoy mucho mejor, así que retomamos donde dejamos.
La semana próxima iremos subiendo la intensidad de las sesiones, hasta llegar nuevamente a los guanteos. Veremos qué pasa.

Por ahora, eso es todo. Han sido, en resumen, dos semanas tranquilas y el descanso, en definitiva, siempre viene bien. Pero la planificación que tenemos muestra que ya no hay más tiempo para descansos, por lo que hay que juntar todas las fuerzas necesarias para lo que viene.

RESPUESTAS VARIAS

Durante estos días han sido muchos, como siempre, los mensajes que han llegado, los cuales agradezco mucho. Aquí van algunos agradecimientos y respuestas.

Muchas gracias por el apoyo a Naty, de Córdoba, Paul Gutiérrez, de Culiacán, México (lo que más me cuesta del entrenamiento es conseguir velocidad, mental y física), George de Nueva York, Isaak de Aguascalientes, México, Aaron González, de Ensenada, México, Marvin Elías de la Torre, de Mexicali (la idea es pelear en peso Crucero), Pedro Salinas de Maracay, Venezuela (mi consejo es que sigas adelante, si realmente es que quieres boxear. Allí, en Turmero, muy cerquita de Maracay, hay muy buenos entrenadores, como el profesor Elías Castillo o Rafael Liendo), y Víctor de Cartagena, España.

A Silvio Rotela, de La Plata, Argentina: en los próximos me pondré en contacto contigo, para ver si podemos estar presentes en tu evento.

A Héctor Sosa, de Monterrey, México: Coincido con tu consejo, acerca de que realice algunas peleas de preparación. La idea es hacer algunas.

A Nazul Ake, de Mérida, México: Efectivamente, me realizo controles médicos. Realicé estudios muy completos antes de comenzar con la preparación. Y periódicamente visito al médico si que hay algún inconveniente. Dentro de algunas semanas volveré a hacerme varios estudios, como para comprobar que todo esté bien. La idea es pelear en peso crucero y te diría que mi estilo es más bien agresivo, pero sin muchas luces, je.

A Oscar, de Tijuana, México: Coincido contigo en que no tengo la técnica necesaria para una pelea profesional, pero todo pasa por saber a qué nivel intentas apuntar. En mi caso ya sabes cuál es mi objetivo. Obviamente, no apunto a ser campeón mundial, así que la meta es hacer una pelea competitiva ante un rival de mi nivel, sin poner en riesgo la salud.

A Héctor Navarro, de Guadalajara, México: Los hules para sudar ayudan a bajar de peso, pero no hay que abusar de ellos. En realidad, lo ideal sería prescindir de ellos. Pero, como sabes, muchas veces los boxeadores tienen que luchar desesperadamente para dar el peso. Pero la idea es no usarlos demasiado. Todo pasa por la nutrición y el entrenamiento. Buena pregunta la tuya: una cosa no puede hacerse seriamente sin la otra. Ambas tienen la misma importancia.

En mi caso, y en el de muchos grandes boxeadores que he seguido de cerca, la dieta es alta en proteínas de buena calidad (claras de huevo, pechugas de pollo, pescado) combinadas con algunos carbohidratos (arroz, pastas integrales sin salsas) y algunas carnes rojas magras.

Miércoles 19 de agosto

Hola a todos.

Quedó atrás una nueva semana de trabajo, en la cual seguimos sumando experiencia sobre el ring, al menos en lo que hace a detalles técnicos.

Me refiero a cómo conseguir la distancia apropiada, seguir perfeccionando la calidad de los golpes y, también, concentrarse en los aspectos defensivos.

Por supuesto, hemos combinado estos trabajos técnicos con algunos guanteos con mi entrenador, Charly Rodríguez, en los cuales debo admitir que los resultados son dispares. Algunos días las cosas salen naturalmente. Pero, otros, las cosas no son tan sencillas.

Al final, uno terminar por avalar completamente aquella simple pero sabia frase que dijo el entrenador argentino Carlos Bianchi, cuando le consultaron acerca de los secretos que tenía guardados para que su equipo, Boca Juniors, ganara una final.

Bianchi se limitó a responder: "Depende de cómo nos levantemos ese día".

Por otra parte, cada día que pasa estoy más convencido de que el boxeo es uno de los deportes más complejos que existen, algo que generalmente pasa desapercibido para muchos.

Pensar que para la mayoría el pugilismo es, simplemente, dos tipos que suben a un ring a cambiar golpes, como salvajes. ¡Vaya falacia!

De hecho, si los detractores del boxeo se tomaran el tiempo necesario para observar la diversidad de movimientos que hay que aprender y mecanizar, el grado de concentración que se requiere y la intensidad de la preparación física seguramente reconsiderarían su posición ideológica.

Claro, en realidad ellos juzgan en base a frías estadísticas, que sólo muestran una cara de la moneda: los accidentes, que como se ha demostrado mil y una veces son muchos menos en el pugilismo si se lo compara con otros deportes.

Pero, bueno, eso es harina de otro costal. Lo cierto es que, como sospechaba desde un principio, es aprender a boxear cuando uno ya es grande es una quimera imposible. Lógicamente, se puede incorporar muchos conocimientos y hasta llegar a lograr moverse decentemente sobre un cuadrilátero. Pero de allí a boxear seriamente, eso puede conseguirse únicamente si el aprendizaje se realiza desde pequeño.
De todos modos, sigo adelante con mi experiencia.

Eso sí, los dolores en las costillas del lado izquierdo reaparecieron en los últimos días. Es algo que arrastro desde hace por lo menos dos meses y que, como algunos recordarán, fue provocado por un golpe en un guanteo, durante la concentración que hicimos en Córdoba, en mayo pasado.
En realidad, la zona me duele por momentos, sobre todo cuando recibo algún golpe. Pero nada que los desinflamatorios no logren contrarrestar.

En cuanto a la preparación física, seguimos concentrados en fortificar el cuello, para lo cual hacemos varios ejercicios diferentes. Algunos, con pesas. Y otros, utilizando el peso propio del cuerpo. En este último caso, me han recomendado un ejercicio muy usado por los luchadores y practicantes del jiu-jitsu, que consiste en enrollar el cuello, apoyando la cabeza sobre una colchoneta, sin ayuda de las manos.

Al principio uno tiene la sensación de que se va a partir la columna vertebral. Pero no es para tanto. Después de unos días se pierde el miedo y comienza a sentirse en trabajo en esa zona del cuerpo.

Esta semana son muchos los mensajes que me han llegado, por lo cual quiero agradecerles a todos.

A Silvio Rotela: Muchas gracias por el apoyo. Dame más detalles acerca de lo que estás organizando en tu gimnasio y con gusto asistiré.

A Andrei, del DF, México: Mis boxeadores favoritos en la actualidad son Floyd Mayweather Jr., Manny Pacquiao y Jorge Linares. Pero siempre he admirado a tipos como Roy Jones Jr., Félix Trinidad, Roberto Durán, Marvin Hagler. Sugar Ray Robinson y Rocky Marciano.

En cuanto a tu pregunta sobre si he pensado en algún momento en tirar la toalla, la respuesta es no. Admito que he tenido pasajes de mucha frustración, que inclusive me hicieron dudar sobre mi capacidad. Pero al final siempre prevaleció el entusiasmo por llegar a la meta.

Muchísimas gracias por las palabras de aliento y los consejos a Jonathan (de Añasco, Puerto Rico), Javier Fernández Ramírez (de Veracruz, México), Miguel Adan Guana (La Coruña, España), Ramón Robles Zavala (de Saltillo, Coahuila, México) y Julián D. (de Bucaramanga, Colombia).

Luis, de San José, Costa Rica, no está de acuerdo con mi experiencia, ni con que la misma sea presentada en ESPN. Respetamos su postura.

A Enrique, de Alcalá de Henares, Madrid: Muchas gracias por tus palabras y felicitaciones por mantenerte activo en el boxeo después de haber cumplido los 40. En cuanto a Sergio Maravilla Martínez, coincido en que es un verdadero talento y que, tarde o temprano, lo demostrará en una pelea de las grandes.

A Hernán, de Hermosillo, México: ¡La verdad es que con una sola pelea ya tengo como para entretenerme varios años! Seriamente hablando, agradezco mucho tu apoyo, pero pensar en hacer una carrera en el boxeo a mi edad sería una locura, que por otra parte nunca pasó por mi mente.

A Ángelo De la Rosa, de Santo Domingo, República Dominicana: ¡Si gano la pelea te aseguro que celebraré en grande! Pero eso será todo, no más combates. En cuanto a lo que opina mi familia, no estoy casado y no tengo hijos, pero puedo decirte que mi mamá apoya mi idea.

