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Los reyes de la noche

Lakers v Magic

(Getty Images)

Tras fallar sus primeros cinco triples, Derek Fisher metió uno para igualar el juego e ir a un tiempo extra

ORLANDO -- Trevor Ariza tuvo su espacio en el podio, luego le cedió el lugar a Derek Fisher, y para cuando el moderador de la conferencia de prensa anunció que Kobe Bryant sería el próximo, la sensación era que la parte importante de la conferencia ya había pasado.

Ah sí. Él.

En el Juego 4 de las Finales de la NBA, hombres como Fisher, Ariza y Pau Gasol se destacaron más que Bryant en el descuento. Incluso lo salvaron de tener que responder por otra noche de anotaciones frías cuando supuestamente lo que debía tener frío era la sangre. Nos sirvieron de recordatorio que los campeonatos son un esfuerzo colectivo, y que hay más historias aquí que el deseo de Bryant de ganar un título para su equipo por cuenta propia.

Hay otra cara que podemos agregarle a las imágenes de estas Finales. Inicien el software de programación e inserten una sonrisa de Fisher entre los ceños fruncidos de Kobe. Y preparen una melodía de piano para la próxima tanda de los comerciales "Amazing", esta vez para acompañar el triple que Fisher clavó con 4.6 segundos en el reloj para forzar una prórroga, en la que los Lakers prevalecieron, 99-91, para ponerse 3-1 arriba en la serie. La primera oportunidad de capturar el 15° campeonato en la historia de la franquicia llegará en el Juego 5, el próximo domingo aquí en Orlando.

Durante el Juego 4 vimos la actuación más colaborativa de los Lakers en los playoffs. Los 12 Lakers uniformados jugaron, 11 contribuyeron en las estadísticas y ocho anotaron (cuatro en dos dígitos). Problemas de faltas en la línea frontal metieron a D.J. Mbenga y a Josh Powell en la cancha en la primera mitad. Alguna discusión acalorada en el descanso produjo un inspirado tercer cuarto de 30-14 que borró el déficit de 12 puntos con el que habían llegado al entretiempo y los dejó arriba por cuatro. Ariza metió cinco tiros en el período tras haber fallado sus seis intentos en la primera mitad.

Pero la verdadera historia de redención y perseverancia fue protagonizada por Fisher. Falló sus primeros cinco intentos desde la media luna antes de clavar el que más contaba para forzar el tiempo suplementario. Pero la historia no termina ahí. Enmudeció a todos los críticos quienes pedían a gritos que Phil Jackson lo sentara en sus juegos flojos de playoffs, o a quienes cuestionaron la decisión de Jackson de darle el balón a Fisher y no a Bryant para el tiro final en el segundo juego de las Finales de la Conferencia Oeste. (Lo erró, y perdieron.)

De hecho, esta historia comenzó cuando Jackson llegó a Los Ángeles en 1999, y todos creían que Fisher tenía que empezar a averiguar precios de mudanza. Era sabido que Jackson prefería a los escoltas grandotes y veteranos. Fisher solamente había jugado tres años en aquel entonces, y aunque adquiriera más experiencia nunca mediría más de 6'1 pies.

"Estaba preocupado", dijo Fisher. "Porque no lo conocía".

Jackson trajo a Ron Harper, quien había sido su armador titular en Chicago. Los Lakers también incorporaron a Brian Shaw. Fisher estuvo en los tres campeonatos al comienzo del nuevo milenio. Cuando la racha fue cortada por Tony Parker y los San Antonio Spurs en el 2003, los Lakers ficharon a Gary Payton para la posición de armador, pero para cuando llegaron a las Finales de la NBA, Fisher estaba jugando la mayor parte de los minutos mientras las cámaras captaban las expresiones de Payton en el banco.

Fisher pasó a Golden State como agente libre, fue intercambiado a Utah, y luego fue liberado por el Jazz para que pudiera mudar a su hija cerca de algún lugar adonde pudiera tratarse por un cáncer de ojo poco común, y terminó regresando a los Lakers. El hombre que supuestamente no iba a encajar con el estilo de Jackson ya suma siete años de servicio para él y ahora no cabe duda de que es uno de sus muchachos.

