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La hora del balance

Brasil busca su cuarta Copa Confederaciones Getty Images

MADRID -- La Confederaciones 2009 ya es historia. El título fue para Brasil, justo vencedor. El equipo de Dunga tiene poco que ver con la samba de otros tiempos, pero sigue siendo un equipo poderoso. Mantiene jugadores de gran talento como Maicon, Robinho y Alves y una superestrella como Kaká, que llegará al Madrid con un título bajo el brazo y la consideración de mejor jugador del torneo. No es mala tarjeta de presentación.

También ha destacado Luis Fabiano, goleador fiable que de momento gana la carrera para ser el nueve en el próximo Mundial. Veremos si continúa en el Sevilla.

Los que también se han ganado el respeto ha sido Estados Unidos. El equipo de Bradley ha demostrado ser eso, un equipo. Sin fisuras, muy táctico, ordenado. Han cuajado un muy buen torneo, algo que debería ayudar para que el soccer, como lo llaman allí, deje de ser un deporte de minorías en Estados Unidos.

A destacar el meta Howard, el imponente central Onyewu, el incansable Bradley y el genial Donovan, auténtico abanderado de este equipo. Si se lo creen pueden llegar lejos en el Mundial.

En cuanto a España, sabor agridulce. Llegó con la condición de favorito junto a Brasil e Italia, pero se dio de bruces con el buen hacer de los USA.

A Del Bosque le han faltado un par de piezas importantes (Iniesta y Senna) y le han sobrado algunas decisiones.

No se entiende la sustitución de Cesc ni el perenne banquillo para Llorente en el mismo partido. El nuevo míster es partidario de los extremos y eso pervierte la gran virtud de este equipo, el juego de toque. Aún así, este equipo se ha ganado el derecho a soñar con una victoria en el Mundial. Al mismo nivel que otros cuatro o cinco equipos

También puede soñar Italia, aunque menos. Son los actuales campeones y merecen un respeto, pero ya hemos comentado que han perdido frescura. Cosas de la edad.

Lippi tiene un año por delante para decidir el camino a tomar: confiar en los hombres que levantaron la copa en 2006 o introducir cambios profundos.

Es decir, eliminar a la vieja guardia que menos prestaciones ofrece, especialmente Cannavaro, Grosso, Zambrotta o Toni. Veremos qué decisión toma, pero en la azzurra se advierte una falta de relevo generacional.

Giovinco podría ser el nuevo Del Piero, pero de momento está tapado por el gran Alessandro en la juve. Por cierto, quizá Del Piero esté en condiciones de ir al Mundial, sobre todo si repite campaña.

En cuanto al torneo, un tanto decepcionante. Estadios semivacíos, ambiente festivo pero no futbolero y selecciones de medio pelo. Aún así, la FIFA debe insistir en el formato y las fechas.

Para llegar a ser un trofeo grande no son bienvenidos los cambios. Devalúan la competición y la convierten en algo poco serio.