A Andrés Cuellar, de Bogotá, Colombia: En cuanto a los videos y las fotos del entrenamiento, tu consulta no puede ser más oportuna, ya que a partir de esta semana podrás ver ese material en nuestro sitio. La idea es seguir la preparación semana a semana, como hacemos desde este blog, pero en imágenes.


Martes 11 de agosto

Sebastián Contursi y Charly Rodríguez

ESPNdeportes.com

Sebastián Contursi (izquierda), agregó intensidad y potencia a sus golpes

Hola a todos.

Esta semana teníamos en mente comenzar con los guanteos en serio, pero decidimos postergarlo y seguir con la escuela de combate y el trabajo en las manoplas.

Creo que hicimos un buen trabajo, dándole mayor intensidad, agregando nuevas combinaciones e intentando mecanizar los movimientos.

En definitiva, lo que hicimos fue sumar horas de trabajo, buscando el perfeccionamiento. Sobre todo en lo que refiere a la potencia de los golpes. La idea es afianzar correctamente las piernas, repartiendo el peso adecuadamente para tener equilibrio y rotar la cintura, para que la mano llegué con mayor velocidad.

Al principio, uno tiende a sacar los golpes únicamente utilizando el brazo, lo cual difícilmente provoque el efecto demasiado, a menos que se tenga la potencia natural de George Foreman, por ejemplo, cuyas manos son muy pesadas de por sí.

Quienes no tenemos esa condición natural debemos emplear todos los recursos posibles en la búsqueda de la potencia. Por eso, es fundamental la rotación de la cintura y del hombro en el momento de lanzar el golpe.
Se trata de un movimiento veloz y preciso, que combina varias partes del cuerpo al mismo tiempo. De lo contrario, el golpe no hará daño.

A estos efectos, he estado mirando mucho boxeo en las últimas semanas. Lo curioso es que después de tantos años, ahora veo los combates desde una perspectiva muy diferente. Comienzo a entender mucho mejor algunos aspectos técnicos que uno cree saber en la teoría. Por otro lado, trato de copiar ciertos movimientos de algunos boxeadores. Especialmente, me estuve fijando mucho en la forma de acortar las distancias, algo que parece fácil, pero no lo es tanto.

Conseguir la distancia adecuada es fundamental para poder ejecutar los golpes en forma eficaz. No obstante, no es algo tan sencillo.

En mi caso, por ejemplo, tengo una tendencia a acortar rápidamente la distancia. Me voy encima del rival demasiado rápidamente, por lo cual termino quitándole recorrido a los golpes. Entonces, lo que buscamos con Charly es trabajar en la media y larga distancia, para luego sí, entrar en la zona de fuego por sorpresa, en el momento adecuado.

Mientras tanto, sigo entrenando con pesas y haciendo carreras y piques en la mañana.

Por momentos la verdad es que me siento agotado. Pero Charly dice que esto es normal, ya que en este punto de la planificación las cargas de trabajo alcanzan picos máximos, para luego decrecer a medida que se acerca el momento de pelear.

Esta semana quiero agradecer los mensajes de apoyo de Raúl de Saint Paul, Minnesota (la idea es pelear en peso crucero), Francisco A. Hernández de Bronx, EE.UU. (todavía no hay rival definido), Hernán de Hermosillo, México, Randolf Lanz de Valencia, Venezuela (sólo quiero hacer una pelea profesional), Roberto Tapia de Shafter, EE.UU. (obviamente, a mi edad todo se hace cuesta arriba, pero estamos trabajando fuerte para poder aguantar cuatro asaltos en las mejores condiciones. Obviamente, me tengo fe) y Ramón Robles de Saltillo, México.

Quienes no están de acuerdo con lo que estoy haciendo son Sten, de Santiago, España y Jesús Mijares, de Caracas, Venezuela, quienes me lo han hecho saber.

Sten sostiene que lo que hago no favorece al boxeo. En primer lugar, no creo que lo que hago tenga impacto alguno en el boxeo, lo cual por otra parte no es mi intención. Este emprendimiento lo hago por mí mismo, como ya he dicho. Puede salir bien o mal, pero el mundo del pugilismo seguirá siendo exactamente el mismo.

Jesús Mijares también piensa que debería desistir de mi idea y quedarme haciendo periodismo, únicamente. Jesús, respeto tu opinión, pero creo que con lo que hago no afecto a nadie.


Martes 4 de agosto

Damián Ruso y Sebastián Contursi

ESPNdeportes.com

Sebastián Contursi (derecha), está más confiado es sus sesiones de boxeo con Damián Ruso

Hola a todos.

En el blog anterior les contaba que, pese a seguir notando progresos, se estaban haciendo frecuentes mis frustraciones cuando las cosas arriba del ring no salían como esperaba. Muchos de ustedes me dieron aliento, aconsejándome no detenerme en los aspectos negativos. Por otra parte, como siempre me dice Charly Rodríguez, "tienes que disfrutar esto, por algo lo estás haciendo".

Así que les hice caso y me tragué el mal humor, para darle paso al esfuerzo. Después de todo, cuando comencé esta preparación, hace cuatro meses, sabía que no sería un camino de rosas, justamente.
Así es que terminé la semana mucho más entusiasmado. Un poco debido a esta mentalización y otro poco por los resultados obtenidos, sobre todo en el trabajo dentro del cuadrilátero.

Por ejemplo, en los guanteos con el propio Charly, en los que, me dicen, lo hice mucho mejor. Sobre todo, en lo que hace al criterio para desplazarme y para elegir los golpes que lanzar.

Eso sí, no pude evitar terminar siempre con un tremendo dolor en los brazos, que por momentos parecía que se me iban a caer. Pero, bueno, como ya les he contado, este tipo de entrenamientos intensos siempre conllevan numerosas molestias físicas, magullones, moretones, etc.

Por otra parte, en una de las sesiones de escuela de combate con Damián Russo, Charly me veía dubitativo para entrar en la zona de fuego, algo de lo que yo mismo me daba cuenta. Evidentemente, por instinto uno siempre experimenta cierto temor a cometer errores que casi siempre se pagaban recibiendo un golpe. Entonces, uno tiende a volverse demasiado cauteloso.

Charly me llamó aparte y me dijo "andá y recibí un par de golpes en el rostro. Tenés que acostumbrarte a eso".
Lo hice, entonces. Y mis golpes comenzaron a entrar con muchas más facilidad.
Obviamente, la idea no es dejarse pegar, ni mucho menos. Pero, al cabo, cuando uno comienza a vencer el lógico temor a ser golpeado, recién allí es cuando se está listo para hacer la parte propia.

En cuanto a mi rendimiento físico, todavía algunas veces me ahogo un poco, por lo cual Charly me aconseja respirar de otra forma a lo que lo vengo haciendo. La idea es exhalar aire junto con cada golpe lanzado para mantener mejor oxigenado el cuerpo.

También seguimos trabajando con las guanteletas, con las que se busca perfeccionar y mecanizar ciertas combinaciones. Eso sí, como me dijo me amigo Gilbertito, "no esperes poder hacer en un guanteo todo lo que haces en las manoplas, porque, entonces sí, te vas a frustrar".

Lo cierto es que a partir de esta semana comienzan para mí los guanteos en serio, por lo que la cosa irá tomando otro color, mucho más próximo a la realidad de una pelea.

Otro dato importante es que me realicé un estudio médico muy completo del corazón. Hicimos un electrocardiograma y una prueba de esfuerzo, los cuales por fortuna arrojaron resultados excelentes. "Tu corazón está perfecto", dijo el cardiólogo.
De todos modos, en estos días seguiré con otros exámenes médicos para seguir corroborando que todo está en orden.

Esta semana quiero agradecer los mensajes de apoyo de "Welter Champ" (del DF de México), de Ramón Robles (Saltillo, México), de Patricio Pozo (Quito Ecuador), de Ángelo (Santo Domingo, Rep. Dominicana), de Manuel (Antofagasta, Chile) y de Cristian (Mercedes, Argentina). A todos, muchas gracias y sigan adelante cada uno con sus propios sueños.


Miércoles 29 de julio

Hola a todos. Un gusto reencontrarme con ustedes, una vez más.

Terminamos con la semana 17 de entrenamiento y todo marcha sobre ruedas.
La rutina de trabajo siguió su curso como hasta ahora, entrenando en doble turno casi todos los días, con lo cual se va mejorando el rendimiento.

En esta semana trabajé casi exclusivamente haciendo guanteos con el propio Charly Rodríguez, que obviamente no se empleaba a fondo conmigo, claro está. Pero estas sesiones me han servido realmente mucho. Para mejorar técnicamente, para tomar confianza y para trabajar la resistencia.

Los primeros dos días fueron muy frustrantes, porque me daba la sensación de que nunca podría conectarle un solo golpe.

Es justo reconocer que Charly es un boxeador con notables habilidades defensivas, lo cual no juega a mi favor, justamente. Pero, por otro lado, su velocidad y reflejos no hacen más que exigirme, para poder lograr mi propia rapidez y precisión.