"Es persistente", dijo Jackson. "Es un jugador obstinado. No ha sido bendecido con una gran velocidad. Es un buen atleta, pero no es espectacularmente rápido. Sin embargo, tiene un cierto sentido, sabe lo que está pasando en la cancha y puede organizar al equipo. No tiene miedo de alejarse de Kobe a veces, cuando Kobe pide el balón y él sabe que no es la mejor opción, y yo necesito un armador como él para eso".

Es por esto que Fisher no se quedó afuera de la cancha en estos playoffs. Y es por eso que recibió el balón con la oportunidad de cambiar el curso de la serie.

"Es carácter", dijo Jackson. "Siempre hemos dicho que los jugadores deben tener carácter si quieren ser grandes jugadores. No sólo se trata de talento, también es cuestión de carácter, y él es una persona de gran carácter".

Después de que el séptimo tiro libre fallido de Dwight Howard rebotara contra el aro, Ariza bajó el rebote y los Lakers pidieron un tiempo muerto con 10.8 segundos en el reloj. Jackson, preocupado de que el Magic cometiera falta para evitar un tiro de tres, decidió llevar el balón por el perímetro.

"Estoy seguro de que saben para quién fue diseñada esa jugada", dijo Fisher.

Sí, era para Bryant. Pero esta noche tal vez no hubiera sido la decisión correcta. Aunque Kobe anotó 32 puntos, necesitó 31 tiros para sumarlos. En el último cuarto Bryant falló seis tiros de ocho, perdió un balón y hubo otras jugadas en que perdió la pelota o se la disputaron pero los Lakers lograron recuperarse. Falló sus dos tiros de tres en el segmento.

Pero el Magic de todas maneras se basó en la reputación. Intentaron quitarle el balón de las manos, y cuando llegó la marca doble, Bryant le pasó la pelota a Ariza, quien encontró a Fisher en la línea frontal con Jameer Nelson (6 pies) encima.

Fisher hizo un dribble alto y casi pierde el balón, pero recuperó el control, miró el reloj y vio que Nelson estaba retrocediendo. Fue entonces cuando Fisher decidió intentar el triple.

"Sentí que tenía el espacio y él no estaba suficientemente cerca para evitar que lanzara", dijo Fisher.

Una excelente lectura de un horrible error de cálculo por parte de Nelson y el Magic. De haber presionado a Fisher éste hubiera tenido que intentar un tiro forzado, o biencargar y comerse casi todo el reloj para un doble. En última instancia, podrían haberle cometido falta a algún jugador de los Lakers antes de que estuvieran en posición de anotar.

Éstas son las preguntas que Stan Van Gundy y el Magic tendrán que responder en los próximos dos días, mientras que a Jackson ya le están preguntando cómo se sentiría ganar un décimo anillo de campeonato como entrenador. A Fisher le están preguntando si es una nueva versión de "Big Shot" Robert Horry, y cómo se compara éste tiro con la canasta que metió con 0.4 segundos en el reloj del Juego 5 de las semifinales de conferencia ante San Antonio en el 2004, o el tiro clave que acertó para el Jazz tras volar de Nueva York a Utah el mismo día del partido tras una cirugía de ojo de su hija.

"Más grande que .4, porque siento que estamos lo más cerca posible de nuestro objetivo final", dijo.

Luego los acercó un paso más con otro triple que abrió el empate en el tiempo suplementario, e inició la seguidilla final de 8-0 para los Lakers. Tras acertarlo, trotó marcha atrás, luego se detuvo, y sonrió.

"Cuando acerté el segundo, ya era difícil contenerme", dijo Fisher.

Esta noche, el Magic no pudo contenerlo, ni a él, ni a Ariza, ni a Gasol (16 puntos). No pudieron proteger su cancha, no pudieron nivelar la serie. No pudieron evitar que Fisher acertara el gran tiro ni que subiera al podio.

"Fue por ese tiro, y se lo ganó", dijo Jackson.

Tiempo después de haberse ganado la confianza de Jackson, le dio la máxima recompensa. Bueno, casi la máxima. Los Lakers sólo deben ganar una vez más.

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