Creo ir encontrándola, poco a poco, lo cual va estrictamente de la mano con la confianza que voy ganando, como decía antes. Más allá de que, lógicamente, hay que estar en un estado físico impecable para poder rendir apropiadamente, no descubro nada al comprobar que todo está en la cabeza.
Si uno confía en sí mismo y tiene la lucidez para poder ejecutar los movimientos, una buena parte de la batalla está ganada.

Por otro lado, Charly me dio una lección muy valiosa el sábado pasado. Resulta que el día anterior había sido mi cumpleaños, por lo cual esa noche salí a festejarlo con amigos y amigas. Terminé acostándome a las 8 de la mañana, pero el problema es que tenía que entrenar cinco horas más tarde.

Obviamente, no me sentía en condiciones de hacerlo, por lo cual decidí contárselo a Charly, con la intención de pegarme el gran faltazo. Después de todo, sería la primera vez que faltaría a un entrenamiento y, además, estaba mi cumpleaños de por medio. Creí que era una buena excusa, je.

La explicación se la mandé a Charly vía mensaje de texto y me fui a dormir.

A las dos horas comencé a recibir varios mensajes de respuesta, en los que Charly me decía: "Feliz cumpleaños y bienvenido al boxeo. Pegate una ducha fría, tomate un café y vení a entrenar". O "se aproxima la pelea, no podemos perder tiempo".

La verdad es que, además de interrumpir mi sueño por el sonido del teléfono, me tocó el orgullo, así que me levanté de la cama y fui a entrenar.

Ese día hicimos otros cuatro rounds de guantes con Charly, que mientras me pegaba ganchos al cuerpo me repetía risueñamente: "¿así que te gusta salir?" Me reí bastante, pero aprendí la lección.

En cuanto a lo técnico, trabajamos en un movimiento específico, entre otras cosas. Resulta que cuando me lanzan un golpe, sobre todo los rectos, tengo la tendencia a intentar esquivarlo moviéndome hacia mi derecha. Pero lo hago de una forma en que no sólo neutralizo el ataque del rival, sino también el mío propio, por la forma en la que queda mi cuerpo.

Entonces, Charly quiere que aproveche ese movimiento reflejo para convertirlo en un contraataque. La idea es acompañar el esquive con una izquierda para recibir al rival e inmediatamente dar un pasito hacia la derecha, para volver con un golpe de derecha. Poco a poco, va saliendo.

Las pesas también están haciendo su efecto, aunque eso implica que hay que comenzar a cuidar el peso corporal. Recordemos que, justamente, el plan era rebajar todo lo que se pudiera, reduciendo el porcentaje graso y, a la vez, aumentando la masa muscular. Por ende, después de haber tocado los 85 kilogramos ó 187.4 libras, ahora ya estoy rondando los 88,500 kg. ó 195 lbs., cuando el límite de la categoría crucero es 90,700 kg. ó 200 lbs.

Esta semana quiero agradecer los mensajes de Albin de República Dominicana (pelearé en peso crucero y todavía no hay rival ni fecha exacta), Silvio de La Plata, Argentina (¡muchas gracias por el apoyo!), Antonio Briones González de Celaya, México (la aplicación del láser tuvo un costo aproximado de 210 dólares y las puede hacer cualquier persona, ya que no tienen potenciales efectos colaterales, sólo debes buscar un buen profesional) y Max López de Oaxaca, México (realmente, la muerte de Nazareth fue un golpe duro para el boxeo y, efectivamente, nos hace comprender los grandes riesgos que existen al subirse a un cuadrilátero y, por ende, uno reflexiona mucho al respecto. Pero estamos determinados a correr los riesgos, intentando minimizarlos de todas las formas posibles).


Martes 21 de julio

Sebastián Contursi

ESPNdeportes.com

Sebastián Contursi se ha dado cuenta que el camino no es fácil mientras se acerca a la meta

Hola a todos. Al momento de escribir este nuevo blog acabamos de finalizar la semana número 16 de esta preparación. Estos tres meses y medio que llevamos trabajando ya me parecen una eternidad. ¡Y eso que recién estamos a menos de la mitad de camino!

Pero los resultados son contundentes. Me refiero al cambio en mi físico y, también, al progreso boxístico. Pero, claro, todavía falta muchísimo para llegar a los objetivos trazados.

Obviamente, estoy muy contento con lo hecho hasta el momento, aunque debo confesar que la semana que acaba de terminar fue realmente muy dura, una de las más exigentes desde que comencé.

Esto también supuso cierta frustración. Por el agotamiento físico y mental, por los dolores en el cuerpo (a los que no queda otro remedio que acostumbrarse y seguir para adelante) pero, por sobre todo, porque en una de las sesiones de guanteo hice todo mal.

Sí, como lo oyen. No se imaginan lo enojado que estaba conmigo mismo. Estaba totalmente bloqueado. No podía entender por qué lo que me salía tan bien en el trabajo de manoplas o escuela de combate no podía volcarlo en el guanteo.

Obviamente, son cosas muy diferentes. Pero, no sé, el asunto es que cometí errores tan elementales que me dieron ganas de dedicarme a otra cosa. Además, claro, a nadie le gusta que lo golpeen. Especialmente, con tanta facilidad.

Lanzaba el jab e indefectiblemente me tragaba la derecha boleada de Damián, por ejemplo. Una y otra vez. Es realmente frustrante saber lo que se tiene que hacer y que no se pueda ejecutar. Un poco por falta de técnica (en eso está Charly, corrigiéndome errores, permanentemente) y otro poco porque todavía me siento lento.
Sé que ambos aspectos son mejorables, pero ese día me fui con mucha bronca del gimnasio.

Pero, bueno, como soy un gran cabeza dura, prometo redoblar esfuerzos.

En los días que siguieron nos dedicamos básicamente a tratar de conseguir velocidad y explosión en los golpes y en las reacciones, tanto ofensivas como defensivas.
Por otra parte, en las manoplas trabajamos con nuevas combinaciones.

En cuanto a mi resistencia aeróbica, evidentemente se van viendo los resultados de haber dejado de fumar. Y en cuanto al peso, me he venido manteniendo aproximadamente en los 86-87 kilogramos.
Seguimos trabajando a la mañana con las pesas, con lo cual completo las 11 sesiones de entrenamiento a la semana.

Por estas horas me siento muy cansado y, realmente, cuando miro hacia adelante y veo todo lo que aún falta, confieso que me resulta un tanto apabullante. Pero, como me dice Charly, tengo que pensar como boxeador desde aquí hasta la pelea. Y eso implica aguantar, resistir, lo que venga. Incluyendo los golpes y los dolores y la saturación mental. No es fácil, claro. Ahora comienzo a entender mucho mejor los padecimientos por los que atraviesa un boxeador antes de un combate. Y, realmente, los admiro más que nunca.

Obviamente, en procesos como éste siempre se generan dudas. No me refiero tanto al resultado de una pelea, sino a la forma en que saldrán las cosas ese día, a si seré lo suficientemente fuerte como para llegar en la mejor condición física y mental, por ejemplo.

Pero tengo un compromiso. Conmigo mismo y con todos ustedes. Así que prometo templar el alma y, como me aconsejó mi amigo Bruno: "debo volver con gloria o sobre mi escudo".

Esta semana quiero agradecerles a Fernando "Nando" Bravo de Panamá (sigue adelante con tu meta. Te soy sincero, no te voy a mentir, quizás sea un poco tarde para pensar en hacer una carrera como profesional, pero la vida es para los que se atreven, así que dale para adelante y le mandas mis saludos a Pelenchín!), a Pablo Rodríguez de San José de Costa Rica (¡muchas gracias por tus palabras) y a Obdulio Flores de Guatemala (¡muchas gracias por tu invalorable apoyo!).


Martes 14 de julio

Charly Rodríguez y Sebastián Contursi

ESPNdeportes.com

Sebastián Contursi (der.), ya tiene nuevo entrenador y equipo en Buenos Aires

Como siempre, un gusto reencontrarme con ustedes. Y, por cierto, con muchas novedades.
Veamos. En primer lugar, tenía que encontrar un nuevo entrenador lo antes posible, considerando los tiempos. Entonces, el lunes pasado llamé por teléfono a Charlie Rodríguez y nos pusimos de acuerdo tan rápido, que ese mismo día por la tarde ya estábamos entrenando en su gimnasio del club Defensores de Olivos.

Conocido por todos como Charlie, Carlos Humberto Rodríguez González nació hace 38 años en Costa Rica, pero ya es un argentino más desde que se radicó aquí en 1994.

Al punto, por ejemplo, que fue dos veces campeón argentino amateur e integró el seleccionado nacional. Es todavía, en realidad, un peleador activo (categoría crucero, récord de 10 ganadas y dos perdidas), pero paralelamente da clases de boxeo.

Siempre hemos coincidido respecto de nuestra visión sobre el boxeo moderno, así que no me sorprendió comprobar en la práctica que es un tipo con condiciones para ser entrenador cuando cuelgue los guantes definitivamente.
Lo primero que Charlie me dijo fue contundente: "el aprendizaje tiene que ser lo más realista posible, así que poca teoría y mucho trabajo adentro del ring, haciendo guanteos y escuela de combate".

La idea me pareció inteligente ya que mi caso no es el de un chico que está comenzando y tiene todo el tiempo del mundo para aprender, por ejemplo, a caminar el ring y lanzar los golpes con admirable pulcritud, siguiendo lo que dictan los manuales.

Así las cosas, en lo que ha sido la última semana me la he pasado adentro del cuadrilátero, intentando acercarme lo más real posible a lo que, seguramente, pueda ocurrir en una pelea.

A MOVER LA CADERA

Una de las principales cosas que Charlie intenta corregirme es los movimientos de cintura. Es que la cadera es, efectivamente, una parte del cuerpo vital para el boxeador. Si se logra rotar la cintura con soltura y firmeza, se consiguen resultados asombrosos, tanto para esquivar los golpes del rival, como para darle la trayectoria y la potencia necesaria a los propios.

En eso nos hemos enfocado especialmente en los últimos días. Además, claro, de otros tantos detalles técnicos.
Si bien hasta ahora no hemos hecho guanteos fuertes, este tipo de ejercicios son esenciales para ir tomando confianza y distancia y para mejorar los reflejos.

Por ahora he trabajado con tres chicos (Diego, Cristian y Damián) que saben hacer bien las cosas.
Otra novedad importante es la incorporación definitiva a nuestro equipo del profesor Diego Pujol, conocido por todos simplemente como Padilla, por su parecido a un famoso fisico-culturista estadounidense de las décadas de los 70's y 80's llamado Danny Padilla.

Padilla me ha estado supervisando las rutinas y la dieta en los últimos meses, pero ahora estará trabajando directamente conmigo.

También se agrega el inefable Federico Costantino, alias el Gordo Loco, quien se hará cargo de toda la parte logística de los entrenamientos, equipamientos, suplementación, etc.

Por último, con mucho orgullo les cuento que hace exactamente una semana que no toco un cigarrillo.

El martes pasado fui, finalmente, a que me hicieran las aplicaciones de láser. Fueron dos sesiones muy cortas, realmente. Y el efecto que logra esto es, en definitiva, disminuir casi por completo el deseo de fumar. Por supuesto, debe existir una voluntad de hierro por parte del fumador, porque en varios pasajes del día aparecen las ganas de dar aunque sea un par de pitadas, sobre todo después de las comidas (los que son fumadores sabrán entenderme).
Pero lo cierto es que me siento mucho mejor sin el cigarrillo y estoy seguro que los resultados serán aún mejores en las próximas semanas.

Esta semana quiero agradecer los mensajes enviados por Miguel Ángel Valenzuela, de Culiacán,
a Randolph, de San de Puerto Rico (no era yo a quien le escribiste acerca de De la Hoya vs. Trinidad. La idea es pelear a cuatro rounds, como cualquier debutante, y por ahora es prematuro pretender saber quién será el rival), a Max López, de Oaxaca, México (¡sigue adelante dando madrazos con los guantes viejitos, que así es como se obtienen logros!) y a Orlando, de México (mi sueño es hacer una pelea profesional, eso es todo por ahora).


Martes 7 de julio

Marcos Maidana y Sebastián Contursi

Fabián Mauri para ESPNdeportes.com

Marcos Maidana (izq.), sigue siendo una gran inspiración para Sebastián Contursi


Hola a todos. Desde hace unos días estamos de regreso en Buenos Aires, tras la extraordinaria experiencia vivida junto a Marcos Maidana en Las Vegas y Los Ángeles.

Como saben, el triunfo del Chino ante Víctor Ortiz fue espectacular, en una pelea memorable. Y haber sido su compañero de entrenamientos no sólo me llena de orgullo, sino que me da mucho entusiasmo para seguir adelante con lo mío.

De todos modos, tengo que confesar que estos últimos días me he tomado un descanso. Por un lado, porque cuando vuelve a casa después de estar tanto tiempo afuera, hay muchas cosas pendientes de las cuales encargarse. Pero, por el otro, algunos preparadores físicos me han aconsejado que para una semanita cada dos o tres meses le cae de maravilla al cuerpo.

Quizás me excedí un poco con lo que comí, debo admitirlo. No me pude resistir a algunos asados y postres, pero, bueno, ya a partir de este lunes retomaré entrenamientos y dieta con todo.

Otro asunto importante es mi compromiso de dejar definitivamente de fumar. Aunque no lo crean, desde que comenzó mi preparación, hace tres meses, he reducido la cantidad de cigarrillos diarios, pero esa no es la idea.
De hecho, le hice una promesa a la Virgen de Luján que dejaría de fumar tras el viaje a Estados Unidos y tengo que cumplir. De hecho, el Chino Maidana es el primero en recordarme que debo honrar mi compromiso.

Para ello, el próximo martes tengo cita con un médico que realiza aplicaciones de láser que, por lo que me han comentado algunos amigos, da excelentes resultados. Parece ser que el láser se aplica sobre el hipotálamo, que regula las necesidades fisiológicas vitales y que está directamente relacionado con las adicciones, según me han explicado.

Por otro lado, tengo que resolver quién será mi entrenador, ya que el venezolano Rafael Liendo al parecer no tiene pensado regresar a Argentina. La verdad es que es una situación complicada, pero tengo algunos candidatos en mente y tengo que tomar una decisión lo antes posible, ya que no puedo perder el tiempo.
Pero lo importante es que estoy con muchas ganas. Así que la próxima semana espero poder contarles las novedades, pero ya desde adentro de un gimnasio de boxeo.

RESPUESTAS Y SALUDOS
Como cada semana, agradezco la muy buena onda y el apoyo que me dan todos ustedes.

En esta ocasión, quiero agradecer especialmente a Néstor Ruvalcaba Pereida, de Querétaro, a Enrique Guzmán, de San Juan de Puerto Rico, a Jesús Mario Castro, de Obregón, y a Nicolás Quezada, de Stanton, por sus palabras.

A Alejandro Pontigo, de Santiago de Chile: Muchas gracias por el apoyo. Mi dieta consiste, básicamente, en pechugas de pollo, pescado, arroz, ensaladas y claras de huevo. Agua y suplementos de proteína en suero. En cuanto al entrenamiento, correr en las mañanas, caso, punching ball, manoplas, saltar la cuerda, abdominales y saltos en las tardes y, algunos días, pesas en las noches.

A Walter Stewart, de Venezuela: Seguramente, pretender hacer una pelea a los 38 años es una idea extremista, si se quiere. Pero, justamente, eso es lo que hace al desafío mucho más importante. Nada es imposible en esta vida, si uno se mentaliza y se esfuerza en función del objetivo.


Viernes 26 de junio

Hola a todos. Hoy les escribo por primera vez desde Los Ángeles y por última vez en este viaje a Estados Unidos.
Pero vamos por partes. Llegamos aquí hace cuatro días, en un viaje en auto de unas cuatro horas, que compartimos con Maidana, el entrenador Miguel Díaz y el apoderado de Maidana, Mario Margossian.

La verdad es que, como suponía, el ritmo habitual de entrenamientos y comidas se alteró por completo para mí, teniendo en cuenta que existe una enorme diferencia entre estar en un apartamento y quedarse en un hotel.
Pero esto también es parte de la vida de un boxeador (lo cual, aunque resulte obvio, aclaro que no soy, aunque esté haciendo una experiencia relativa al boxeo).

Nos quedamos en un hotel ubicado frente al estadio Staples Center, donde el sábado Maidana enfrentará a Ortiz y donde, además, habitualmente juegan los Lakers.

Como sucede en los casos en los que el peleador llega sin problemas de peso y bien entrenado, Maidana sólo tuvo que moverse con el único objetivo de cumplir con la báscula. Como mi entrenamiento en este momento está ligado al suyo, lo que hice fue seguirle el ritmo a él, siempre con Miguel Díaz como entrenador.

Los primeros dos días corrimos en la cinta del pequeño gimnasio del hotel y eso fue todo.

Sin embargo, el viernes volvimos a un gimnasio de boxeo. Y no fue uno más, sino el Wild Card Gym, de Freddie Roach, considerado por muchos en la actualidad como el mejor entrenador del mundo.

Ubicado en el primer piso de una pequeña calle en el corazón de Hollywood, allí, por ejemplo, entrena el mejor de todos: Manny Pacquiao, lo cual no deja de ser inspirador, lógicamente. Pero, además, por allí desfilan muchos otros grandes boxeadores y una enorme cantidad de gente que practica boxeo recreativo. Entre ellos se encontraba, por ejemplo, el actor Mario López.

Recordemos que Roach entrenó alguna vez en este lugar a Mickey Rourke, una de mis fuentes de inspiración para emprender esta aventura, considerando que él hizo su primer combate profesional a los 39 años.

Los arreglos para ir al Wild Card Gym fueron hechos por otro personaje del boxeo que anda por Los Ángeles con motivo de la pelea de Maidana ante Ortiz: Gilberto Jesús Mendoza, vice-presidente de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

Gilberto es, también, un entusiasta practicante de este deporte y actualmente se prepara para realizar una exhibición benéfica nada menos que ante Oscar de la Hoya. Eso será el próximo 5 de septiembre en la arena Roberto Durán de Panamá, con motivo del Festival "KO a las Drogas".

Lo cierto es que hice unos cuatro rounds de manoplas con Dominic Pepper Roach, uno de los dos hermanos boxeadores de Freddie.

Fue una buena experiencia, diferente de lo que veníamos haciendo, aunque siempre bajo la mirada de Miguel Díaz.
Fue muy bueno, además, recibir algunos consejos del propio Roach, que se van sumando a todo lo que he venido aprendiendo en los últimos tiempos.

DESDE LA ESQUINA

Como saben, junto a Maidana he vivido durante los últimos dos meses todo el proceso de un pugilista que se prepara para disputar un título mundial, en una pelea de primer nivel. No se imaginan todo lo que uno aprende viviendo esa experiencia "desde adentro".

Pero en la última semana previa al combate comienza a sentirse realmente la adrenalina que rodea todo esto.
Desde asistir a una conferencia de prensa dirigida por Oscar de la Hoya (Golden Boy Promotions es la promotora de Maidana vs. Ortiz), pasando por los chequeos médicos, las visitas a la báscula cada vez más frecuentes, la lectura de los reglamentos, la elección de los guantes, la elección del tema musical que acompaña la salida del boxeador, la reunión de producción con la gente de HBO, todo es una pequeña parte de un gran evento. De todo se aprende y todo se disfruta.

El momento quizás más tensionante son las horas previas al pesaje oficial, que se realizó el viernes. Si bien Maidana se encontraba tranquilo, ese momento es el verdadero round cero de un combate.

Tras cuidar minuciosamente lo que comía el día anterior, Maidana se tuvo que sacarse algunos gramos de más en la mañana corriendo en la cinta. Mientras tanto, Ortiz hacía lo mismo en otro lugar.

Por fin llegó el momento, y entonces, cruzamos la calle (la Figueroa) y llegamos a la puerta del Staples Center, donde estaba todo preparado para subirse de una vez por todas a la balanza.

Maidana cumplió perfectamente con el peso (registró 140 libras, el límite de la categoría) y Ortiz tampoco tuvo problemas, así que todo quedaba listo para definir la cosa dentro del cuadrilátero.

Después del pesaje, el alivio que siente un boxeador es enorme. Primero, porque se saca de encima la presión de cumplir. Pero, además, porque después de casi dos meses, puede comer y beber a gusto.

Primero, un litro y medio de Pedialyte, que es un suero originalmente destinado a los bebés con diarrea, y que contiene sales y minerales ideales para rehidratar un cuerpo sediento y necesitado de alimentos, ya que en las últimas horas no ha ingerido lo suficiente.

Pero todavía quedaba algo más importante reservado para mí. El equipo de Maidana me invitó a compartir la esquina con ellos durante la pelea, lo cual es una experiencia nueva para mí. Poder observar, analizar y, en definitiva, vivir todo lo que ocurre en un combate de esta envergadura, desde las entrañas mismas de la cosa será fascinante. Y, por supuesto, lo compartiré con ustedes.

Así que, de esta forma, le puse fin a mi entrenamiento en los Estados Unidos, lo cual será una experiencia inolvidable para mí.

Antes de despedirme, agradezco una vez más los mensajes que vengo recibiendo. En esta ocasión, los de Miguel Ángel Valenzuela Flores, de Sinaloa (México) y Nicolás, de Buenos Aires (Argentina). Un abrazo para todos.


Domingo 21 de junio

Hola a todos. Aquí seguimos, en lo que son nuestros últimas horas en Las Vegas, ya que dentro de dos días partimos rumbo a Los Ángeles, donde Marcos Maidana enfrentará a Víctor Ortiz, el 27 de junio.
De este modo, ya llevamos 11 semanas de entrenamiento y siete fuera de casa, así que no imaginan las ganas que tenemos de regresar. Pero, claro, primero está el gran desafío del Chino Maidana, que quiere ser campeón mundial superligero AMB en el Staples Center.

Durante los últimos días aquí subió mucho la temperatura, lo cual de alguna forma complica un poco los entrenamientos. Pero al mal tiempo, buena cara.

Las carreras en la mañana, las sesiones de boxeo en la tarde y de pesas en la noche siguieron siendo la rutina diaria y la verdad es que los resultados comienzan a apreciarse, al menos en lo que respecta a la parte física.
Uno aprende bastante haciendo guanteletas. Especialmente, a lanzar los golpes con precisión y velocidad.

Seguimos enfocados en que los golpes sean algo así como latigazos. Precisos, veloces y secos. Allí radica su eficacia, como he venido diciendo. Pero para lograrlo hay que utilizar todo el cuerpo: desde los pies, pasando por la cintura, la rotación de los hombros y, finalmente, las manos.

La verdad es que cuando los entrenadores me lo demuestran, me doy cuenta de que aún estoy a años luz de poder lograr esa eficacia. Quizás nunca lo consiga, pero sigo intentando mejorar.

El recto de derecha (o de izquierda, para los zurdos), por ejemplo logra su mayor efecto dándole un pequeño giro a la mano en el momento del impacto. Pero, como casi todo en el boxeo, es mucho más fácil describir la técnica con palabras que ponerla en práctica.

De todos modos, lanzando unos 300 rectos por día supongo que alguna mejora obtendré, je.

También estuvimos trabajando la velocidad de los golpes y de los movimientos, fundamental en este deporte, claro. Por un lado, existe la rapidez física. Pero también existe la repentización mental, tan importante como la otra.

En realidad, ambas se trabajan con diferentes ejercicios, con el fin de conseguir la automatización de los movimientos, para lo cual debe existir un respaldo físico. Para lo primero, todo es mental. La idea es llegar al punto de pensar a extremada velocidad, para leer los movimientos del oponente y poder anticiparlo. Si se desarrolla el conocimiento de la técnica, la vista y cierta intuición, tendremos una buena parte de la batalla ganada, siempre y cuando contemos con la energía, la velocidad y la resistencia adecuadas.

Eso es lo que voy aprendiendo ahora en carne propia, lo cual, por cierto, habla de la complejidad de este deporte.
En cuanto al peso, me mantengo aproximadamente en los 87 kilos ó 191.8 libras, lo cual significa que sigo por el buen camino, considerando que al agregar sesiones con pesas aumenta la masa muscular y, por ende, el peso corporal. En otras palabras, en las próximas cuatro semanas es lógico que suba de peso, pero mi cuerpo se verá ópticamente mucho más delgado. Ese es el objetivo.

Como les decía al principio, ya nos preparamos para viajar en auto a Los Ángeles (a unas 4 horas de Las Vegas), donde estaremos en un hotel, así que hay que mentalizarse para el cambio de hábitos.

Aquí estábamos en un apartamento en el cual nos cocinábamos nosotros mismos, lo cual es muy diferente a tener que comer en restaurantes. Veremos con qué nos encontramos en California. Pero, de uno u otro modo, tendremos que adaptarnos a otro ritmo, ya que además de los entrenamientos habrá ruedas de prensa, pesaje, lecturas de reglamento, etc., debido a la pelea de Maidana.

Esto es todo por ahora. Hasta la próxima entrega, que será desde Los Ángeles.

RESPUESTAS VARIAS
Esta semana, quiero agradecer especialmente a Antonio Canto, Toto Tigre, Gustavo Ochoa y Max López por las lindas palabras de apoyo que me enviaron. De corazón, se los agradezco.

Gracias, también a Juanegomez07, José Díaz y Barni San.

A Fernando Gil y, de paso, le contesto también a Héctor Camacho (¡qué nombre te elegiste!): Corro en la mañana y en la tarde, en el gym de boxeo, se hacen todos los ejercicios habituales, o sea, rounds de varios sacos diferentes, de pera o punching ball, saltar la cuerda, saltar sobre un neumático, hacer guanteletas, guanteos de vez en cuando, ejercicios de desplazamiento sobre el ring, giros para los lados, abdominales, ejercicios para fortalecer el cuello, etc. Además, en la noche tengo sesiones de pesas. Pienso pelear en categoría crucero (90,700 kg. ó 200 libras).

A Daniel: Como sólo pienso hacer una pelea, obviamente esto nada tiene que ver con el dinero. Es una experiencia para mí fascinante y ojalá pueda reflejarla algún día en un libro. Sí, siempre existe el miedo a hacer el ridículo, lo admito. Pero el mundo es de los que se atreven, ¿no crees? Sigue adelante con tu carrera, que si te lo propones, seguramente te irá bien.

A Joselin Balboa: Cuida el lenguaje cuando quieras comunicarte, ¿o es que todavía no te has civilizado?
A Romina: Por ahora estoy libre, así que no tengo que rendir cuentas a novia o esposa, je. Pero mi familia me apoya en esta idea.

A Carlos: Estás en una excelente edad como para comenzar a pensar seriamente en la práctica del boxeo. Haz todo lo posible por ir a entrenarte a ese buen gimnasio del que me hablas, porque tener un muy buen entrenador que te pueda formar es fundamental a esta altura de tu vida. Es muy importante aprender correctamente la técnica. Pero tan importante como eso es la disciplina que debe tener un deportista con aspiraciones (comer sano, descansar adecuadamente y entrenar como un campeón). ¡Mucha suerte!


Martes 16 de junio
Hola amigos. Seguimos echándole ganas aquí en Las Vegas, donde completamos la décima semana de trabajo.
Les cuento que en estos últimos días nos enfocamos en los golpes rectos, jab y derecha, con el objetivo de lanzarlos con mayor potencia, pero siempre manteniendo el equilibrio.

Miguel Díaz y Richie Sandoval me recuerdan permanentemente que los golpes nacen en el talón del pie y terminan siendo lanzados con el acompañamiento de cintura y hombros, para lograr mayor contundencia. Pero, claro, la rotación de los hombros al momento de tirar el golpe puede llevar a producir una pérdida de balance. En otras palabras, a dejarnos mal parados y, por ende, expuestos a un contraataque.

Esto, en realidad, ya lo veníamos ensayando en Argentina, sobre todo haciendo "escuela de combate". Pero esta vez nos enfocamos en practicar en la bolsa o saco.

Más que nada, me corrigen la rotación del hombro y el giro que debe dar el talón de la pierna derecha cuando se lanza el recto de esa mano. A su vez, la mano debe apuntar a las partes del centro del cuerpo del rival (nariz o boca del estómago, por ejemplo) y evitar que el golpe salga hacia un lado, pues es allí donde se pierde el equilibrio.

También estuvimos practicando el cruzado de izquierda en combinación con el recto de derecha, una combinación que suele ser muy efectiva. Para esto, Sandoval me trabajó en las manoplas o mascotas, ejercicio que suele ser el favorito de muchos boxeadores. Realmente, es divertido hacerlo.

Poco a poco, vamos, también, intentando conseguir velocidad al saltar la cuerda. Parece una tontería, pero no lo es. Sobre todo, cuando observé los movimientos que realizaba un boxeador novicio que entrena aquí, que verdaderamente es un espectáculo aparte. Lástima que en el gimnasio las malas lenguas dicen que eso es lo único bueno que sabe hacer el hombre.

En cuanto a la concentración, ya llevamos seis semanas fuera de casa (cuatro en Córdoba y el resto aquí) y la verdad es que comienza a afectar mental y emocionalmente. Más que nada, uno extraña a su gente, familia y amigos (en mi caso, también a mis perros, Toro y Ringo) y sus hábitos. Pero también se produce una saturación mental por el hecho de cumplir una rutina enfocada exclusivamente en el entrenamiento.

Como saben, estamos en "la ciudad del pecado", como le llaman a Las Vegas por su vida nocturna y las innumerables opciones de entretenimiento que ofrece. Pero, paradójicamente, llevamos una vida de monjes tibetanos. Por un lado, porque así debe ser. Y, por el otro, porque aunque quisiéramos salir a divertirnos, cuando llega la noche sólo deseamos desplomarnos sobre la cama.

Obviamente, es una experiencia única, que me enriquece en función de mi meta y de adquirir conocimientos como amante del boxeo. Pero, bueno, algunos días se hacen interminables y no queda otro remedio que pensar que solamente faltan dos semanas para regresar.

Por eso, el domingo por la tarde fue un día especial, ya que disfrutamos de un muy buen asado argentino en la casa de Miguel Díaz, que demostró sus habilidades de barrillero. Recordemos que el domingo es el único día libre y que, además, se nos permite una comida a elección, también.

La pasamos muy bien con Miguel y su familia y, de paso, descansamos la mente y el cuerpo. Vienen muy bien estos días, para recuperarme de los varios dolores físicos que me aquejan, ya que los anti-inflamatorios no son suficiente remedio. Repasemos: el nudillo del dedo mayor izquierdo, el lado izquierdo de la parte posterior de la cintura, la muñeca de la mano derecha y, especialmente, una de las costillas del lado izquierdo, son molestias permanentes.

Pero, como dice el refrán, sin dolor no hay ganancia. Cuando Maidana me escucha quejarme, se ríe y dice "esto es para hombres". Cuanta razón tiene.

RESPUESTAS VARIAS
Como siempre, agradezco mucho todos los mensajes recibidos. Especialmente, aquellos que me ofrecen su apoyo y me dan mucho ánimo.

Y cuando me decidí a comenzar con esto del boxeo, sabía que muchas personas se burlarían o que, simplemente, estarían en contra porque sí. Son las reglas de juego y las acepto.

Como dije en mi primera nota, espero poder acallar a mis críticos, je. De hecho, les cuento que es interesante estar por primera vez del otro lado del mostrador. Es decir, estar en una posición en la cual los demás puedan opinar, como yo suelo hacerlo sobre los boxeadores.

Por cierto, uno de los amigos que me escribe, de nombre Alonso, me pregunta si de ahora en más seré menos duro con mis críticas a los boxeadores. La verdad es que no. Pienso que se puede ser estricto, pero lo más importante es ser justo.

Agradecimientos, respuestas y saludos para Miguel, Edwin LeGrand (¡atrévete, viejo!), Jesús Álvarez, Alex Camponovo (un placer volver a oír de ti. Me encantaría pelear en California, ¡pero en esas fechas no llego!), Omar De La Cruz, Misael, Miguel, Fabián, Moisés, Mario, José. Juan Emilio, Jorge Alberto Labrada, Esteban B, Chacho Cerdán, Luis (la meta es hacer una sola pelea), Silvio Rotela (me gusta tu historia de ex jugador de fútbol profesional y boxeador amateur, un abrazo), Bruno Encina y Miguel Ángel Valenzuela Flores (me encantó lo que escribiste, es muy inspirador), Federico (hago entre 150 y 200 abdominales por día, más o menos), Osbert Salazar (buen punto, en cierta forma este emprendimiento tiene relación con la crisis de los 40, que ya me está tocando, je), Yuri (obviamente, no está en mi mente perder, pero si eso ocurre, pues nada, la meta estará cumplida de todos modos, ¿no?).

A Luis Álvares: Mira, Luis, en mi caso me ha dado muy buenos resultados comer cada tres horas (algunas comidas son líquidas, por ejemplo, proteína en suero), siempre porciones pequeñas. Mucha proteína, pechugas de pollo, pescado, algunos carbohidratos (arroz, pastas integrales) cada dos o tres días, frutas. Tengo una comida libre por semana. La idea es perder toda la grasa posible e ir reemplazándola por masa muscular. Lógicamente, al principio se pierde peso muy rápido porque el cuerpo va eliminando la grasa y el líquido excesivos. Pero hay que tener mucho cuidado, porque bajar mucho de golpe puede debilitarte. Por eso, recomiendo que tu dieta sea supervisada por un médico y a un nutricionista especializado en deportes. ¡Mucha suerte!

A Jesús Mario Castro: la verdad es que a mi edad el ritmo de la preparación física es muy agotador. Por un lado, uno no puede dar ventajas y hay que ponerse al día después de tanta inactividad. Pero, por el otro, hay que saber dosificar los entrenamientos, porque el cuerpo ya no es de antes y se corre permanentemente el riesgo de sobre-entrenarse, lo que suele redundar en lesiones.

Para Daniel Salazar Barron: creo que vas demasiado lejos al decir que mi intento es "una falta de respeto a todo el orbe boxístico". Mientras uno se tome las cosas muy seriamente, no se le falta el respeto a nadie, sino todo lo contrario. Por favor, no me compares con Jorge Kawaghi, porque él sí que se burló del boxeo, pretendiendo hacernos creer que era un pugilista en serio. Yo sólo quiero hacer una pelea y poner lo mejor de mí. Pero descuida que, más allá del resultado, mi intención no es engañar a nadie, porque eso sería una burla a mí mismo.


Miércoles 10 de junio

Hola a todos. Aquí seguimos, firmes con el entrenamiento, entrando ya en la décima semana de trabajo.
Hace casi una semana que estoy en Las Vegas, con un calor por momentos insoportable pero que, en definitiva, es mejor que el frío húmedo de Buenos Aires.

Pero, bueno, eso es lo de menos. Lo importante es que ya me he adaptado al clima, al cambio de horario y costumbres.

Como les contaba en la última entrega de este blog, la rutina de trabajo es muy intensa. Carreras por la mañana (demasiado temprano para mí, lo admito, pero no hay otra opción), gimnasio de boxeo por la tarde y pesas algunos días por la noche.

Con ese ritmo, a esta altura ya no me sorprende haber perdido 15 kilos ó 33 libras desde que comencé. O sea que en este momento estoy casi 5 kilos ó 11 libras por debajo del límite de la categoría crucero, en la cual aspiro a pelear. Mi cuerpo comienza a verse decente, lo cual no es poca cosa. Claro, eso, siempre que uno no se compare, por ejemplo, con el venezolano Jorge Linares, o con los físicoculturistas que abundan en el gimnasio de pesas. Al verlos a ellos uno se deprime un poco. Pero, bueno, tiempo al tiempo.

En fin, las sesiones matutinas son bastante aburridas, la mayoría de los días en el Parque Subset y, otras, cuando llueve, en el gimnasio de pesas, donde se corre en la cinta.

La verdad es que correr ha sido siempre la parte que menos me gusta de cualquier entrenamiento. Pero, como saben, la resistencia aeróbica es fundamental en el boxeo. Sin aire no se puede hacer nada sobre un ring.
En un intento por hacer más llevaderas estas sesiones de trote, me compré un reproductor de MP3 y debo decir que me ha dado buenos resultados.

Eso sí, para poder conseguirlo fuimos con Maidana a una enorme tienda de artículos electrónicos, donde uno entra buscando un simple aparatito para escuchar música y sale con las manos llenas de videos, juegos de Playstation, baterías para la computadora portátil, etc. Y no compramos más cosas simplemente porque no teníamos más dinero. Bienvenidos al reino de la tentación material, entonces.

SIN ENTRENADOR NO ES LO MISMO
Hasta la semana pasada esperábamos la pronta llegada del venezolano Rafael Liendo, entrenador de Marcos Maidana y mío. Pero el trámite de su visa se complicó demasiado y, finalmente, es casi un hecho que no podrá viajar a los Estados Unidos.

Afortunadamente para Maidana, sigue entrenando con Miguel Díaz, con vistas a su pelea del 27 de junio ante Víctor Ortiz.

Pero para mí la cosa es bastante desconcertante, porque de buenas a primeras me he quedado sin la persona que me estaba guiando a dar mis primeros pasos en esta aventura. La verdad es que uno se siente un tanto perdido ante esta situación. Como un chico que está aprendiendo a andar en bicicleta en el parque y, de repente, se da vuelta y no encuentra a sus padres. Digamos que éste es el primer revés de varios que, seguramente, vendrán y que, por cierto, hay que estar preparados para superar.

Mientras tanto, Miguel Díaz y su asistente, Richie Sandoval me ayudan con sus consejos. Pero, lógicamente, ellos no pueden dedicarse exclusivamente a mí, aunque fuera tan sólo por una hora, lo cual venía haciendo con Liendo.

Sandoval, por ejemplo, se dedicó a enseñarme los trucos del trabajo en la corta distancia. La posición de brazos y manos para el bloqueo de los golpes, el balanceo de la cabeza para pasarlos y, luego, estar listo para meter las manos propias.

Trabajamos bastante en cómo mover la cabeza, ya sea haciendo una U para pasar los golpes rivales por debajo o moviendo los hombros para evitarlos hacia los costados.

RESPUESTAS Y AGRADECIMIENTOS VARIOS

Como cada semana, quiero agradecer mucho a todos quienes me han demostrado su interés y me han brindado su apoyo. Realmente, sus palabras me reconfortan y, como vengo diciendo, me alientan a seguir adelante. Muchas gracias a Ricardo Archibold M, Luis Álvares, Javier Fernández Ramírez, Ismael Duarte, Antonio Briones González, Miguel Ángel Valenzuela Flores, Emanuel Medina y Natalia Aguiló, y a todos los demás que me han enviado mensajes a través del blog.

Muchos de ellos han sido pugilistas aficionados o todavía están transitando de una u otra forma el camino del boxeo. Otros, inclusive, están en la misma que yo. Nos une la misma pasión, así que tengan mi apoyo incondicional y, de hecho, me gustaría conocer sus experiencias, para aprender de ellas.

En cuanto a los que preguntan sobre mi rival, aún no lo sabemos. Es muy pronto para eso porque, como saben, en el boxeo es casi imposible programar una pelea con mucha anticipación.

Por otro lado, sería grandioso que la pelea pudiera verse por Internet en nuestro sitio. Es sólo una idea por ahora, pero quizás podamos encontrarle la forma.

Como he dicho antes, no es mi propósito hacer una carrera en el boxeo, sino sólo pelear una vez como profesional. Sería utópico pensar en tener un futuro en este deporte a mi edad. Pero sí es cierto que estoy considerando realizar algunas peleas como aficionado, primero. Los mantendré al tanto.

Les mando un gran saludo a todos y nos vemos en el próximo blog.


Viernes 5 de junio
El miércoles por la mañana, y tras casi 14 horas de vuelo desde Buenos Aires (previa escala en Dallas), llegué a Las Vegas, donde siempre se respira aire de boxeo.

Saliendo del aeropuerto, el taxi que me llevaba pasó por el hotel MGM Grand y en seguida aparecieron en mi mente los recuerdos de las grandes peleas que me tocó cubrir allí. Buen augurio, pensé.

Por fin, ya estaba en la Meca del boxeo mundial, donde durante un mes estaré preparándome para, como ustedes saben, hacer mi primer combate.

Por cierto, antes de continuar, quiero agradecer especialmente el gran apoyo recibido por los foristas, quienes realmente me han alentado a seguir adelante. Muchas gracias, de todo corazón. Espero no defraudarlos.

Volviendo a lo nuestro, me uní a la concentración del argentino Marcos Maidana, quien el próximo 27 de junio enfrentará a Víctor Ortiz, en Los Ángeles, y por el título superligero AMB interino. Maidana está completando su preparación aquí, bajo las órdenes del entrenador Miguel Díaz.

Como les contaba en mis notas anteriores, tengo el mismo entrenador que Maidana, el venezolano Rafael Liendo. Pero desafortunadamente, hasta el momento Liendo no ha podido viajar por problemas para obtener su visa, por lo cual me siento un poco perdido.

De todos modos, no quise perder tiempo y al día siguiente de mi llegada, nos levantamos a las 5am y fuimos a correr a un hermoso parque (Sunset Park), a unos 20 minutos de auto de la casa en donde vivimos. En ese lugar hay una pista de atletismo, que fue mandada a construir nada menos que por Mike Tyson, quien solía correr allí.

Por la tarde fuimos al gimnasio de la promotora Top Rank, donde Maidana entrena habitualmente.
En realidad, ya había estado varias veces en el lugar, pero era la primera vez que entraba con un bolso en la mano, como cualquier boxeador. Vaya privilegio entrenar allí. El cartel en la puerta reza "casa de los campeones", lo cual motiva a cualquiera.

Por si fuera poco, a esa hora estaban moviéndose allí el venezolano Jorge Linares y el boricua-estadounidense John Ruiz, lo cual confirma lo anterior. También andaba por ahí B. J. Flores, uno de los actuales animadores de la categoría crucero.

Maidana, mientras tanto, hizo unan sesión de guanteo con su sparring de los últimos 10 días, Mark Jason Mellingen, un filipino de 23 años que planea hacer carrera en los Estados Unidos. Mellingen, por supuesto, es zurdo, al igual que el próximo rival de Maidana.

Con ese clima, claro, me dieron bastantes ganas de entrenar, a pesar del gran calor, que siempre termina afectando, sobre todo cuando se viene del frío.

Una vez terminado el trabajo de Maidana, Miguel Díaz me dio algunos consejos. Por ejemplo, trabajamos en la bolsa para ganchos. Miguel me indicaba que para lanzar el gancho de izquierda debía meter el hombro derecho hacia adentro, pasar el peso a la pierna izquierda y quebrar bien la cintura. En teoría, parece fácil, pero no lo es tanto.
También tuve la asistencia de Richie Sandoval, aquel campeón peso gallo AMB a mediados de los años 80, y quien actualmente trabaja en el gimnasio.

Obviamente, también me tocó hacer los trabajos habituales, como saltar la cuerda, pegarle a la pera o punching ball y algunos rounds de bolsa. Para ser el primer día, quedé más que satisfecho, aunque lo malo es que todavía me duele bastante una de las costillas del lado izquierdo, producto de un golpe recibido hace tres semanas en un guanteo.
Espero sane pronto, pero esa zona siempre es muy dolorosa y tarda bastante en recuperarse.

En cuanto al peso, como les comentaba en mi último blog, la verdad es que estoy muy bien, ya que en los últimos dos meses he perdido 13 kilos ó 29 libras. Por cierto, olvidé mencionar que voy a pelear en la división de los cruceros, por lo cual puedo decir que ya estoy en categoría (je, je). Claro, ahora el problema es fortificar y endurecer el cuerpo, reemplazando el tejido adiposo (todavía queda bastante) por masa muscular. Para ello, comencé con sesiones de pesas en la noche, pero esto llevará algunos meses, claro.
Esta será mi rutina diaria en las próximas cuatro semanas, descansando los domingos.

La próxima semana les traeré las novedades que vayan ocurriendo por aquí. Hasta entonces, les dejo un gran saludo.


Miércoles 3 de junio
Parece mentira, pero cuando uno se propone algo muy seriamente, los resultados son sorprendentes.
Hace casi dos meses, como saben, decidí embarcarme en esta aventura del boxeo. Y desde ese entonces puedo decir que mi vida ha dado un giro importante.

Comencé a entrenar pesando 102 kilogramos o casi 225 libras. Demasiado para mí. Al punto que jamás había estado tan pesado. Pese a que uno sospecha que la vida sedentaria, las grandes comilonas, el cigarrillo y las trasnochadas no son exactamente aliados de la salud, al final termina siendo testigo de su propio deterioro sin preocuparse demasiado.

La realidad indicaba, por ejemplo, que sólo podía correr durante cinco minutos y ya me agotaba. Ni hablar de abdominales o flexiones de brazos. Y, mucho menos, de hacer cinco o seis rounds de bolsa, como en otras épocas.
Lo cierto es que, a las órdenes del entrenador venezolano Rafael Liendo, empezamos con la preparación en esas condiciones, en un gimnasio de Buenos Aires. Debo confesar que al principio veía la cosa como imposible.
Durante las primeras tres semanas el objetivo primordial fue perder peso en bases a sesiones muy intensivas, que realmente me hicieron agotar hasta extremos impensados. Pero, claro, era la única forma.

Las tardes en el gimnasio de Villa Adelina eran a puro ritmo. Calentamientos de 20 minutos que incluían movimientos aeróbicos varios, además de estiramientos y lanzamiento de golpes.
Cuando podía, trataba de correr algo. Recién en la tercera semana logré llegar a los 12 minutos.

Además, lógicamente, algunos rounds de bolsa y de manoplas, para, al mismo tiempo, ir perfeccionando los golpes.
Al margen de todo esto, otro de los puntos fundamentales fue el cambio en mi dieta. Se acabaron las tortas heladas, las pastas con suculentas salsas, los típicos asados argentinos, el pan, etc., etc. De repente, mi menú se remontó exclusivamente a pechugas de pollo, pescado, arroz, desayuno con huevos, avena y jugo de naranja.
Como suplementación, proteína en suero y multivitamínicos.

Poco a poco fui adquiriendo más energía, fuerza y capacidad aeróbica. En sólo seis semanas había perdido 10 kilos o 22 libras, lo cual fue fundamental para seguir avanzando rumbo a la meta.

EL PRIMER GUANTEO
Claro, mientras tanto, Liendo me fue enseñando muchas cosas. Al principio nos enfocamos en cómo lanzar el jab para que haga daño, la derecha en recto sin perder el equilibrio, o cómo quebrar la cintura y meter el hombro hacia adentro para lanzar los ganchos. Y luego había que practicar todo eso en el ring. Pero como el proceso de aprendizaje y perfeccionamiento es intensivo, las prácticas eran nada menos que en guanteos ante boxeadores profesionales.

Mi primer mini-guanteo, diría, fue nada menos que ante Marcos Maidana, el número dos del mundo entre los superligeros de la AMB y poseedor de una pegada que asusta.

Recuerdo que en ese guanteo me fue bastante bien en el primer round. Hasta que tuve la mala idea de conectarle una derecha en el rostro al Chino.

No sólo me hizo pagar el precio con un tremendo boleado en la nariz (que me dolió más o menos durante tres semanas), sino que en el asalto siguiente decidió acabar conmigo con un gancho al esternón que me dejó absolutamente sin aire. Sentí como si fuera un globo al que acaban de pinchar con una aguja y terminé tirado sobre la lona durante cinco minutos.

Ese día me di cuenta en carne propia el poder de un noqueador. Y eso que Maidana pesaba 30 kilos ó 66 libras menos que yo, y que usaba guantes de 18 onzas (las peleas profesionales son con 8 ó 10 onzas).

PODER DE FUEGO

De todos modos, no me amedrenté, je, je. Seguí con los entrenamientos y dos semanas después hice tres rounds de guanteo con Jesús Cuellar, un peso pluma, de los mejores prospectos que hay en Argentina en estos momentos y quien se ha convertido en uno de mis grandes compañeros.

Con Cuellar la experiencia fue diferente. Porque al ser mucho más pequeño y, para colmo, zurdo, se me hacia casi imposible encontrarlo. Pero aquel día la cosa fue mejor. Por lo menos no me ahogué tanto.
Demás está decir que estos boxeadores no trabajan ni al 50% de sus posibilidades cuando hacen guantes conmigo, lo cual no dejo de agradecer.

Ya cuando íbamos por la quinta semana de entrenamiento, a Maidana le comunicaron que tendría que enfrentar al México-estadounidense Víctor Ortiz, uno de los niños mimados de Oscar de la Hoya, el 27 de junio, por lo cual se decidió concentrar en la provincia de Córdoba, en un predio de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera.

Así que para allá partimos, Liendo, Maidana, Cuellar y el peso crucero colombiano Santander Silgado.
Si bien yo ya había compartido concentraciones con boxeadores profesionales, siempre lo había hecho en funciones periodísticas, lo cual, obviamente es algo completamente diferente.

Esta vez, la idea era ser uno más del grupo e intentando trabajar a la par de ellos.
Así que comencé a entrenar en doble turno. Muy temprano en la mañana, una sesión matutina, en la cual se hacía la parte aeróbica. Ya a esas alturas, al menos podía correr durante 25 ó 27 minutos, que comparado con los cinco o siete minutos de antes eran toda una hazaña. Además, hasta donde podía, hacía algunos piques o carreras de velocidad, abdominales, saltos, etc.

Recuerdo que un día Liendo ordenó que trabajara escuela de combate con Silgado. Esto consiste en una especie de guanteo controlado, donde se busca perfeccionar los movimientos, pero sin golpearse a fondo.
Silgado es otro de los que tiene las manos muy pesadas. Pararle su jab con mi mano derecha y, especialmente, bloquear su recta de derecha no fue nada fácil. El poder se sentía, al punto que mi codo derecho (que debía mantener con fuerza, siempre pegado a la costilla) se desplazaba hacia atrás, provocando bastante dolor.
Pero cuando menos me lo imaginé, había hecho 10 rounds de tres minutos cada uno, lo cual no dejó de sorprenderme gratamente, a mí y al propio Liendo.

EL QUE QUIERE CELESTE, QUE LE CUESTE
Ya en la sexta semana de trabajo, hice el primer guanteo en serio. Mi rival, un ex amateur peso pesado, ya retirado y en mala condición física, de nombre Gustavo. Esta vez la cosa era en serio, a pesar de que me llevaba 30 kilos ó 66 libras de ventaja.

Con todo el grupo alentándome, no podía quedarme. Así en forma agresiva y durante los primeros dos rounds no sólo le pegué bastante, sino que no dejé que me tocara. Pero en el tercero me ahogué un poco y justo cuando estaba por terminar el asalto, me conectó un gancho de derecha que me tomó desarmado y que alcanzó en las costillas. Ay, Díos mío, ¡qué dolor!

Ese descuido me dejó sin entrenar casi durante una semana y debo confesar que todavía me duele, dos semanas más tarde. Pero, bueno, son gajes del oficio.

Mientras tanto, seguí bajando de peso. Llegué a los 90 kilos o 198,5 libras, algo impensado en tan sólo siete semanas de trabajo.

Maidana debía viajar a Las Vegas, donde completará su preparación para el combate con Ortiz. El grupo me invitó a viajar con ellos. Y como yo no podía interrumpir mi propio entrenamiento, decidí unirme. Después de todo, estar durante 40 días en la Meca del boxeo mundial no deja de ser una experiencia fascinante para cualquier amante de este deporte.

Así que, amigos, después de darles un panorama general de lo que fueron mis primeras semanas de entrenamiento en Argentina terminó aquí mi primera entrega. Estoy a punto de viajar a Las Vegas, desde donde les seguiré contando, paso a paso, cómo siguen las cosas en este "Camino al Ring".